PROMISORIA PRIMERA ENTREGA por EKELEDUDU

La literatura fantástica argentina está pasando por un excelente momento, parece, en lo que al número de autores y obras nuevas se refiere, no necesariamente en lo que hace a la calidad de las mismas. Las hay de diversa calidad, desde malas hasta muy buenas, pero aún no aparece ningún Tolkien, ninguna Joan Rowling que nos deje sin palabras con su creatividad. Una de las más interesantes, entre las que leí, es la que comentamos ahora, ambientada en un continente llamado Terra Incognita cuyo mapa, sobre el que volveremos a hablar, aparece en la contratapa. Los protagonistas son tres aventureros: Rodrigo, un juglar cuyas virtudes musicales son puestas en entredicho por sus amigos (supuestamente en solfa, aunque en ningún momento aparece cantando, y no sabemos si es por respeto a la música o porque su laúd, que se ha roto en algún momento, quizás lo estaba desde el inicio del libro); Thorvald, un gigante nórdico muy amable, pero al que, por supuesto, no conviene hacer enojar; y Sheng Wan, una de esas damas que tienden a desmentir que el supuesto sexo débil lo sea tanto. Los tres juntos harán frente a hechiceros, guerreros, animales salvajes, monstruos y a gente pesada de toda laya, en tres cuentos de disímil extensión. Abre el libro LA EMPERATRIZ DE LA NIGROMANCIA el más largo; le sigue EL HABITANTE DE LAS CUMBRES HELADAS y cierra el más breve, UN TECHO, UN LECHO Y UNA BARAJA DE NAIPES, que quizás sea mi favorito aunque sea el que menos acción contiene.

Por encima de las declaradas influencias del autor, destaca, por encima de todas, la de Robert Howard. Es más, volviendo al mapa de la contratapa y examinando la onomástica y examinando la toponimia, encontramos que ésta nos es muy familiar, que también era propio de Howard y que a éste le granjeó en su momento las críticas de Howard Phillips Lovecraft (otra influencia de Claudio Díaz, autor de estos RELATOS DE TERRA INCÓGNITA), quien creía que la toponimia fantástica debía evitar toda similitud con la real. De hecho, en el mapa, Terra Incognita parece estar al oeste de otro continente llamado Africa, del que la separa el "Aetiopicvs Mare"; al sur hay un "Occeanvs Anctarticvs". La parte más austral de Terra Incognita la constituye una isla llamada Frigia; en el continente, más al norte, hay unos Reinos Celtas. Vinlandia y Antilha no aparecen en el mapa, pero hay flechas indicando que se encuentran situadas al noroeste... En fin, suenan más o menos como las lecciones de geografía que dábamos en el colegio secundario. Decimos esto a título anecdótico, pero no compartimos la creencia de Lovecraft de que esté mal que en esta singular cartografía los nombres sean todos conocidos o parecidos a otros que conocemos.

RELATOS DE TERRA INCÓGNITA no cambiará la vida de ningún lector ni revolucionará la literatura fantástica, pero, como no es ése el propósito de su autor, no importa. El objetivo es entretener, y lo logra cumplidamente. Rodrigo, Thorvald y Sheng Wan resultan lo bastante simpáticos para que nos importe lo que les suceda; para que no nos dé lo mismo si sobreviven, o si el monstruo de turno los despanzurra en la tercer página. Quizás, el problema es que no se hacen querer inmediatamente, por lo que al principio, son simplemente tres guerreros como los que hay tantos en la literatura fantástica. Como el relato es interesante, uno sigue sus andanzas de todos modos; pero por ejemplo, si alguien espera encontrar el terror opresivo de Lovecraft por ser éste uno de los autores que influyó en Díaz, puede salir decepcionado. A ver si nos entendemos: no es lo mismo Walter Gilman aterrado por sus experiencias oníricas en LOS SUEÑOS EN LA CASA DE LA BRUJA, que Rodrigo, Thorvald y Sheng Wan enfrentados a, en fin, lo que enfrenten en LA EMPERATRIZ DE LA NIGROMANCIA. Quizás la amenaza sea similar en ambos casos, pero en el primero nos contagiamos del atroz terror de Gilman, un mortal tan común como nosotros, en tanto que en el segundo caso es otra la clase de protagonistas y su actitud hacia la amenaza, por lo que no se llega al terror. Como lector -esto es a título personal y nadie tiene por qué compartirlo- creo que, si casi desde el principio hubiéramos sabido un poco más de estos aventureros, su suerte nos habría tenido más preocupados. Pero UN TECHO, UN LECHO Y UNA BARAJA DE NAIPES, el cuento que hace que definitivamente nos encariñemos más con ellos, está al final. Suponemos que habrá una segunda entrega de aventuras de estos personajes; creo que es casi obligatorio para Díaz. No nos dejará con ganas de más cuando más entusiasmados estábamos, ¿no?

No influye en los méritos literarios, pero no estará de más destacar que este libro fue ilustrado por dos reconocidos dibujantes de historietas argentinos. Ese no es mi rubro, pero igual me animaré a citar de memoria mis conocimientos sobre ellos, obtenidos casualmente por algún ejemplar de la revista COMIQUEANDO que cayó en mis manos. Ariel Olivetti, que efectuó la ilustración de tapa, creo recordar que era uno de los autores de CAZADOR; Enrique Alcatena, me parece recordar que ilustró guiones de Robin Wood (creo que CUCHULAINN), pero no estoy seguro en un caso ni en un otro. Seguramente, habrá quien no simpatice conmigo y celebrará si estos datos son incorrectos, y en la era de Internet, no cuesta nada corroborar; sin embargo, no iba a no arriesgarme a citar de memoria tras los ejemplos heroicos de estos tres aventureros, ¿no?

Escrita hace 10 años · 5 puntos con 3 votos · @EKELEDUDU no lo ha votado ·

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