CRECIENDO (O NO) por arspr

Portada de LA HISTORIA DEL SEÑOR SOMMER

Es curiosa mi renovada relación con este libro. En primer lugar tengo un recuerdo totalmente nítido, y por otra parte absolutamente falso, de que es un libro de mi niñez o como mucho del inicio de mi adolescencia. Pero se publicó en el 91, es decir, que a poco que tardase en leerlo, era ya legalmente mayor de edad. Supongo que la culpa de esta falsa memoria la tienen las adorables ilustraciones de Sempé y la (sub)consciente asociación con El Pequeño Nicolás.

Por otro lado, dentro de mi falso infantil recuerdo, tengo (tenía quizás) la por otra parte común sensación de que, sí, lo leí, pero no lo terminé de aprehender. De que como niño, (que no era, aunque sí fuese inocente aprendiz de ese adulto que nunca llegaré a ser), el libro tenía mucho más escondido entre sus letras de lo que yo era capaz de ver.

Así que me decidí a revisitarlo. Lo cual siempre es una operación de riesgo. Puede salir bien (La Historia Interminable, Momo) o salir rematadamente mal (El misterio del cuarto amarillo, Bosque Mitago).

Y la sensación que me queda es cuando menos contradictoria. Por un lado, la novelita (o cuento largo) me ha resultado ligeramente decepcionante. (Aunque a años luz de mi desencuentro con El Perfume). Es decir, muchos menos dobleces y un bosque mucho más pequeño tras esas palabras de su linde que lo que esperaba (re)descubrir.

Pero por otro la falsamente infantil historia, me resulta francamente magnética tanto en su sencillez como en los, desde luego nada sencillos, temas tocados. Es claramente un libro que me toca la fibra, que me resulta agradablemente desagradable en las emociones, sensaciones y reflexiones que me genera.

Quizá es un claro ejemplo de cómo esto de escribir-leer es una compleja maniobra en que ni el autor ni el lector tienen la sartén por el mango. Y quizá es un potencial ejemplo de cómo un libro "flojeras" puede resultar tremendamente potente en el lector (y/o el momento) adecuado. O bien de lo complementario: lo grandioso que resulta que un escritor disfrace un potente libro en una sencillez naif.

Lo cierto es que afortunadamente me importa un bledo cual de las dos opciones sea. Puedo suspirar aliviado y decir que este ha caído en el saco de los buenos.

Escrita hace 6 años · 5 puntos con 1 voto · @arspr le ha puesto un 8 ·

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