BROOKLYN FOLLIES...TÍN por arspr

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(Perdonadme el chascarrillo malo, -malo no, aún peor-, pero no he podido resistirme).

Este es el segundo Paul Auster que leo, el primero fue "El libro de las ilusiones", y casi, casi podría traerme la reseña que hice en aquel aquí. Para lo bueno y para lo malo.

Sin casi acordarme del anterior, varios comentarios cruzados me había llevado a este libro por su optimismo y, qué demonios, me apetecía simplemente eso: un buen rato de lectura sin acabar con el estómago, el corazón y el alma agarrotados... Y efectivamente el libro cumple más que sobradamente a este respecto. Aunque pasen "dramas", como en toda vida de vecino, el libro es una inyección de moral sobre lo invaluable que es cada una de nuestras vidas.

Y, por encima de todo, está lo absolutamente fácil que se lee. Paul Auster, al menos en mis dos contactos con él, es de esos escritores que sin saber muy bien cómo consiguen que sea incapaz de parar de leer. Y no es por, aparentemente, un estilo deslumbrante, ni unas tramas brillantes (más sobre ello luego), aunque claramente quizás tiene que ver con la clarividencia que parece tener para describir los sentimientos, la forma de ver, disfrutar y sufrir cuando toca cada cosa, de los personajes masculinos, (en los que en mayor o menor medida me veo siempre reflejado). Total que es esto, (y solo esto), lo que quizás soporte la nota que le he puesto.

Porque como se puede intuir en el título de la reseña, como ya pasó en "El libro de las ilusiones", y como @sedecala comentaba a mi reseña en él, que este "engendro" argumental funcione en conjunto es algo digno de mención y estudio. Exactamente igual que en aquel, este es un libro con gran riesgo que no sé cómo, (quizá por las razones antes indicadas), Paul Auster consigue hacer que funcione frente todas las previsiones lógicas. Porque una vez salvadas las presentaciones iniciales de los personajes (siempre interesantes), cuando comienza el meollo del asunto, (digamos cuando aparece Lucy), si te paras a analizarlo fríamente, todo es un culebrón venezolano de los peores. Vamos, que como no consigas tener el punto de empatía previamente establecido y lo sigas manteniendo a lo largo de la lectura, -lo cual es por otro lado muy, pero muy fácil que esté casi casi garantizado-, no me extrañaría que más de uno y más de dos lo tiren al cubo de la basura y mirando a los lados para ver dónde está la cámara de Inocente, inocente.

Raro. Por un lado mi parte racional se rasga las vestiduras con la posible castaña pilonga que me acabo de tragar, pero mi parte emocional, subconsciente, irracional, de a flor de piel, está encantada con los personajes, las pequeñas reflexiones, el devenir, el chute de positivismo, el estilo, yo qué sé qué más...

Escrita hace 4 años · 5 puntos con 3 votos · @arspr le ha puesto un 7 ·

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