PERTURBADOR por Guille

Portada de FLORES

Alternándola con otras lecturas, voy leyendo la obra de Mario Bellatín en la edición del primer tomo de sus obras completas, “Obra reunida” de Alfaguara. En ella he encontrado relatos, historias, narraciones, novelas, o lo que quiera que estas sean, fantásticas –Salón de belleza, Efecto invernadero, Canon perpetuo, Damas Chinas, El jardín de la señora Murakami– junto a otras que no supe por donde cogerlas: Nagaoka Shiki: una nariz de ficción, La mirada del pájaro transparente, Jacobo el mutante y Perros héroes. Estas últimas las abordé una detrás de otra y me llevaron a un tris de tirar la toalla con el resto del libro. Fue cuando me encontré con esta maravilla que es Flores.

Aquí se aborda como en ninguna otra narración suya un tema que es central en toda su obra: la anormalidad (y su inseparable contrapunto, la normalidad) y la forma en la que nos enfrentamos a ella. Anormalidades físicas, psíquicas, morales, sexuales, religiosas, que se enmarcan en un universo más onírico, más cerrado, más frío que el nuestro... pero tan cercano.

Un científico que descubre la relación entre un fármaco y las deformaciones en recién nacidos y su sospechosa secretaria; unas inquietantes performances solo conocidas por iniciados; un escritor sin una pierna que trabaja en un estudio acerca de las distintas maneras que se ejerce el sexo en la ciudad y que sufre extrañas pesadillas; una pareja de gemelos recién nacidos que han sido abandonados y que carecen de brazos y piernas y cuyos cuidados se disputan encarnizadamente unas voluntarias del orfanato estatal que adoptan simbólicamente a los niños recluidos;

“Alba la Poeta... había adoptado a una niña que terminó decepcionándola. Se trató de una niña silenciosa que miraba la televisión durante muchas horas seguidas. Cuando decidió abandonarla... en los días siguientes continuó acudiendo puntualmente al orfanato. Buscaba otra criatura a la cual adoptar. A pesar de que en muchas ocasiones la niña repudiada se le acercaba al verla llegar, Alba la separaba con firmeza prefiriendo dedicarse a encontrar un infante que pudiera realmente satisfacerla.”

una mujer que arroja a su hijo adoptado a las vías del ferrocarril; un padre que inocula el virus del sida a su hijo; una mujer que llora porque abandonó a su marido por que este quería cambiar de sexo; un padre que abandona a su mujer y a sus dos hijos gemelos y deformes inmediatamente después del parto; un amigo del escritor al que solo le atrae el sexo con ancianos...

...todas ellas historias narradas en pequeños capítulos titulados con nombres de flores (desconozco si hay alguna simbología en la flor elegida para cada capítulo) que se van intercalando y entrelazando para completar un todo fantástico y perturbador.

"al final de ese proceso la sociedad acostumbraba a reconocer que lo anormal estaba, de alguna manera, llamado a convertirse en lo esperado."


P.D. Un punto que, sin embargo, me parece un gran error del autor, que recordemos sufre una deformación física desde su nacimiento por la famosa Talidomina y que realza histriónicamente con prótesis monstruosas, es la relación que establece entre la comercialización de fármacos causantes de deformaciones y el funcionamiento de la ciencia, cosas que son absolutamente distintas, y que da lugar a un mensaje erróneo y confuso.

Escrita hace 9 años · 0 votos · @Guille le ha puesto un 8 ·

Comentarios