OTRA VERSIÓN DEL FAMOSO BARDO GUERRERO por EKELEDUDU

Portada de NIAMH, LA REINA DE LAS HADAS

"De niño me contaban historias como ésta para que fuera bueno", recordaba el fullero Colorado Bill, a propósito de una anécdota en la que el malo se salía con la suya a expensas del bueno, en LA CIUDAD FANTASMA, un episodio de la impagable historieta LUCKY LUKE (y obviamente, el propósito de quien contara esas historias fracasó miserablemente). El mismo comentario podría haber hecho a propósito de distintas historias entre las muchas que ofrece la mitología celta: Deirdre provoca una gran matanza, y finalmente mueren ella misma y su amado; los hijos de Llyr, transformados durante mucho tiempo en cisnes merced a un malvado hechizo, recobran al fin su forma humana, pero envejecen velozmente en breves instantes, y mueren; Fraoch quebranta el "geis" que le desaconsejaba nadar en aguas oscuras, y sucumbe intentando conseguir unas sabrosas bayas para la joven de la que se ha enamorado, historia esta última que Máximo Damián Morales en MITOS Y LEYENDAS DE DRAGONES. Los celtas sabían poco de finales felices, parece: a los buenos les iba siempre como la mona.

Todo lo cual viene a cuento porque precisamente el buen Máximo recrea aquí una leyenda celta muy famosa. Yo ya la conocía, pero esta versión me pareció un tanto rara, atípica, tanto más cuanto que carece del carácter tremendamente trágico que predomina en esa mitología. Demoré bastante en localizar, para compararla con ésta, la versión que había leído primero, y finalmente la hallé en un libro del maestro Roberto Rosaspini Reynolds -maestro porque lo fue de Morales, pero también porque yo mismo le guardo enorme respeto, pese a nunca haberlo conocido personalmente-: CUENTOS DE HADAS CELTAS, que ya hemos comentado aquí.

Uno y otro autor nos relatan cómo un joven y virtuoso príncipe -Ossyan, para Rosaspini Reynolds, Ossian según otras fuentes, y castellanizado Osián por Morales- conoció a Niamh, reina o princesa de las hadas, con quien se casó -ella lo eligió como marido precisamente por sus muchas virtudes- y con quien viajó hacia la legendaria, mágica Tir Nan Og, y de qué ocurrió cuando al muchacho se le ocurrió regresar a su tierra natal. Rosaspini Reynolds tiene su estilo, Morales el suyo, ambos buenos por distintos que sean, pero la versión del primero suena más reconociblemente celta casi sólo desde el comienzo. No se trata sólo de que Niamh se lleve a Ossian a Tir Nan Og, se trata de un "geis" (un hechizo que conlleva una prohibición, una obligación o ambas cosas, y que por lo general el héroe termina quebrantando y hallando la muerte debido a ello, como le ocurrió al infortunado Fraoch, precisamente) que ella le impone; y cierto combate posterior termina en sangre; y el final, por supuesto, es trágico.

No así ocurre en esta versión de Morales, donde todo aparece suavizado, dejando a uno la duda de si se trata de otra versión que él recogió, o si él mismo dulcificó el relato. ¿Una versión retocada por el cristianismo, tal vez? Con perdón de San Patricio, dudo tanto de que un autor medieval cristiano preservara impoluta la imagen de un espíritu pagano como Niamh (recordemos a la diosa Morrigan, convertida en la leyenda artúrica en la ambigua y tirando a perversa Morgan Le Fay, en tanto que la magia de Merlín se explicaba por ser él hijo de un demonio; signos sutiles pero evidentes de la condena cristiana a la liberalidad femenina, a la magia y, en suma, a cuanto oliera a paganismo) como de que Ossian no acabara convertido en una especie de campeón de la Cristiandad en una época en la que matar paganos o infieles en nombre de Dios se consideraba virtud.

Lo que nos lleva a la segunda posibilidad: ¿alteró el propio autor el relato original? No es lo que suele hacer. Puede que entre dos versiones de una misma leyenda, e imposibilitado de saber cuál era le original, opte por la de final más feliz, no sé, pero evidentemente ése es otro asunto.

Sin embargo, estoy convencido de que en este caso sí se tomó ciertas licencias, y normalmente, como lector, no las apruebo, pero hay límites hasta para el purismo. En primer lugar, se trataría de una excepción por parte del autor, no de una regla, así que sería injusto, creo, condenarlo por desviarse por una vez de los carriles habituales. En segundo lugar, convierte el relato celta en un espléndido y moralizante cuento infantil. No sé si lo destinó a ese público precisamente, pero es válido para el mismo. Desde luego, hay que ser muy sádico para contar a los chicos, antes de que éstos se duerman, DEIRDRE DE LOS PESARES, LOS HIJOS DE LLYR y afines: con los virtuosos siempre en desgracia, a no extrañarnos si esos chicos siguen después los pasos de Colorado Bill. Por último, uno mismo se alegra a veces de que una historia que por lógica se supone que terminará en sangre y lágrimas, tenga un final más optimista.

Dicho todo esto, admitiré que, de todos modos, no es éste el libro que más me gusta de este autor, no porque su habilidad narrativa se vea menoscabada o deslucida, sino simplemente porque tiene muchas, muchas obras, y en esas circunstancias siempre se prefieren unas a otras. Seguramente reelería NIAMH, LA REINA DE LAS HADAS, pero no con la asiduidad de, por ejemplo, el ya mencionado MITOS Y LEYENDAS DE DRAGONES o CUENTOS DE OGROS. Eso es todo.

Escrita hace 10 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 8 ·

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