EL CAMINO DE BALDOSAS AMARILLAS por Shorby

Portada de EL CAMINO DE BALDOSAS AMARILLAS

Hacía un montón que leí al autor por primera vez y la verdad es que me gustó bastante su forma de narrar, como comenté por aquí en su día.
Llevaba con este en la estantería un montón de tiempo, así que le tocó turno.

Nos vamos a la España profunda, tras la Guerra Civil, donde da comienzo la novela con una escena que me puso los pelos de punta (quien la haya leído, recordará a los señores de La Benemérita)… y acto seguido, vamos con nuestro protagonista, Torcuato, camino de Valladolid, nada menos que al manicomio.
Y es que, tras cierto incidente –buenísima esta parte-, unas voces en su cabeza le dicen que “debe matar”.

Si ya de por sí la post-guerra era una época especialmente complicada, ojo con los manicomios y demás espacios de este tipo por entonces.
La verdad es que los sanatorios mentales siempre ha sido algo que me ha dado especial mal rollo, de toda la vida, si bien son historias que me fascinan, a la vez hacen que se me ponga ese peculiar nudito de acojone en el estómago, sintiendo una tensión constante. Rarezas.

Bueno, pues el autor además lo adereza en cierta forma, sobretodo llegando hacia el final… aunque tengo que decir que ese girito con cierto personaje me ha sobrado, pues la historia ya de por sí tiene una atmósfera espectacular y perfecta.

Salvo esto último que he comentado, que es pura opinión personal, el libro me ha gustado mucho y no puedo hacer más que recomendarlo.

Tenemos personajes, literalmente, de todo tipo, que acompañan a la perfección la ambientación lúgubre, precaria y decadente, a su vez muy bien conseguida, siendo bastante fácil adentrarse y pasear entre esos muros, viendo lo que el autor nos cuenta, aún sin deshacerse en detalles en muchas ocasiones. Nos deja escenas especialmente escabrosas, que nos dan que pensar si cosas así han ocurrido en la realidad o no… y desde luego preferimos apartar a un lado nuestras elucubraciones, porque la posible respuesta da más miedo que el sitio en sí.

Una historia que ventilarse en una o dos tardes, que va al grano y en ocasiones te golpea como una bofetada.
Garduño es un exponente en el género de terror nacional y un autor al que desde luego merece la pena leer.

Escrita hace 4 años · 5 puntos con 1 voto · @Shorby le ha puesto un 6 ·

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