UNA SUTIL COMEDIA EN BOSTON por sedacala

Portada de LOS EUROPEOS

En esta novelita, Henry James escribía aún con ese estilo sofisticado y complejo que usaba antes de cambiar hacia otro mucho más intrincado y difícil que utilizó hacia el final de su vida. El caso es que su escritura tuvo siempre cierta complicación, algo que aquí, siendo todavía joven (35 años), era ya perfectamente apreciable. Es sabido que para conocer cómo está escrita cualquier novela suya, conviene situarla en la lenta pero progresiva modificación de su estilo, “Los europeos”, concretamente, es todavía de una época relativamente temprana (1878) y su lectura es bastante fácil.

Una peculiaridad de “Los europeos” es que el escenario de la acción aún no se había trasladado a Europa —algo que ocurrió posteriormente en la mayoría de sus novelas—, transcurriendo todo el tiempo en la residencia de una acaudalada familia en las proximidades de la ciudad de Boston. Los protagonistas, que acaban de llegar de Europa, de ahí el título de la obra, son dos hermanos: ella, la mayor, Eugenia, está casada con un aristócrata alemán (aunque medio separada de él) mientras que su hermano, Félix, algo más joven, es soltero. Han viajado a los Estados Unidos para visitar a su tío y a sus primos a los que prácticamente no conocen. Ambos personajes han pasado su vida en Europa y su educación les ha convertido en avezados representantes del estilo de vida de las clases acomodadas del viejo continente, son muy agradables en su trato, hablan francés a la perfección y lo demuestran insertando continuamente frases enteras en la conversación. De manera que cuando desembarcan en Estados Unidos y se presentan ante su grupo de parientes americanos, sienten en toda su plenitud el choque de costumbres y mentalidad, supuestamente muy notable, que había entre las personas de ambos continentes a pesar de que todos ellos eran angloparlantes.

La acción que se desarrolla con estos supuestos de partida es leve, sosegada y cordial, casi podríamos calificarla como una deliciosa comedia, aunque quizá una comedia un tanto fría y exenta de la familiaridad que podría suponerse en tal situación, pero, eso sí, en los términos de distinción, elegancia y “fair play” que se le supone a personas que conviven en un entorno adinerado y con mucho tiempo disponible por delante. Con estos datos que acabo de facilitar todo el que haya leído a Henry James y conozca un poco su obra, se hará una idea bastante precisa de en qué va a consistir la novela, a pesar de que en realidad no haya dicho prácticamente nada sobre los demás personajes ni sobre lo que se traen entre manos. Pero no daré más datos —que no se trata de destripar la historia—, y solo repetiré que ésta es leve, o al menos se desarrolla de una manera leve y civilizada. Las tramas de James suelen ser así, su interés no se centran en grandes vuelcos argumentales que compliquen la acción, su manifiesto interés está la corta distancia, en los detalles, en la observación de las relaciones sociales y amorosas de los personajes, perfectamente dibujados, por cierto, y en el complejo desarrollo de una trama que vincula a unos con otros, enfatizando sus conflictos interiores, analizando su psicología, o exponiendo la visión del mundo que tienen los dos bandos beligerantes en esta amable contienda, es decir los europeos y los americanos. Leyendo sus diálogos, disfrutamos permanentemente de su ingenio, de su inteligencia y de la habilidad del autor para crear una sutil red de amistades o amoríos que se entrecruzan con las expectativas vitales de cada uno y todo ello desarrollado en un entorno culto y refinado, en el que se conversa sobre inquietudes artísticas, musicales, literarias o sociales, con la aparente relajación que permiten las escasas obligaciones por ganarse la vida, que tienen unos personajes inmersos en una especie de estado de holganza continuado.

Quisiera resaltar por fin el hecho de que sus conversaciones conllevan en forma y fondo, una modernidad sorprendente; y no me refiero solo a una imposible comparación con la actualidad, sino con el rumbo que tomaban las ideas a finales del XIX y ya no digamos si los confrontamos con lo que se gastaba en la España de entonces. Pero es más que sabido, que la sociedad española de aquella época sufría un retraso innegable y la lectura de James viene siempre a ponerlo claramente de manifiesto.

Escrita hace 4 años · 4.7 puntos con 3 votos · @sedacala le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 4 años

Una novela excelente y concisa (para lo habitual en James, sobre todo en esa época final de James a la que aludes, la de los ochomiles: Las alas de la paloma, Los embajadores, La copa dorada... que nunca me cansaré de recomendar) tan elegante como bien resuelta-

Recomiendo la versión para el cine de James Ivory, con Lee Remick al frente como una deliciosa Eugenia. Si es que todavía alguien sabe quién es Lee Remick, con lo guapa que era...

@sedacala hace 4 años

No solo era guapa, es que además tenía una expresión dulce, para mi una de más atractivas junto con Gene Tierney y alguna otra.... Es una pena que muriera tan joven (55), buscaré.la película.