QUIZÁS, EL MEJOR LIBRO DE MORALES por EKELEDUDU

Portada de CUENTOS DE HADAS Y DUENDES DE LA PATAGONIA

"Era la época donde los cuentos de hadas y duendes hacían furor, pero no había nada de nuestro folklore y con esa idea viajé a la Patagonia. Fue un viaje que casi podríamos denominar 'iniciático'. La experiencia fue muy enriquecedora y la cantidad de historias recopiladas fue abrumadora. Fueron tres meses de viajar a dedo, vender libros, cosechar y hasta narrar cuentos a cambio de casa y comida. Me entrevisté con machis, descendiente de galeses, maestros rurales, intendentes, bibliotecarios, historiadores, ancianos mapuches…." Así se expresaba Máximo Damián Morales, autor de este libro, en relación a él, en una entrevista que me hizo el honor de contestar hace un tiempo. Por ese entonces no lo había leído todavía; ahora que sí lo pude disfrutar, diría que, en cierto modo, es su mejor libro, y eso que los tiene muy buenos. Pero lo que lo hace tan especial, al menos para mí, es que se ocupa de un tema del que, incluso hoy, no existe mucha información, por no decir ninguna. Es más, en la Patagonia hay unas cuantas colonias de inmigrantes galeses, y antes de la mentada entrevista suponía yo que aquellos cuentos habrían sido recopilados en dichas colonias. Pero la palabra "machis" remitía a los mapuche, una etnia aborigen de aquella región, y sus posteriores palabras confirmaban esa referencia; por lo que, en cualquier caso, mi deducción inicial no podía ser totalmente correcta. No tenía la menor idea, hasta la lectura de este libro, de que los mapuche creyeran en hadas, duendes ni cosa por el estilo, aunque bien podría habérmelo imaginado, ya que algunas creencias parecen ser universales.

En realidad, hay de todo en este libro. Algunos relatos fueron recogidos en las colonias galesas, tal y como era lógico suponer, y otros entre los mapuche; en estos dos casos, el mérito del autor se incrementa por el hecho de que esos relatos amenazan desaparecer, cosa previsible en la era de la globalización, pero que sigue sin hacernos gracia a muchos de nosotros, y quizás en poco tiempo más sólo perduren en las páginas de este libro: Morales hace hincapié en que hallar gente que recordara estas historias, ya fuera entre los galeses o entre los mapuche, no fue fácil. Entre los relatos recogidos entre los galeses, mencionemos COBLYN BACH, y entre los de origen mapuche, destaquemos LOS DUENDES DEL CERRO TRONADOR, sólo por citar ejemplos

Luego, hay historias que deben encasillarse en otra categoría, las de origen rural; caso evidente de LA VACA DEL DUENDE o EL DUENDE DE LOS CABALLOS. No es necesario aquí resaltar la tendencia de la gente de campo a creer en, no quisiera sonar peyorativo, supersticiones: luces malas, lobizones, gualichos... Digo que no quiero sonar peyorativo, porque muchos citadinos quizás se llenen de engreimiento esnobista y aludan despectivamente a la ignorancia de los campesinos. La verdad es que en el campo está la bruja de pueblo, y en la ciudad la Licenciada Fulana de Tal, experta en piramidología, tarot y todo un amplio etcétera de ciencias una más esotérica que la otra. Puestos a competir en ignorancia, si así se debe englobar a las creencias poco ortodoxas y acientíficas, la ciudad poco puede criticar al campo, con el agravante de que la Licenciada es menos pintoresca que la bruja de pueblo.

Por último, encontramos relatos que surgen de circuitos turísticos patagónicos. ¡Ja! Conque ignorantes campesinos, ¿eh? La verdad es que cualquier hijo de vecino puede sugestionarse y ver cualquier cosa en el momento y lugar menos pensados, y los relatos englobados en esta última categoría, caso de EL ENCUENTRO CON LA COÑIEUMA lo prueban. El citado cuento narra una experiencia vivida por un botánico, una persona muy instruida y racional que sin embargo vio o creyó ver, en fin, lo que se narra en el cuento.

Pero es que no se trata de ignorancia o sapiencia, y se trata fundamentalmente de que no vengan los eternos sabihondos rompebolas a aguar la fiesta con observaciones como -en el caso de los relatos nacidos del turismo- "Es como el monstruo del Loch Ness, un invento para hacer plata". Seguramente se las utilizará para hacer dinero, sí, ¿y? ¿Está enterada esta gente de que en última instancia se lucra con todo? Además, no necesitamos enviar una expedición criptozoológica para investigar la veracidad de estas historias y dar con una especie no catalogada por la ciencia. "De una historia de fantasmas no se espera sino que sea verdadera", o algo así, escribía Daniel Cohen en el prólogo de LA ENCICLOPEDIA DE LOS FANTASMAS. Frase que podríamos aplicar a las hadas y duendes y en relación a este libro. Las historias que se cuentan en él son reales, no porque necesariamente lo sean, sino porque se cuentan como tales, y ése es otro de los encantos de la obra. Por otra parte, el propio autor señala que sospechosamente se arruinó un negativo que hubiese sido una prueba irrefutable, o que cierto incidente le sucedió a un conocido de un conocido de un conocido, sin que haya sido posible hallar al protagonista.

Por último, aclaremos que aunque se incluyan como cuentos, algunos no lo son en realidad, caso de LAS PIERNAS DE LOS DUENDES PATAGÓNICOS o EL DUENDE GALÉS, que más bien son descripciones -la primera relacionada con una anécdota vivida por el propio autor- del aspecto que se supone tienen los duendes.

Escrita hace 10 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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