STONER, ESE SER PRIVILIEGIADO por Guille

Portada de STONER

La novela es bellísima, y Stoner, pues sí, es de esos personajes que se te quedan aquí, pegaditos para siempre.

En alguna de las reseñas que leí sobre esta obra se apuntaba como el tema del libro a la futilidad de la vida, y eso jugaba a su favor en lo que a mi interés por él se refiere. Pues bien, mi parecer es que es más bien una explicación de como esa vida fútil, sin grandes logros, con serios contratiempos incluso, puede ser llevada con una gran dignididad e incluso alcanzando la felicidad, o algo que se le parece mucho, durante amplios periodos de tiempo.

La felicidad es una posibilidad al alcance de muy pocas personas; Stoner es una de ellas. El estoicismo con el que Stoner encara su vida haría las delicias de un Marco Aurelio o de un Séneca. La templanza y la serenidad que parecen regir su vida (aunque estas parecen romperse en los últimos capítulos, tras la marcha de su gran amor, son felizmente recuperadas de nuevo... aunque no sin antes darnos alguna satisfaccción por fin) y que tanto nos perturba a sus lectores, que asistimos impotentes a los sinsabores de un matrimonio desgraciado, al injusto trato profesional que recibe, a la inexplicable desidia ante la monopolización de la vida de su hija por parte de su esposa, a la decisión que toma ante su gran amor, esa serenidad digo, es su gran fuerza ante esos embates de la vida que va encarando a medida que se presentan, nunca antes, con entereza y con una convicción que no será nunca más analizada ni, por supuesto, cuestionada (solo al final de su vida echa un cierto vistazo retrospectivo). Y todo ello no es algo que pueda aprenderse y tampoco es algo fácil de sobrellevar para los que comparten la vida con seres tan privilegiados.

Escrita hace 10 años · 4.3 puntos con 4 votos · @Guille le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@_567_ hace 9 años

Notable canto a la dignidad de cierto tipo de persona y estupenda composición de personaje protagonista, coincido con tu comentario, más que un somero análisis a la futilidad de la vida… aunque también hay algo de eso. Es una novela muy bella, sin duda, por la sencilla razón de que cuesta mucho encontrar esa belleza tan noble que define el carácter de Stoner dentro del estercolero humano al que nos vemos abocados en cualquier existencia común. Y es también una novela extremadamente sencilla a pesar del, en teoría, sofisticado escenario en que se desarrolla: la historia de un profesor de la Universidad de Missouri en Columbia…

Me han gustado mucho tanto el principio como el desenlace, mientras que en el nudo central (esa esposa que no hay por donde ‘soportarla’, esa hija tan ‘desquiciada’, esa amante tan ‘desaprovechada’, ese Lomax tan hijo de puta…) puede que Williams sostenga la narración pero en mi opinión pierde algo de fuelle en cuanto a ese pasito adelante hacia la maestría que su obra pide a gritos, aunque me reitero en que remonta el vuelo con ese estupendo cierre. En todo caso, una más que recomendable lectura y un auténtico placer el haber conocido a este tipo, William Stoner, un profesor con el que valdría la pena licenciarse, mínimo diplomarse, en esa carrera tan dura que es, pues eso, la existencia.-

@Guille hace 9 años

Me alegro mucho de que te haya gustado tanto y solo espero que tu comentario anime a más gente a leer esta, como tú bien dices, bellísima novela.

Es curioso lo de este libro. Es cierto su sencillez, como lo es el hecho de que la historia en sí no sea nada extraordinaria, ni que el propio Stoner sea un personaje carismático en ningún sentido... excepto en esa felícisima serenidad, en ese estoicismo natural del que disfruta. Sin embargo la lectura de esta novela me procuró un placer como pocas veces he tenido la suerte de disfrutar (leyendo, se entiende). Quizás ese no saber a qué atribuirlo, esa sencillez de la que ambos hablamos, es lo que puede hacernos pensar que no llega a obra de arte, como si una obra de arte tuviera por fuerza que demostrar un esfuerzo extraordinario, una capacidad extraordinaria, algo extraordinario a lo que atribuir su calidad.