HARRY POTTER Y LA CÁMARA SECRETA por Shorby

Portada de HARRY POTTER Y LA CÁMARA SECRETA

¡Segundo año en Hogwarts!

Hay que ver, con lo que me han recomendado estos libros (hasta aburrirse, doy fe) y que me hay enganchado ahora como una loca, pasándomelo cual enana leyéndomelos.
En fin, allá vamos.

De nuevo, la historia comienza en casa de los Dursley, los impresentables tíos de Harry, pero esta vez atrae los problemas ya antes de llegar al mundo mágico.
Recibe la visita de Dobby, un elfo doméstico que trata por todos los medios de que no regrese al colegio, a pesar de que le asegura una y mil veces de que le aprecia y no hace más que repetir que un gran peligro acecha al colegio, van a pasar grandes desgracias... Pues vale. No soporto a este personaje, lo digo desde ya.
El caso es que Harry se ha pasado todas las vacaciones sin tener noticia alguna de sus amigos y, la verdad, está preocupado. ¿Y si sus tíos tienen razón y no tiene amigos? Resulta que el elfo mendrugo le ha confiscado las cartas para que, precisamente por eso, no quiera ir al Colegio (como si fuera bastante).
Tras esto, Ron y sus hermanos aparecen e plena noche e un coche muggle volador (tal cual), pues estaban preocupados por no saber nada de él. Y se lo llevan a su casa.

Y aquí empieza todo.
Volvemos ir de compras al Callejón Diagon, pero esta vez por otros medios: ¡polvos flu! Toda una experiencia, desde luego.
Es en este peculiar lugar donde conocemos al nuevo profesor de Defensa contra las Artes Oscuras: Gilderoy Lockhart. Todo un vanidoso, adorado por todas las féminas del mundo mágico y famoso por haber realizado mil y un hazañas, que relata en todos sus libros –que casualmente, deben comprar para sus clases-.

El caso es que, como no podía ser de otra forma, Dobby tenía razón.
Y, ahora sí, comienza el lío.

Y comienza de lo más variadito: aparte de las diferentes clases a las que deberán asistir (Pociones, Defensa contra las Artes Oscuras, Herbología, Transformaciones, Historia de la Magia, Astronomía…), tendremos susurros amenazadores de muerte, que sólo Harry oye y vienen a través de las paredes; mensajes (contra los sangre-sucia) escritos con sangre en las paredes; un extraño diario en blanco; y lo peor: alumnos petrificados.
Como anotación, decir que los mensajes de las paredes hacen referencia al heredero de Slytherin, y que gracias a esto nos explicarán cómo se fundó el colegio por cuatro magos (que dan nombre a las diferentes casas) y cómo uno de ellos decidió ir por libre, pues estaba en contra de que magos con sangre muggle estudiaran ahí.
Esto explica muchas cosas sobre lo majos que son los de la casa Slytherin… pero debo decir que me encantan.

Por si fuera poco, Potter, que ya de por sí atrae los problemas con una facilidad pasmosa, descubre (delante de todo el colegio) que habla pársel, la lengua de las serpientes.
Casualmente, lengua que hablaba Voldemort… ejem… perdón, el que no se puede nombrar.

De nuevo, me ha enganchado un montón, desde la primera página, es increíble la facilidad con la que te metes en la historia y cómo está tratado cada detalle al dedillo, una maravilla. Sobretodo los personajes, siento especial predilección por Dumbledore, Snape y McGonagall, geniales, cada uno a su modo.

Estoy deseando leer la continuación.

Escrita hace 8 años · 0 votos · @Shorby le ha puesto un 9 ·

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