¿PROSA POÉTICA? MÁS BIEN POESÍA PROSÍSTICA por salakov

Portada de LOS PÍCAROS Y LOS CANALLAS VAN AL CIELO

Entiendo que los delirios literarios de Elizabet Smart entre la introspección y la poesía, metaliterarios, abigarrados de citas y cultismos, siempre al límite, echen para atrás a más de uno.
No es mi caso. Lo mismo que para algunos sus libros supondrán un sinfín de desvaríos hiperbólicos, a mí me encanta sumergirme en sus pensamientos y en la forma que tiene de narrarlos. Cuestión de gustos.
La prosa poetica de Elizabeth Smart —o más bien su poesía prosística— vuelve a hacer gala aquí de todo su poderío, treinta años después de "En Grand Central Station me senté y lloré". Aunque quizá su primera novela sea mejor, más elevada, más pasional, o sencillamente solo más esperanzada, en esta obra también nos deja un montón de momentos para el recuerdo.
Porque lo mismo que con las poesías de Pizarnik o con algunos pasajes de Carson McCullers, asomarse a la mente de Elizabeth Smart supone un intento de acercamiento a la psique femenina. Lo que me parece un loable intento mío como lector: al menos eso, intentarlo.

Pasaje:

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«Cuando cayó Jericó, llorar estaba permitido, y en Babilonia estaba de moda proferir memorables lamentos por las aguas separadas. Pero aquí debes ir a tu oficina, llena de vida, con una chispa en los ojos, aunque sea sintética. Porque quién se atreve a ponerse en pie y decir: «¡Qué cansados estamos! ¡Oh, Dios, qué cansados estamos!».
Debo vigilar el objetivo, que es: la aniquilación del amor, para que el amor pueda sufrirse; o, más bien, el cese del sentimiento, para que el dolor sea soportable, y el amor, así, pueda renacer bajo nueva forma.»

—Los pícaros y los canallas van al cielo, Elizabeth Smart—

Escrita hace 10 años · 4.4 puntos con 5 votos · @salakov le ha puesto un 7 ·

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