IRA, SOBRE TODO, IRA. por Guille

Portada de AMOR, IRA Y LOCURA

Se compone de tres novelas muy distintas, pero narradas todas ellas desde el punto de vista del perdedor. El nexo común a todas es el miedo impuesto a un país por un grupo paramilitar (como los realmente utilizados por Duvalier), la sed de venganza de una parte del pueblo y la dejadez por parte de la otra, el vudú como impotente arma ante las desgracias, por un lado, y justificación de los castigos divinos, por el otro, y el racismo como coartada del odio que impregna a unos y a otros.

Me gustó mucho la segunda novela, tardé un poco en apreciar la primera para terminar enamorado de su personaje principal, Claire, y no consiguió conmoverme el tercer relato.

La primera de las tres novelas, Amor, es un diario empezado muy tardíamente por una cuarentona mulata, hija mayor de una familia venida a menos, castrada por el peso de la tradición y la situación social de la familia y con un volcán tántrico por alma que solo es capaz de lanzar su apasionada lava hacia el interior... aunque el humo mancha ahora su diario (gran personaje y excelentemente retratado). Pero hasta en este cuaderno tan íntimo se recata, se retrae. Sus frases son cortas, como disparos, duras, frías, pedazos de hielo que se desprenden de un iceberg que se derrite por dentro. En él nos va relatando su pasado con un padre severo e intolerante, hipócrita, como toda la sociedad a la que pertenece; y su presente, lleno de auto desprecio al observar en lo que se ha convertido, al ver lo irremediable que es ya su situación y como se le escapa la vida sin haber sabido sobreponerse a sus miedos, a sus prejuicios, por no haber sabido luchar por lo que quería, al igual que su clase social es incapaz de soliviantarse ante el poder autoritario que ahora les somete cuando hasta hace bien poco eran ellos los “sometedores”.

La segunda novela, la que más me ha impactado de las tres, Ira, es la narración del poder devastador de una autoridad no sometida a ley alguna y como el miedo se impone a toda una sociedad que es capaz de mirar hacia otro lado mientras el tsunami autoritario no llegue a sus bonitas playas. Pero sobre todo es la narración de la pérdida de la dignidad, de cómo ese poder omnímodo puede anularte como persona, puede hacerte preferir la muerte, o, lo que todavía puede ser peor, de como ese poder puede trastocar hasta tal punto el orden de las cosas que puede llegar a hacerte sentir culpable de tu propia situación de indefensión. Una narración capaz de removerte por dentro y entre la que destaco el monólogo interior de Paul, el hijo mayor de la familia humillada.

La tercera novela, Locura, una mezcla de melopea, locura y realidad, donde unos poetas, locos y borrachos, son los únicos capaces de intuir la realidad que se les viene encima (un personaje parecido aparece también en la primera de las novelas y sus destinos son el mismo). Quizás la puesta en escena, muy teatral, es la causa de que me haya llegado menos que las otras dos novelas.

En definitiva: la recomiendo.

Escrita hace 10 años · 0 votos · @Guille le ha puesto un 8 ·

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