MI PRIMER VILA-MATAS (Y NO EL ÚLTIMO) por Guille

Portada de EL MAL DE MONTANO

Mi intuición, o mis prejuicios, que vienen a ser lo mismo, siempre me habían aconsejado alejarme de este autor por lo que presentía sería su literatura o, como preveía, su metaliteratura. Y estoy orgulloso de mi intuición porque acertó, pero no hizo pleno y además se equivocó en su consejo, ya que este libro me ha sorprendido y gustado mucho. Más allá o más acá o alrededor de esta metaliteratura está la propia vida y el preciso y precioso estilo del autor.

Vila-Matas lo tiene claro:

“Después de todo, quien escribe con sentido del riesgo anda sobre un hilo y además de andar sobre él tiene que tejerse un hilo propio bajo sus pies (…) de la misma forma que cada vuelo lleva consigo la posibilidad de la caída, cada libro debería contener en sí la posibilidad del fracaso.”

Y este es uno de los puntos fuertes del libro: la valentía para dejar de ser un "parásito literario de otros" y no formar parte “del uniformado ejército moderno de lo idéntico”, aunque se fracase en el intento, que no es el caso.

Leyendo sobre este mal de Montano, en sus tres vertientes –una general, de muerte de la literatura, y dos individuales, de bloqueo del escritor y de una vida habitada literariamente a través de otros–, encontramos a un autor, un hombre, enfermo de literatura porque te ayuda a comprender la vida y al mismo tiempo te deja fuera de ella, que busca encontrar un fin a la búsqueda, que desprecia y necesita (aunque no lo sepa o no quiera saberlo o lo sepa de sobra) la enfermedad porque “Hay un estado de buena salud que no nos permite comprenderlo todo” (André Guide). Alguien que está harto de no haber hecho nada más en la vida que continuar y no se resigna a vivir para haber vivido, para ya estar muerto. Un hombre que necesita un poco de presente y justificarse ante la muerte con una obra bien hecha, y volver de un viaje con miembros de hierro, piel oscura y ojo furioso después de haber segado la alta hierba y haber cazado leones y de follar, un polvo salvaje, como si se acabara el mundo y la literatura y así perder de vista el mal de Montano, porque ya se sabe que “ser escritor es fracasar”.

Y ese es también otro de sus puntos fuertes, el humor, un humor ácido y hasta trágico que incluye la burla de sí mismo, capaz de barrer de un polvo salvaje tanta “tontería metafísicoliteraria”.

Un libro por donde se pasean Kertesz, Valery, Musil, Walser, Gide, Gombrowicz, Cheever, Kafka, Pavese entre otros. Un libro que te enseña a leer mientras te descubre los andamiajes de la escritura en un revoltijo de diarios íntimos, conferencias imposibles, viajes astrales, diccionario de autores, Sanchos y Quijotes, sueños, amigos vampiros, desdoblamientos, mujeres fatales, confesiones, topos asesinos, mentiras, pólvora y borracheras.

Entre esta miscelánea de géneros y temas, pienso que es irremediable que el alto nivel que Vila-Matas alcanza en numerosas partes del texto decaiga en otras, lo que no es óbice para que los califique entusiásticamente de gran lectura y de gran escritor. Repetiré con él, sin duda.

Eso sí, absténganse aquel lector que busque novelas acabadas con introducción, nudo y desenlace, y hágalo sin remordimientos porque es un lector no querido por el autor. Pero, si aun así se decide a su lectura, que sepa que el autor, sabedor de la exigencia de muchos lectores de encontrar historias de amor en los libros, no se la escamoteará.

Escrita hace 9 años · 4.7 puntos con 3 votos · @Guille le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@sedacala hace 9 años

De Vila Matas, sólo he leído “Bartleby y compañía”. Al contrario de lo que tú señalas, mi intuición, antes de leerlo, me prometía una lectura interesante aun sabiendo lo de la metaliteratura. Y sin embargo cuando me puse a ello no me gustó nada. Me pareció árido y antipático, aunque también debo decir que las cosas que no me gustan se me olvidan enseguida y, por tanto, recuerdo poco o nada. Pero no se me olvida la sensación que tuve, confirmada ahora por el 3 que le puse. Así que yo debo estar fuera de ese grupo de lectores “queridos por el autor”, pero no por lo de la ausencia de introducción, nudo y desenlace, que a mí eso me da igual, sino por alguna otra característica suya que mí intelecto rechaza y que no sé cuál es.

@Tharl hace 9 años

Este será también mi primer Vila-Matas, a quién tengo desde hace un tiempo pendiente y que tu reseña me recuerda vuelve a traer a la memoria.
¿Qué dice mi intuición? Vete tu a saber. Que sí y que no. La meta-literatura -o dicho abiertamente, la literatura mira ombligos- me produce reacciones contrarias.

@Guille hace 9 años

Pues ya te diré, sedacala, porque ese pretendo que sea mi segundo Vila-Matas.

Que lo disfrutes, Tharl. Espero comentarios.

@Guille hace 9 años

Por cierto, Seix Barral prepara una nueva edición de Bartleby y compañía con epílogo del autor.