CÓCTEL EXPLOSIVO por FAUSTO

Portada de SED DE CHAMPÁN

Hacía tiempo quería paladear esta novela y, como a veces suele suceder, mis reparos se debían a prejuicios absurdos (todos los son). No fueron satisfactorias mis primeras experiencias con la “novela urbana” y su descripción de la mencionada antropología urbana que surgió en los 90 con autores jóvenes como Mañas o Etxebarría. Sus tramas se reducían a sucesiones de escenas sobre sexo, alcohol y drogas donde la literatura y las tramas (especialmente en el caso del madrileño) brillaban por su ausencia. Y para más inri uno de los apelativos de Montero Glez es “hijo de Bukowski”, no obstante, y por fortuna, suelen emparentarle con Valle-Inclán.
Pues bien, mi degustación de este “champán” (no como me temía: aguachirri, sidra o, tal vez, cava) no ha resultado avinagrado, tanto el bouquet, el cuerpo y las chispeantes burbujas de este cóctel explosivo ha resultado una cata gratificante, sorpresiva y estimulante.

Montero ha diluido impecablemente varios géneros creando un carácter propio. Los ingredientes del combinado son variados pero con graduación afín: el más evidente, ya mencionado al principio, son los rasgos de la literatura actual urbana (delincuencia, problemas de la juventud y barrios marginales con una estética próxima a la contracultura); luego es patente que bebe de las fuentes de la novela negra; también tiene algo de “regusto” del denominado realismo sucio, pero en ningún momento se puede considerar una narración perteneciente de este tipo; y todo ello aderezado con unas gotas de humor, un humor irónico, corrosivo y cachondo que tiene mucho de gamberro.

Todas estas propiedades singulares resultarían aguadas si no se perfilase también con un estilo exclusivo que le confiera sabor a la narración. El autor madrileño consigue una redacción con misiones y funciones polivalentes.
Primero está escrito con varias voces: inicialmente en 3ª persona, pero no omnisciente, para intercalar, en la 2ª parte del libro, con pasajes en 1ª persona por boca de una figura secundaría; y diseminados por todo el texto hay fragmentos de dialogo interior que corresponden a los pensamientos del protagonista.
Otro apunte reseñable son los tiempos de narración, empleando 3 fases “independientes” y complementarias a la vez. La trama principal se desarrolla en el presente que en determinados momentos cambia al pasado para aportar luz y explicación a los hechos actuales, a modo de piezas de puzle que van encajando en el presente; sin embargo, esta subtrama tiene tal fuerza que, a veces, llega a eclipsar la historia inicial. Al mismo tiempo se encuentra una tercera vía narrativa contada por Charolito, nuestro héroe, que a modo de pequeña ficción, un cuento, recrea una fantasía representada por su alter ego. Historias que se interrelacionan como un vaivén en una aparente libertad anárquica, siendo un delicioso “orden caótico”. Reconociendo que esta estructura literaria es realmente lo más meritorio y atrayente, igualmente contiene, en mi opinión, su talón de Aquiles. No todas las intrigas están delineadas con el mismo interés o énfasis, ocasionalmente hay tramos monótonos y, además, las transiciones entre ellas no están bien delimitadas donde un lector distraído, sobre todo al principio, puede llevar a la confusión.

Al igual que el champange extra brut, la escritura es seca, con momentos de aridez y dadas las escenas de violencia, sexo y muerte llega a ser dura. Esto no es óbice para encontrar sensaciones dulces y aromáticas: el humor ya citado, un lenguaje “poético” expresado en metáforas e imágenes, o las descripciones con adjetivos ingeniosos de doble (y posiblemente triple) sentido. Siendo una prosa cuidada, usa un habla callejero, vulgar y cotidiano, utilizando expresiones de jerga, del mundo taurino y argot de distintas procedencias: taleguero, caló y, probablemente, lunfardo. Los diálogos con una esencia incisiva, aguda, cortante y sin medias tintas, denotan la profundidad y peligrosidad de una mala puñalá.

Charolito, cuarterón (de madre cañí y padre juali y putativo) pinturero y castizo, es un calé solitario, chulo, pendenciero, mentiroso, mujeriego y ladino que su señal más reconocible es su escepticismo, ya la primera frase del libro es bastante ilustrativa al respecto:”El Charolito sólo se fiaba de su polla”.
Un criminal de poca monta pero con clase y con apetencias de la buena vida. Un “mestizo” que, como tal, transita entre 2 mundos irreconciliables: los barrios altos y los arrabales de chabolas; el universo del lujo, el dinero, los coches caros y la marginación de la miseria, la prostitución, la droga, el crimen. Un personaje emblemático que siendo el primordial, hay cabida para pormenorizar con riqueza varias figuras secundarias y dar paso a una exposición de vidas marginales: matones, busconas, gitanos, camellos, abogados corruptos, viciosos de diferente calaña, etc.

“Sed de champán” ha saciado y refrescado, momentáneamente, mi anhelo de una literatura contemporánea española que es original y de calidad. Siendo su opera prima, da pábulo y esperanzas para encontrar caldos de mejores cosechas en sus posteriores obras.

Escrita hace 10 años · 4.8 puntos con 5 votos · @FAUSTO le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 10 años

Buena reseña, Fausto. Me reconozco un tanto prejuicioso. Me suena, no sé por qué, a la generación Nocilla, afterpop, Nuevo DRAMA y similares...

Algún artículo venenoso he leído sobre Montero Glez (vaya nom de guerre) como éste que disuade de toda lectura:

com.

Desde luego, no tiene mucho que ver con lo que tú cuentas (por cierto, muy bien)

Es un terreno muy, muy movedizo para los lectores que no quieren dar pasos en falso (entre los que me cuento) porque sus querencias están con los clásicos y no con las novedades.

De los nacidos después de 1960 (más o menos) desecho por falta de interés a Belén Gopegui, Espido Freire, Javier Pérez Andujar, Unai Elorriaga, Luisa Castro, Ray Loriga, Juan Manuel de Prada o Pablo Tusset, pongo por caso. Me resultan más bien indiferentes Javier Cercas o Javier Calvo; me parece que Luis G. Martín o Jesús Carrasco pueden escribir cosas interesantes; y leo todo lo que puedo de Manuel Rivas, Fernando Aramburu y Antonio Orejudo. Que conste que hablo sólo de los “jóvenes” de lo que al menos he leído alguna cosa. Me dejo muchos fuera: algunos porque no me animo a leerlos, como Agustín Fernández-Mallo. Prejuicios, again. Son, reconozco, un puñado de nombres; la nómina es inmensa (y es descorazonador no apoyar autores jóvenes de talento confundidos entre mucha morralla) pero el tiempo no da para mucho más. Se entiende que Montero Glez (hay que fastidiarse con el nombrecito) no forme parte de mis prioridades lectoras.

@FAUSTO hace 10 años

No es fácil dejar los prejuicios. Últimamente he querido deshacerme de alguno de ellos (también se puede llamar cabezonería) y no me ha ido nada mal. Después 4 intentos con la novela gótica (2 libros abandonados y otros 2 leídos con “dificultad”) por fin he “acertado” y me ha resultado interesante la narrativa de “Los elixires del diablo”; o ahora que he vuelto a intentarlo con un autor como Eslava Galán y ha merecido la pena el intento (hasta donde llevo leído). Pero bueno, esto son otras historias y otra clase de literatura muy diferente.

No conocía el artículo viperino que mencionas, sólo había leído un par de ellos, elogiosos los dos, sobre las virtudes de Montero Glez (supongo que puede decirse Montero González, pero suena menos “elegante”) y más que predisponerme a favor del autor, me suele escamar toda crítica lisonjera sobre un autor que no conozco (aún se me cae el alma a los pies cuando pienso en el crítico iluminado que me hizo picar con Mañas al equiparar su prosa de con la de Dostoievski). Además cuenta con la defensa de autores como los “insignes revertes” (Arturo Pérez-Reverte y Javier Reverte) y Raúl del Pozo. No sé hasta que puede ser beneficioso o perjudicial tener tales padrinos. En cualquier caso después de la lectura de la novela encontré muy acertadas, aunque no todas, las alabanzas que escribió Pérez-Reverte.
En cuanto al comentario del blog, respetando su opinión, tiene su gracia. Más que un análisis es una retahíla de puyas que, además, tiene la poca delicadeza de estar lleno de spoilers. Por cierto, algunas de las contestaciones que ha recibido el bloguero (¿estará bien escrito?) son más ecuánimes y apropiadas para redactar una crítica, independientemente si coincide o no con mi propia opinión. No obstante, quién sabe si leyendo esa recopilación de relatos pueda coincidir con su juicio-maldición. De todas formas veo dos coincidencias: tiene razón, y lo indico en la reseña, en cierta redundancia en su escrito; y, muy al final, parece otorgar a Montero cierta maestría literaria en la forma aunque no en el fondo.
En fin, desde luego ha sido curioso el blog.

@Faulkneriano hace 10 años

A vueltas con los prejuicios: no es lo mismo "no me gusta la novela negra" (que es un continente inmenso de flora y fauna de lo más variopinta) que "no me gusta Belén Gopegui "(que es una islita, posible escala en un viaje oceánico). Otra cosa sería: "no me gusta la novela del siglo XXI", afirmación que dejaría al lector que la suscribiera fuera de la corriente principal de la literatura de su tiempo, condenado siempre al pasado (aunque puede que el presente, literariamente, no sea muy halagueño)

Y sí, el blog es curioso (y los comentarios, por una vez). Mira lo que dice una chica: "Parece que cuando la miseria esta ambientada en el Ohio profundo esta muy bien, pero cuando es esa miseria cercana de tasca, chusma, talego y malote de pueblo, no nos gusta tanto porque nos salpica". Muy cierto.

@_567_ hace 10 años

(Leí la reseña ayer pero tuve que salir pitando sin tiempo para comentar…)

No puedo opinar sobre Montero Glez. porque todavía no tengo ninguna referencia, así que me centraré en seguir el hilo de vuestros comentarios. Consultando la wiki veo que el autor ya lleva una larga trayectoria de la que Fausto ha reseñado el primero de sus libros (ese es el que intentaré conseguir, aunque quizá algún otro) y Tongoy lo ha hecho sobre “Polvo en los labios”, que es el último, en medio 9 novelas más de este, así en una primera intuición, navajero de las letras…

Tongoy es un bloguero (como un bodeguero que almacena libros leídos en este caso, Fausto) con una larga trayectoria en el ciberespacio (por cierto, Faulk, ¿cómo has llegado hasta ahí?, puedes contarlo hombre que estamos entre amigos…), su especialidad son los jóvenes autores a los que, aplicándoles una medicina extremadamente personal, se dedica a reseñarles los libros que publican. Es un blog al que sigo desde hace un tiempo, de hecho es de los pocos que tengo enlazado con el mío (que es un blog muy modesto de AFICIONADO A LA LECTURA, donde pongo las mismas reseñas que aquí y otras cosillas más breves), pues bien, allí he llegado a presenciar auténticos despellejamientos públicos a obras y autores, muchos de ellos famosos, (que suelen intervenir ellos mismo en muchos casos en defensa de sus libros, ya sea con sus nombres reales o bajo la asquerosa máscara del anonimato), también grandes loas y alabanzas. Todo depende del gusto del consumidor, que en ese caso es Tongoy. ¿Qué sucede con esto?, pues bien, yo me permito una reflexión al respecto, que incluso podría servirles a muchos de nuestros amigos ‘escritores autopromocionales’ de SdL; en ese y en otros blogs muchos autores que quieren darse a conocer pueden hacer llegar sus trabajos al administrador de turno, él los leerá y emitirá sentencia, su opinión, con todo ello el libro adquiere la difusión necesaria para llegar a mucha gente (fijaros que muchos de las entradas potentes superan los 100 o 200 comentarios, de gente que os puedo garantizar que COMPRA libros porque son extremadamente frikis de la novedad…); el riesgo es alto, claro, uno debe estar muy seguro de la calidad de su obra para lanzarla al vuelo de la opinión ajena, y más si esta no tiene pelos en la lengua, como es el caso del susodicho Tongoy. Lo dicho, de ese blog, lo que más me gusta es el estilo personal del autor, también muchos de los debates que se generan, aunque como comenta Fausto, a veces se le va bastante la labia con los spoilers. Es un trabajo sucio, el de catalogar a las nuevas generaciones de autores, pero alguien tenía que hacerlo…

Bueno, a todo esto, comentar mi desacuerdo con Faulk (todos tenemos nuestras listas propias de nombres por los que apostamos o no…) en esta ocasión, y es que no se puede GENERALIZAR sobre los ‘jóvenes’ nacidos después del 60. Hay muchos y buenos, no en vano alguno de ellos dentro de, pongamos 10 o20 años, puede llegar a ser, estoy convencido de ello, yo que sé, un Marías o un Vila-Matas, y entonces todo el mundo se les rinde a los pies a implorarles perdón por no haber sabido disfrutar de sus obras de juventud, algunas realmente buenas… ay, con lo duros que son los inicios para todo aquel exento del talento congénito.

Buena reseña, Fausto. (Perdón por las posibles faltas de texto, el rollo mecanografiado se me ha alargado demasiado como para editar… Ois!)

P.D. – Faulk: esa chica estaba haciendo una referencia velada a Pollock, uff… palabras mayores.-

@FAUSTO hace 10 años

Vaya, Krust, tienes un gran conocimiento sobre el mundo del blog. Debo reconocer que soy un “analfabeto y un carca” en ese mundillo, no sigo ninguno y tampoco me llama la atención ese formato; prefiero y me encuentro más a gusto en una configuración más democrática e igualitaria como son los foros.
Si decides leer alguna obra de Glez será interesante conocer tu opinión. Por cierto, comparto tu curiosidad de cómo ha localizado Faulk ese blog, y que con ese apodo, nombre de guerra o lo que sea y signifique Tongoy, no inspira mucha confianza.

Volviendo a los prejuicios (aunque debo distinguir de lo que no se conoce nada en absoluto y con un juicio desfavorable, y de lo que se conoce algo y con la misma opinión adversa, hay una ¿sutil? diferencia) y echando un vistazo a tu lista de “desterrados”, Faulkneriano, compartimos a Unai Elorriaga y Ray Loriga (casi son anagramas), aunque visto lo de Montero Glez puede que indulte a Loriga. Añado a mi lista Elvira Lindo, David Trueba, Clara Sánchez (aunque esta escritora tiene más años y últimamente tengo algo de curiosidad)…, y ahora no recuerdo más.
Entre los que conozco poco y nunca (o casi, vete a saber) voy a repetir están: J. Ángel Mañas, Javier Cercas, Ruiz Zafón, Idelfonso Falcones. Y de los que pienso darle una segunda oportunidad: Vila-Matas (también es “mayorcito”), el argentino-español Andrés Neuman o Lorenzo Silva.
Entre los que mencionas tengo bastante interés en Landero, Orejudo (posiblemente una de mis futuras lecturas), Jesús Carrasco y agrego a Bruno Galindo. Y habiendo leído algo suyo y siendo una (o dos) “simple” buena novela pero que me ha parecido atrayente su estilo o temática, hay varios escritores: Jesús Ferrero, Muñoz Rengel, Ángela Vallvey, Trapiello, J. Manuel de Prada, Espido Freire, Etxebarría, y el veterano Manuel Vicent.
Y entre esta vorágine de escritores actuales (más o menos) destaco al último que me ha deslumbrado: Julio Llamazares.

Bueno, como suele suceder con cualquier lista todas son bastante sui generis, y más en mi caso, que son tremendamente moldeables y “donde dije digo, digo diego”.

@Faulkneriano hace 10 años

Lo de Tongoy (no tengo ni idea de quién pueda ser ni lo había leído hasta ayer mismo) sale poniendo Montero Glez en el Google: es el séptimo resultado. Así que no tiene mucha ciencia. Me llamó la atención la dureza del comentario y por eso lo colgué. No suelo leer blogs de literatura (salvo el de mi admirado Gonzalo Hidalgo Bayal, que se prodiga muy poco) y tampoco leo demasiado las críticas de la prensa escrita. Sí que me gustan (ya lo he dicho alguna vez) los libros de crítica literaria, aunque por razones obvias no suelen dedicarse a los autores más recientes, salvo excepciones ( de antologías no hablo, que son muy interesadas)

Pues claro, Krust, que no se puede generalizar sobre los autores "jóvenes". Orejudo nació en 1963 y Unai Elorriaga en 1973 y, la verdad, poco tienen que ver. De todos los escritores que citaba he leído una o varias novelas (mal podria opinar si no) y, por supuesto es una lista de lo más discutible, mucho más que si enumeras los novelistas rusos del XIX que más te gustan. Es, como dije, un terreno movedizo. Ni me he acordado de Ruiz Zafón y similares porque hablo de escritores de los de verdad, te gusten más o menos (aunque, pensándolo bien, a Tusset no debería ni haberlo mencionado, pongo por caso; pero todavia me acuerdo del tiempo tan tonto que perdí al leer En el nombre del cerdo). Y, Fausto, no hablo de Vila-Matas o el mismo Reverte porque son ya escritores talludos (y bien distintos, por cierto). Me parece interesante Chirbes, por ejemplo, pero estábamos hablando de escritores "jóvenes", como bien dice Krust los más difíciles de evaluar, porque empiezan a vocear y no se oye nada en la confusión reinante, salvo si así lo quieren mefistofélicos movimientos editoriales (como el que dio a conocer a Jesús Carrasco)

Algunos autores dan lo mejor de sí mismo al principio (Landero es un caso ejemplar) y otros se toman su tiempo y aprenden a costa de varios intentos (y del sufrido lector: un poco como los malos actores guapetones). Nunca hay que descartar a nadie: hasta Almudena Grandes se puede convertir en una buena novelista (hoy estoy generoso).

P.D. Anda, es verdad, Krust, la chica del comentario estaba hablando de Donald Ray Pollock, el de Ohio. Con ese no me meto, por la cuenta que me trae (y porque El diablo a todas horas es una novela interesante) No, yo lo incluía porque a veces parece que adoptamos un doble rasero: nos apasionan los red necks, por lo exótico, y nos estomagan las chonis. Pero pasa también que los imitadores no suelen ser tan interesantes como sus modelos. No lo digo por Montero Glez, que no conozco, pero sí por algún imitador español de Bukovski que hace añorar seriamente el original (y no me disgusta ni mucho menos el realismo sucio: de don Charles me he leído todo lo que ha caido en mis manos)

Insisto: esto es territorio movedizo, donde uno puede meter la pata hasta el fondo.

@Faulkneriano hace 10 años

Para ser justo y compensar mi comentario anterior, incluyo un artículo de Santos Sanz Villanueva (al que respeto muy mucho), bastante encomiástico, sobre Montero.

revistadelibros.

Y otro de Santos Alonso (del que me fío menos), donde parece insinuar, como apuntábais, que lo suyo es el lenguaje.

revistadelibros.

No, si al final lo tendré que leer... Ya has visto, Fausto, que yo siempre tomo nota.

@_567_ hace 10 años

El sábado pasado incluí esta “Sed de champán” en la remesa de libros mensual que saqué de la biblioteca, no tardaré en leerlo…
Por cierto, Fausto, el otro día me encontré de sopetón a Montero Glez. colaborando en Jot Down (que viene a ser un híbrido entre blog y foro, está muy bien por si quieres echarle un vistazo…), Faulk (ya leeré los enlaces que aportas al debate, tengo que salir en breve…) ya me consta que conoce esa web, ¿no?

@LaChata hace 10 años

Hola... me ha convencido para ser una próxima lectura :-)

@Faulkneriano hace 10 años

Monsieur Kroust, fue usted mismo quien me facilitó información sobre Jot Down, y es una sugerencia que le agradezco profundamente, porque no hay semana que no la visite. Las entrevistas, sobre todo, me parecen de lo mejor que se puede leer en la prensa digital (y algunos de los artículos de cine, con los que disfruto como un enano) Merci bien, une autre fois.

@FAUSTO hace 10 años

Anoche pasé un buen rato leyendo de vuestras sugerencias. Faulkneriano, nunca he dudado de que seas un lector que toma buena nota, y si al final tienes que leerlo… bueno, la pelota está en tu tejado, jeje.
En cuanto a los artículos, ¿qué puedo decir? Bastante de acuerdo con sus consideraciones. Santos Sanz ya dice que es una gran obra que deja el testimonio de su alerta, y más adelante suscribo totalmente su afirmación:” la prosa tiene una fuerza enorme a base de creaciones verbales muy felices y de un oído magnífico para la lengua conversacional.”
Lo mismo digo del acertado primer párrafo de Santos Alonso y la conclusión con que inicia su escrito: el “tópico” de un extraño novelista que no deja indiferente a nadie. Y tampoco le falta razón al asegurar que, a veces, puede caer en el costumbrismo más pintoresco.

Por cierto, curioseando por los artículos de Santos Sanz Villanueva, he encontrado una pequeña reseña sobre “Obras completas” de García Pavón. Me alegra que haya críticos que reivindiquen la figura literaria del escritor manchego; un autor que luchó por una digna narrativa policiaca española, y que como pretendía: “quería hacer unas novelas que conjugaran la suficiente «suspensión» para el lector superficial con la necesaria altura para interesar al lector sensible.”

Krust, interesante y completísima página. Seguro que me pasaré bastante a menudo por allí, con sólo echar un vistazo he ojeado artículos realmente fascinantes: un estudio sobre el “Decamerón”, las innovaciones en el ajedrez (soy un mediocre jugador al que le encanta la historia de este deporte-ciencia) o la nueva serie “True detective”, de la cual he leído y oído maravillas. Gracias por la recomendación.

Hola y bienvenida LaChata. Espero que tu elección sea tan provechosa y positiva como fue mi lectura. Será muy interesante conocer tu opinión, sea coincidente o no con la mía.

Saludos para todos.

@Faulkneriano hace 10 años

Krust, es cierto que Montero Glez aparece en Jot Down... ¡entrevistando a Carmen Posadas! No se me ocurre pareja más extraña (o a lo mejor no tanto)

@LaChata hace 10 años

Gracias por la acogida, un saludo cariñoso :-)

@LaChata hace 10 años

Gracias por la acogida, un saludo cariñoso :-)

@_567_ hace 10 años

Interesantes los enlaces de los dos Santos, Faulk, uno lo define como el ‘Bukowsky de Tarifa’ y el otro resalta su eficacia en cuanto a su “ácida e inmisericorde mirada social”, a simple vista pinta bien… efectivamente, esa primera frase del inicio de la novela, que comenta Fausto en la reseña, ya apunta buenas maneras. Veremos…