MARTINA, LA ROSA NÚMERO TRECE por Shorby

Portada de MARTINA, LA ROSA NÚMERO TRECE

Un libro sobre nuestra historia, de esos que me encantan pero con los que no puedo evitar soltar una lágrima de vez en cuando. Uno de esos necesarios de leer.

El 5 de agosto de 1939 fueron fusiladas trece mujeres ante las tapias del Cementerio del Este de Madrid, casi todas menores de edad. Eran las trece rosas.

Eran mujeres normales y corrientes, que se dedicaban a su casa, otras eran modistas y sastras, pero todas ellas tenían la esperanza de que el país cambiara y de salir de ese horror. Martina Barroso era una de ellas y conocemos su historia por medio de su sobrina nieta, Paloma.

Contado en forma de novela pero a la vez con mucha documentación e incluso fotos, nos vamos adentrando poco a poco en esos momentos de dictadura y represión y conocemos a Martina que era una mujer trabajadora y pizpireta y que, como se dice en el libro, estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado. “Buena hierba en mal lugar”.

Nos situamos en esa época gracias a la gran ambientación recreada por la autora, donde casi sentimos esa opresión e incluso las pequeñas pinceladas de esperanza, pero sobretodo el miedo y la impotencia que se sentía entonces, el que sentía nuestra protagonista.
Vivimos la detención e interrogatorios casi a modo de crónica periodística, pero muy bien hilada con el resto de la historia y con el tono que lleva, alternando el pasado y el tiempo real en las voces de Martina y Paloma, lo que hace que realidad y ficción combinen fenomenal y se lean realmente rápido, saboreando cada palabra o acontecimiento.

Me ha gustado mucho, aún leyendo prácticamente toda la novela con un nudo entre el estómago y la garganta, como siempre que leo historias de este tipo… y es que no ha pasado nada de tiempo desde estos hechos, que es lo que realmente pone los pelos de punta.

Todo esto, precedido de un genial prólogo de Antonio Muñoz Molina:

“Entre la ficción y la memoria, entre la búsqueda detectivesca y la intuición emocional… Así descubrimos, casi llegamos a ver, a esa Martina joven y trabajadora, animosa y asustada, deambulando por su Madrid de guerra y resistencia… Nos queda lo más valioso que puede darnos la literatura: la palpitación del tiempo, la melancolía de lo que pudo ser y no fue, la sensación de haber viajado mientras leíamos al país lejano del pasado.”

Una de las historias más crueles y conmovedoras de la España franquista, que no debe de ser borrada ni mucho menos olvidada.

Escrita hace 5 años · 0 votos · @Shorby le ha puesto un 8 ·

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