TOMAR DECISIONES por Guille

Portada de EL AMOR DE UNA MUJER GENEROSA

Libro tras libro, esta señora confirma lo justificado de su ascenso a lo más alto de mi particular lista de grandes autores. El cuento que da título al libro, el más largo de ellos, es realmente magistral. Junto a él destaco “Las niñas se quedan”, aunque también debo añadir que he encontrado un par de relatos por debajo del nivel habitual, lo que explica el descenso en la nota en relación a la otorgada a sus otros libros (esta diferencia sería algo menor si se permitieran los decimales).

Todos los relatos tienen la impronta de Munro, de la que ya he escrito en otras ocasiones y que no merece la pena volver a describir aquí. En este caso el hilo conductor es el mundo cambiante de los años 60-70, y en los que la vida de las mujeres no es la que menos transformaciones sufrió.

En estos relatos, las mujeres toman decisiones, muchas veces de forma repentina y hasta inesperada, que hacen cambiar el sentido de la narración y de lo leído hasta ese momento. Ellas ya no quieren vivir las vidas de sus madres, que viven con sufrimiento estos alejamientos que quizás llegan dolorosamente a comprender pero no a disculpar, ni ser solo las cuidadoras de hijos y maridos, que, a su vez, las acusarán y castigarán por ello. El cambio a veces tiene su premio, pero siempre un precio y, lo que es peor, no siempre se alcanza lo buscado o lo alcanzado dista mucho de ser como se esperaba.

“Ella creía que nunca volvería a dar importancia al tipo de habitaciones en las que tendría que vivir o al tipo de ropa que se pondría. No recurriría a esa clase de ayuda para dar pistas sobre quién era, o sobre cómo era. Ni siquiera para darse una idea a sí misma. Lo que había hecho sería suficiente, lo sería todo.”

“ella misma había terminado haciendo exactamente lo que había querido. No se podía decir que hubieran elegido una vida equivocada, que hubieran elegido contra su voluntad o que no hubieran sabido elegir. Únicamente no habían comprendido cómo pasaría el tiempo y cómo les convertiría no en algo más, sino en un poco menos de lo que eran entonces.”

Y cuando se mira atrás, no siempre la mirada es agradecida y lo único que se quiere es

“Seguir viviendo y acostumbrarse hasta que sólo sea el pasado lo que duela, y no cualquier presente posible.”

Escrita hace 9 años · 5 puntos con 1 voto · @Guille le ha puesto un 7 ·

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