ALGO SE DESCARRIÓ SIN REMEDIO por Guille

Portada de EL ENCUENTRO

Alguien debería hacer algún estudio acerca de los efectos del whisky sobre los habitantes de este pequeño país... o quizás son las pintas de Guinness o la lluvia o todo junto o vete tú a saber qué es lo que pasa en Irlanda para que se den tantos y tan buenos escritores. Anne Enright es una buena escritora y esta es una muy buena novela.

El estilo del libro es el estilo de la narradora, una mujer con una coraza frágil, un volcán engañosamente inactivo, con un lenguaje seco, mordaz muchas veces, desesperanzado siempre. A aquellos que les guste subrayar frases, aquí se van a pegar una jartá. Las hay de muchas clases.

Hay humor negro: (Sobre su hija)

“Emily tiene algo de gato, y siempre he pensado que los gatos solo saltan a tu regazo para comprobar si estás lo bastante fría para comerte.”

Hay pequeñas joyitas:

“Hablaba un irlandés precioso. La lengua era para él un lugar romántico, y es el lugar donde aún sigo queriéndolo.”

“Podía coger las llaves y volver a "casa", donde podría "hacer el amor" con mi "marido", igual que tantas otras personas. Eso era lo que había hecho durante años. Y hasta que mi hermano murió no parecieron importarme las comillas ni me di cuenta de que estaba viviendo entre ellas.”

Y hay otras tantas con las que, después de pelearte un buen rato, te preguntas si no te tendrías que tomar ese whisky o esa cerveza de malta o ponerte bajo la lluvia a ver si te despejas un poco y pillas todo el sentido de la frase:

“No hay nada tan incierto como la caricia de una anciana, tan cariñoso o tan horrible”

“Lamb Nugent nunca la dejó. Mi abuela fue su acto más imaginativo. Puede que yo no se lo perdone, pero es eso -la forma en que fue fiel a ese acto creativo- lo que mejor define al hombre, para mí.”

La historia en sí está llena de tópicos irlandeses, como el alcoholismo, familias numerosísimas, la culpa católica, el abuso a menores. Todo se perdona en virtud de la maravillosa forma en que está contada. Todo el libro es un largo monólogo de Verónica que nos cuenta la historia de su familia, los Hegarty, a raíz de la muerte de uno de sus once hermanos. Como buen monólogo, la historia no es lineal; recuerdos traen otros recuerdos, ideas que se van enlazando, pequeñas historias de sus abuelos, de sus padres, de sus hermanos, se entremezclan con su vida, con el momento en el que celebran el funeral y el entierro de su hermano y los meses posteriores. La culpa es la gran protagonista... y quizás el destino, porque aunque a veces parece que un hecho terrible del pasado concentra todo el peso de la caída y posterior muerte de su hermano (y toda la responsabilidad en ella y el resto de la familia), también pone en el otro platillo de la balanza aquello contra lo que es muy difícil luchar:

“No es que los Hegarty no sepamos lo que queremos, sino que no sabemos cómo quererlo. En nuestro deseo hay algo que se descarrió sin remedio.”

Escrita hace 10 años · 5 puntos con 4 votos · @Guille le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 10 años

Cierto: en Irlanda hay unos escritores muy suyos. Por aquí somos unos cuantos los admiradores de esa literatura, de Joyce a Beckett pasando por Flann O'Brien.

Se agradece, Guille, que incluyas algunas "perlas" para valorar el estilo , posiblemente lo más difícil de apreciar en una reseña.