LOS QUE CALLAN U OBLIGAN A CALLAR, OTORGAN por EKELEDUDU

Portada de EL SECRETO DE YAPEYÚ

Es innegable que Don José de San Martín profesaba un enorme respeto hacia los aborígenes americanos, verdaderos dueños de la tierra. Esto ciertamente lo distancia de la mayoría de sus contemporáneos famosos, de los aristócratas proeuropeos que por ese entonces mandoneaban desde buenos aires, como por ejemplo Bernardino Rivadavia. Ciertamente eso no quiere decir que por fuerza deba considerarse indio o medio indio a San Martín, pues nunca se dijo eso de Manuel Belgrano, quien también sentía respeto por los pueblos nativos, e incluso llegó a proponer que se buscase a un descendiente de los Incas para que gobernase sobre la Argentina (y quizás también sobre Uruguay, Bolivia, Chile, Paraguay; no sé o no recuerdo si en la época en que formuló esa propuesta, esos países habían empezado ya a desvincularse y hacer historia por su cuenta). Aun así, parece ser que circula por Corrientes, desde hace ya muchos años, un rumor que hace a San Martín hijo de una nativa llamada Rosa Guarú y de quien la versión oficial nos dice que era apenas su nodriza. Hugo Chumbita decidió investigar ese rumor, y el resultado de dichas investigaciones es este libro.

Yo no soy la persona más indicada para juzgar la calidad de la evidencia recopilada por Chumbita; si es sólida o, por el contrario, circunstancial. La credibilidad del autor, para mí, está fuera de toda duda hasta que se demuestre lo contrario; no porque se trate de él, aunque ya leí de él un libro, JINETES REBELDES, que efectivamente me pareció excelente, sino apenas porque es lo que, en principio, merece todo autor. Por ende, si él dice que encontró esta prueba, pero no aquélla otra, y que se topó con tal problema que le impidió investigar más un indicio, yo le creo. Esta aclaración es pertinente, porque no sé si es tanto lo que él sí encontró lo que hace convincente su exposición, sino lo que le impidieron seguir investigando y las furiosas declaraciones suscitadas por la mera especulación: la oposición del Institutuo Sanmartiniano y la Academia Nacional de la Historia a un análisis de ADN para probar la filiación de San Martín, el enigmático secretismo, respecto a ese asunto, de los actuales descendientes de la familia Alvear (algunos de cuyos ancestros hicieron tan vergonzosas trapisondas, que parece ridículo tanto hermetismo respecto a lo que no se sabe oficialmente de los demás), las grotescas declaraciones del general Soria (en su tiempo el director del ya mencionado Instituto Sanmartiniano). Es muy sencillo: si Chumbita dice sólo tonterías, el análisis de ADN solicitado por él mismo lo pondría en evidencia. Sin tal análisis, Chumbita podría afirmar hasta que la madre de San Martín era una marciana, y su tesis cobraría fuerza por la misma negativa del Instituto Sanmartiniano y la Academia Nacional de la Historia. Y encima, no afirma que sea marciana, sino una aborigen guaraní, lo que en sí mismo no es descabellado como simple teoría y, lógicamente, gana credibilidad por la oposición a hacer un examen de ADN. Y si nosotros, sus lectores, le creyéramos y resultáramos estar equivocados, no sería por ser tontos, sino, en todo caso, ignorantes a los que se negó el derecho a saber. Y no sería justo alegar que Chumbita nos engaña con una teoría equivocada o falsa, porque él el examen de ADN lo solicitó; cree en la veracidad de lo que dice, quiso poner a prueba esas creencias, y le negaron esa oportunidad. Así que, si hay tontos o engañadores en todo este asunto, ésos no somos ni los lectores de Chumbita ni el propio escritor, que eso quede claro; busquémoslos en el Instituto Sanmartiniano, que en su tiempo exigieron eliminar de la película EL SANTO DE LA ESPADA las escenas que mostraban a San Martín con ataques de gota ("Los próceres no son débiles") o lagrimeando de emoción a la vista imponente de los Andes ("Un militar no se emociona"), según contó alguna vez Alfredo Alcón, quien encarnara a San Martín en dicho filme.

Ahora, si el libro logra cumplidamente su intención de demostrar el origen mestizo de San Martín, o arroja al menos demasiadas dudas sobre un origen no mestizo, eso no significa que igual no pueda hacerse al menos una objeción a la obra: sólo 54 de las 235 páginas se dedican de verdad a exponer los fundamentos de la teoría en cuestión, y las restantes tienen que ver con San Martín, pero muy poco con su origen mestizo. Quizás de pasada se añada un detallito aquí y otro más allá a todo lo anterior, pero es tan insignificante que no vale la pena hablar. Y aquí sí, entramos en el terreno de las dudas en lo que a Chumbita se refiere porque, sin que eso signifique necesariamente que esté equivocado, en algún momento su exposición entra en conflicto con la que hace Felipe Pigna en LOS MITOS DE LA HISTORIA ARGENTINA 2, donde se nos dice que San Martín era un buen partido, mientras que en EL SECRETO DE YAPEYÚ leemos que la familia Escalada no lo vio precisamente de ese modo, y yo no sabría señalar quién tiene razón. Ambos parecen haberse documentado muy bien, y son historiadores de cierto prestigio ambos. Quizás Pigna lo sea un poco más, pero no sé cuánto lo ayuda haber participado en programas de TV, lo que no garantiza nada. Eso sí, en ningún momento deja este libro de ser interesante

Escrita hace 11 años · 5 puntos con 2 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

Comentarios

@lucero hace 11 años

Curioso asunto EKELUDUDU, siempre quise leer este libro, y hasta lo tengo en la biblio que trabajo. Pero con tu reseña me has quitado la intención de hacerlo. No sé si me interesa la filiación de San Martín, y me repugna la posibilidad de un Adn para probar ...qué? Si bien es interesante, creo que quizás esté a caballo de la corriente literario-histórica comercial de los últimos tiempos. Lo que no es malo por cierto, ya que trae al presente nuestro pasado. A cada cual le queda distinguir versiones, corrientes historiográficas, tendencias políticas.
Saludos amigo

@EKELEDUDU hace 11 años

Mirá, la aristocracia porteña hizo lo que quiso con la imagen de nuestros próceres, y en el caso de San Martín, para empezar lo pintaron como una especie de superhombre al servicio de una abstracción, la Patria. Se había puesto sin duda al servicio de la Patria, pero el concepto que tenía de la misma, como el de Belgrano, era algo mucho más profundo que el de una simple entidad política independiente. También en varios lados lo pintaban como un católico devoto, cosa que, para empezar, su propia condición de masón contradice. Encima, como por casualidad, suele soslayarse el trato amistoso que tenía con los indios, o que la mitad del Regimiento de Granaderos a Caballo que él fundó estaba integrada por guaraníes por expreso pedido suyo, por saberlos muy valientes en el combate. Las etnias indígenas argentinas siguen marginadas, y a veces se anteponen los intereses extranjeros a los suyos, lo que ya en sí mismo es una vergüenza. Si además nuestro máximo heroe nacional tenía sangre indígena, el bochorno sería doble, y a lo mejor las autoridades lo sentirían así y tratarían de reparar esa in justicia. Sólo por esto, en mi opinión ya valdría la pena hacer un análisis de ADN. Pero el tema es que me indigna simplemente que quien sea se arrogue el derecho de deformar la Historia como se le antoje, máxime tratándose del Instituto Sanmartiniano, que ya tiene un amplio ye ignominioso historial en ese sentido y que para colmo tendría que ser, en razón de su nombre, el primer interesado en que se difunda la auténtica imagen de San Martín: Por lo demás, no te digo que corras a leer EL SECRETO DE YAPEYÚ, pero sí te sugiero que lo tengas en cuenta para darle un vistazo en algún momento, sobre todo si trabajás en una biblioteca donde, precisamente, lo tienen; si tuvieras que comprarlo, quizás ya me abstendría de sugerirte nada. Saludos, LUCERO, siempre es un gusto hablar con vos.

@lucero hace 11 años

Tu comentario, o ampliación de la reseña separa la paja del trigo, y en nuestro país la parva está muy mezclada. Sirvan las investigaciones para esclarecer, que para enturbiar y acomodar estamos los argentinos. Gracias amigo.

@Tharl hace 11 años

Interesante reseña Ekeledudu, aunque la obra está muy lejos de mis esferas de intereses por contenido, intención y probablemente tono.
No sé si este libro entraría en el grupo, pero últimamente, aprovechando la escasa transparencia del mundo en que vivimos, hay un gusto tremendo por libros y teorías conspiratorias de ocultación, manipulación y control de la Verdad. Libros que no son en absoluto de mi agrado. Comprendo que si las instituciones tienen que atender a todas y cada una de las demandas/exigencias que deben hacerles -con más o menos juicio-, se colapsarían.

Tristemente, a este lado del charco, en la escuela, no nos enseñan ni un poquito de la historia de nuestros hermanos hispanoamericanos. Solo que un buen día nos dijisteis adiós “abandonando España en su decadencia”. De todas formas, y aunque no me atrevo a decirlo muy alto, no creo mucho en la Historia (“deformada” o no); creo, eso sí, en los historiadores.
Pero incluso un ignorante como yo en el tema puede pensar que hay problemas que, tristemente, no requieren ni se solucionan con un análisis de ADN.

@lucero hace 11 años

Naturalmente, Tharl. Lamentablemente se distorsionan las figuras históricas, y la de San Martín tiene un peso considerable en Argentina y en Latinoamérica . A veces luce como un recurso aceptable para demitificar, aclarar, corregir. En cualquier caso, como ya dije, no estoy de acuerdo. Gracias por opinar en temas tan "ajenos" por intereses, historia y territorio, Saludos

@Tharl hace 11 años

Estoy de acuerdo. Lo que quería plantear es una sospecha que tengo desde hace algún tiempo: que toda historia es un discurso -entre otros- con una intención. No existe una deformación y una forma auténtica.

Gracias a vosotros por reseñas y recomendaciones como esta, que ayudan, al menos a mí, a suplir las deficiencias de un programa educativo vergonzoso.
De todas formas, en mi opinión no me refería a temas ajenos a mi interés, ni por historia ni territorio, en absoluto. Me interesa, y cada vez más, la cultura hispanoamericana. Ojalá un día ahorre suficiente para ver las hermosas maravillas del otro lado del atlántico. Hasta entonces, me acercaré por esa ventana que son los libros. Cuando hablaba de lejanía lo hacía en referencia a la obra. Por su contenido e intención “¿desenmascaradora?” y la reivindicación de pruebas de ADN para solucionar problemas cuya complejidad no llego ni a imaginar. En absoluto, repito, a una cultura vastísima y que considero fascinante.

@lucero hace 11 años

Este tema se está poniendo muy interesante! habría que requerir opinión calificada a @Faulkneriano en estos asuntos!!

@EKELEDUDU hace 11 años

Es cierto, THARL, que lamentablemente las teorías conspirativas están muy de moda, y que varias de ellas no tienen pies ni cabeza; por ejemplo, la que sostiene que los judíos y los masones son en realidad reptiloides y están complotados para dominar el mundo. Pero por desgracia, en Argentina (no sé en España o en otro país) siempre se tuvo una forma bastante peculiar de enseñar la Historia. Un presidente nuestro, Sarmiento, era muy elogiado por sus virtudes. Las tenía. Concedía una enorme importancia a la educación, por ejemplo. Pero se ocultó durante años que era un racista repugnante que opinaba que exterminar a los nativos americanos podía ser cruel, pero que debía ser tolerado si eso redundaba en repoblar las tierras con la raza caucásica. Idéntico desprecio sentía por los gauchos. En la mal llamada "Campaña del Desierto", que el gobierno lanzó contra ciertos aborígenes de nuestro país, para combatir a éstos se reclutó a los gauchos; y encima a la hora de repartir tierras, a éstos se los excluyó por completo. Así son los hombres que nos mandan: unos pocos que detentan una riqueza enorme mientras otros, entre ellos los legítimos propietarios de estas tierras, los aborígenes, permanecen en la exclusión social y sufren atropellos de toda índole. No sabría decir si hay un complot real entre esta gente de dudosa laya, pero sí que tienen idénticos intereses y, por lo tanto, su proceder es muy similar. Sinceramente, durante años desprecié toda noción de patriotismo y hasta a los próceres de mi país, hasta que me enteré de que había otra Historia que no nos contaron, y que hacía que, por ejemplo, Don José de San Martín resultara mucho más humano y más querible que su tradicional imagen del militar que sólo luchaba contra los españoles. El quería otra cosa para nuestro país; él desobedeció varias veces abiertamente las órdenes que creía injustas, desafió al gobierno de Buenos Aires con admirable coraje, porque quería una sociedad más equitativa, que no excluyera a los humildes. Si no era para estar mejor que en la época de la Colonia; si no era para forjar una sociedad más justa e igualitaria, perfectamente podríamos habernos quedado bajo la corona española. Un análisis de ADN podría ratificar como válida esa otra Historia de la que sólo nos enteramos ahora. Por lo demás, THARL, sabés, no tenés ninguna culpa de los excesos cometidos por Hernán Cortés en México o por Francisco Pizarro en Perú, y yo menos. Pero luego de que España tuvo que renunciar a sus colonias americanas, los sucesivos gobiernos tenían el deber, por otra parte lógico, de ser mejores con los indígenas de lo que habían sido los conquistadores españoles, precisamente porque éstos habían venido sólo a conquistar; y no lo fueron, y esto me llena de vergüenza ajena que, en definitiva, termina siendo propia, porque yo soy argentino, y el proceder de nuestros gobernantes, y a veces del propio pueblo, hacen que sienta asco de ser argentino. Yo sí quiero que se haga el análisis de ADN; es más, lo considero esencial. Puede que ese análisis no haga sino corroborar la versión oficial de la paternidad de San Martín, pero lo que expone Chumbita en su libro, y que se comenta también por Internet, arroja serias dudas, y en todo caso, la inexplicable resistencia a que se haga ese análisis hace pensar que los que podrían hacerlo y se oponen dudan también, y que no les gusta nada la posibilidad de que se demuestre que es verdad lo que se dice en EL SECRETO DE YAPEYÚ. Si San Martín tenía sangre india, quiero saberlo, y espero que entonces, por fin, se conceda a los pueblos aborígenes de Argentina el respeto que se merecen. Gracias a ambos, THARL y LUCERO, por interesarse y opinar; es un honor que lo hagan, y tu caso, THARL, enaltece más todavía este asunto, porque como vos mismo decís, estás "del otro lado del charco" y podrías perfectamente desentenderte. Que no lo hagas habla muy bien de vos. Saludos a ambos, y gracias de nuevo.

@Tharl hace 11 años

Muchas gracias por esta breve lección de historia Ekeledudu. Sarmiento, Campaña del desierto, San Martín (en un 80%), son nombres que lamentablemente desconocía. Y más los problemas que giran a su alrededor.
Ahora entiendo mejor la importancia de ese conflicto entre los dos distintos discursos históricos que comentas y la importancia de las pruebas del ADN en ellas.

Mi completa ignorancia sobre historia hispanoamericana es uno de los motivos que más me acerca y aleja a literatura hispanoamericana. Valor literario aparte, me interesa leerla para conocer y comprender mejor su cultura e historia, pero me temo que mi ignorancia imposibilite mi comprensión y el disfrute literario. Por eso siempre, cuando me apetece acercarme a vuestras letras, opto por títulos y autores más accesibles: Sábato o Borges ahora. Carpentier, es una autor que me atrae, pero con el que he comprobado cómo la diferencia cultural no suavizada por la traducción introduce un océano de por medio a mi comprensión. Con Arguedas, que comentabais en otra reseña, desde luego ni me atrevo. Últimamente, la culpa es de Borges, ronda por mi mente Martín Fierro. A ver si me atrevo.

Un abrazo a los dos.

@EKELEDUDU hace 11 años

Y, la Historia argentina está, lamentablemente, repleta de múltiples infamias que últimamente están ventilando unos cuantos historiadores. Si te interesara saber más y tuvieras oportunidad de conseguirlos allá (lo que parecería un poco dudoso, pero nunca se sabe), yo lo que te recomendaría son los tomos de LOS MITOS DE LA HISTORIA ARGENTINA escritos por Felipe Pigna. Es lógico que vos, allá, no entendieras la importancia que hay tras el dichoso análisis de ADN; lo malo es que acá muchos, léase los que podrían ordenar dicho análisis, se hacen los que no entienden. Algo parecido a lo que te ocurrió a vos, me ocurre a mí con España, los vascos y los catalanes; tengo entendido que unos y otros quieren independizarse de tu país, pero ignoro las causas exactas o si sus pretensiones a la independencia son lógicas. En cuanto al MARTÍN FIERRO, nuestro libro nacional, te lo recomiendo efusivamente porque trata, precisamente, de los abusos de los que fue víctima el gaucho por parte de las autoridades argentinas, que eran sinvergüenzas también en otros aspectos; ahora hacen canalladas también, pero al menos no tan abierta y descaradamente. Sugiero además que busques una edición que incluya LA VUELTA DE MARTÍN FIERRO, su continuación (en realidad, no conozco edición que no las incluya), y definitivamente asegurate de que al final haya un glosario para los términos gauchescos, o si no, no vas a entender ni jota; hasta los argentinos tenemos problemas con ellos. Un abrazo, y gracias nuevamente.

@lucero hace 11 años

Qué mareo te vas a agarrar con el Martin Fierro, Tharl!! EKELEDUDU no lo castigues jajaj

@EKELEDUDU hace 11 años

Bueno, pensás así ahora, pero quizás cambies de opinión dentro de unos años. En mi adolescencia habría pensado igual que vos.

@lucero hace 11 años

Quiero decir que a Tharl le va a indigestar, el Martín Fierro es una de mis obras preferidas. Por el lenguaje, con desconocimiento histórico, por cultura..

@Tharl hace 11 años

Vale, decidido, no me atrevo. Jajajaja.
Soy un cobarde a la hora de elegir mis lectuas. Tengo el Ulises de Joyce escondido; el Quijote y La Divina Comedia los miro de refilón y en la Rayuela prefiero no pensar mucho. Jajaja. Son lectuas que siempre dejo para más adelante.

@lucero hace 11 años

Tenemos que hacer un orden de mèrito de los valientes : voto para 1º a @Faulkneriano compartiendo con @sedacala!! jaja (espero que no se ofendan!) Yo tengo fogonazos de valentía. Además si no puedo, insisto un par de veces y luego...a pasar!
Pero en cuanto al Martín Fierro no es una cuestión de incapacidad, sino cultural. Se estudia en la escuela y en la Universidad, enmarcada en un contexto histórico literario cultural y linguístico.
El Ulises lo miro en el estante y cuando llegó el verano otro usuario se lo llevó y me salvó! La Divina Comedia no está en mis intereses, por ahora. Rayuela es una verdadera deuda.....

@EKELEDUDU hace 11 años

Personalmente creo que THARL no tendría problema. Generalmente el Martín Fierro viene con un prólogo que más o menos enmarca la historia históricamente. Con el lenguaje, tuve problemas yo también, pero para eso existen los glosarios al final. Por otra parte, hay ediciones no argentinas del Martín Fierro; también debe haberlas en España, y lo lógico es pensar que en esas ediciones facilitan la lectura a quienes no tienen la menor idea de la cultura Argentina. En cuanto al ranking de valientes, no es mala idea, sólo que no sabría a quién proponer, de modo que, por pura comodidad, otorgaré mis votos a los dos nominados. Ley del menor esfuerzo...

@Faulkneriano hace 11 años

Yo he visto muchos cantores,
con famas bien otenidas
y que después de alquiridas
no las quieren sustentar.

@lucero hace 11 años

AHHHHHHHHHHH puesto 1 de los valientes!!!