ENTRETENIDA Y BIEN ESCRITA por kostner

Portada de LAS TIERRAS INHÓSPITAS

Antes de empezar siquiera a leer, la atractiva portada y el detallado mapa de Sherkull: Las Tierras Inhóspitas ya nos dan una pista de las horas de diversión que nos aguardan. El aparente enfrentamiento de un guerrero impasible y una atractiva amazona en el interior de una misteriosa caverna con una flor mágica que levita entre ambos supone un irresistible reclamo para cualquier amante de los relatos de fantasía. Y no defrauda.
El lector no tarda en comprobar, agradablemente sorprendido, como la novela de Robert M. Grand consigue aportar un soplo de aire fresco a la fantasía épica al tiempo que destila la esencia de los inolvidables clásicos del género. ¿Cómo es posible esta paradoja?
Sin duda buena parte se debe al complejo y original universo que recrea el autor, un mundo poblado por nuevas y sugerentes razas donde en lugar de los manídos elfos, orcos o enanos, nos encontramos con gamblins, reisi, fargalls, mong o kang; pero también con unos personajes auténticos y memorables con los que conectaremos de inmediato.
Un héroe incorruptible enfrentado al sufrimiento más extremo que opondrá su destreza en la lucha y con la espada al inconmensurable poder de la magia más oscura en pos de la verdad y la justicia.
Una princesa reisi que, tras haber renunciado a las obligaciones de su linaje por amor, tendrá que despertar a la guerrera dormida que alberga en su interior para proteger la vida de sus hijos.
Un gamblin del bosque perdido lleno de misteriosos recursos que pondrá al servicio de sus amigos hasta sus últimas consecuencias en lo que representa la quinta esencia de la amistad.
Un nigromante ambicioso y despiadado que no dudará en arrasar todo cuanto se oponga a su paso para lograr sus objetivos, pero que, como todo ser humano, tiene sus miedos y debilidades.
Y una magia que lo impregna todo, creíble y sólidamente construida.
Desde las primeras páginas de Sherkull los acontecimientos se suceden sin tregua convirtiendo al lector/espectador en testigo de una historia repleta de giros inesperados, pero también con momentos de reposo, los remansos del arroyo, pasajes que destilan la filosofía de los genuinos maestros de las artes marciales de oriente. Aquí es donde el autor se luce más y se nota que se siente especialmente a gusto.
Valores eternos y universales como la familia, la amistad, el honor o la lealtad, pero también miserias como la ambición, la envidia, el odio o el rencor se elevan a su máxima expresión en un complejo equilibrio simbiótico en el que los unos se alimentan de los otros.
En definitiva, Sherkull: Las Tierras Inhóspitas se lee de un tirón y nos deja con la sensación agridulce de haberlo acabado ya, pero a la espera de dos nuevas entregas que se presumen de lo más fascinante.

Escrita hace 6 años · 0 votos · @kostner le ha puesto un 10 ·

Comentarios