Tras acabar Trainspotting, la verdad es que he de decir que me ha resultado adictivo (valga el juego de palabras fácil) pero no puedo opinar que sea una grandísima novela.
Afortunadamente es un libro que, al menos en mi lectura, ha ido de menos a más. De ser una mera colección de historietas más o menos histriónicas de yonkis y bandarras que a punto he estado de dejar porque no me aportaba nada nuevo, salvo mera diversión, (y que además es un poco lioso por el continuo cambio de personajes y la no exacta linealidad ni correspondencia entre historietas), ha pasado poco a poco a atraerme más por lo que yo suelo llamar las sub-historias. Es decir, el trasfondo, lo que no te cuentan directamente, lo que tan solo se entrevé. Es decir, ese suburbio deprimido sin futuro (qué frase tan punk), caldo de cultivo de todo lo que se cuenta y de más aún.
Lo que más me ha gustado de la novela: Renton (Rents para los colegas). Perfecta cabeza de puente para introducirse y presentarnos los bajos fondos tan de aquí al lado.
Lo que menos me ha gustado de la novela: Renton (Rents para los colegas). Y es que ese yonki tan filósofo y reflexivo no llega a ser creíble en ningún momento como una persona real de carne y hueso. No sé, demasiado figura literaria, demasiado Don Quijote. Quizás son prejuicios de burgués prepotente y comodón, pero sobre todo Spud, (y el resto de la banda realmente), SÍ me parecen viables personas humanas de "clase baja", ("baja" sin ninguna intención peyorativa, tan solo en sentido de rozando la pobreza y los suburbios periféricos, porque en esta vida hay gente que no tiene ni pizca de suerte ni desde su mismo nacimiento). Rents tan solo me ha parecido un alter-ego "molón" del escritor para divagar y narrar las historias que le interesaban.
(Por cierto, intenté leerlo en inglés, pero, EVIDENTEMENTE, no he podido. Ese escocés semidialéctico era demasiado avanzado para mí...).
Escrita hace 9 años · 5 puntos con 1 voto · @arspr le ha puesto un 7 ·