Correcto libro de intriga para unas tardes de verano. Además con un giro final que, contra lo frecuente, o lo fácil, simplifica y aterriza la trama a un nivel muchísimo más cotidiano y humano de lo que parece a priori. De hecho gracias a él, a esa "desmitificación" de la historia, le he subido un puntito la nota. Y mira que lo dice alguien a priori fan de ese decorado "matemático".
Como nota más negativa, lo que voy a decir no sé si realmente es un derrape del que escribe. Y de hecho me encantaría que algún lector argentino (¿chileno, uruguayo si acaso?) lo sancionase o lo echase por tierra, dándome además un bofetón en todos los morros por listillo. Y es que el estilo de escritura me ha resultado muy raruno, y como con un regusto a falsedad, a cartón piedra. Sí, porque a priori, sin tener más referencias, lo lees y parece totalmente un castellano español, no sudamericano y mucho menos argentino. Pero de repente hay pequeñas expresiones (esos recién...) y vocabulario absolutamente alienígenas, (la "lapicera fuente" me ha dejado loco, o la archifamosa pollera), que simplemente "desentonan". Pero claro, me estoy esperando que los argentinos vosean por defecto y a lo mejor lo que estoy es siendo un imbécil integral.
Pero en cualquier caso, ya digo, me resulta raro, como un murciano intentando pasar por gallego sin conseguirlo, y lo que es peor, sin que haya el más mínimo motivo para ello...
Escrita hace 5 años · 0 votos · @arspr le ha puesto un 7 ·