DRAGONES Y MÁS DRAGONES por EKELEDUDU

Portada de EL MATADOR DE MIL DRAGONES

Máximo Damián Morales es ya casi un abonado permanente a mi sección de críticas, pero hasta ahora nos era conocido, no por argumentos propios, sino por versiones que hacía de viejos mitos y leyendas, aunque la historia que abre MITOS Y LEYENDAS DE THOR, su publicación más reciente, es creación suya. Antes de eso, sin embargo, Morales había publicado al menos otros dos libros con tramas que le pertenecían exclusivamente: la novela infanto-juvenil SE BUSCA UN HÉROE, y el que ahora nos ocupa, que reúne varios cuentos de su autoría, con la figura del dragón como común denominador. Dichos cuentos están escritos en un estilo conciso, pero de gran expresividad; carente de grandes florituras literarias, pero al que tampoco le falta nada que deba tener. Esto significa, por ejemplo, que si el héroe de turno o su amada pasaran a mejor vida, esa muerte nos resultará dolorosa a nosotros mismos; y si apareciera algún canalla haciendo trastadas, nos indignaremos como si lo viéramos con nuestros propios ojos, todo ello aunque no se haga uso de mucha ampulosidad describiendo esos hechos. Ello es así, creo, por dos razones. La primera es que el autor no prescinde de los habituales elementos presentes en los mitos y leyendas, lo que les concede también a sus cuentos el mismo vigor de lo mítico y lo legendario, al que es muy difícil sustraerse, por estar tan arraigado en nuestro subconsciente. La segunda es que el dragón, como criatura mítica, admite muchas aproximaciones. Lo mismo puede ser un monstruo despiadado que un ser de ancestral sabiduría, o simplemente un prodigioso aunque peligroso animal que llene a la vez de maravilla y de temor. Y Morales no se ciñe sólo a una de estas aproximaciones, lo que seguramente lo hubiera hecho repetirse a sí mismo hasta el aburrimiento. Lo mismo los hombres que encontramos en el entorno. Está el héroe que lo es de verdad, y los que sólo lo parecen, algún mago, canallas manifiestos... Y sobre todo, es destacable lo variopinto de los finales. Cada cuento tiene la virtud de retrotraernos, desde su mismo inicio, al "Había una vez..."que tanto oímos en nuestra infancia, pero aunque eso los vuelva gancheros, y a nosotros mismos nos haga de vuelta un poco niños, el hecho es que ya no lo somos, y nos sentiríamos burlados si la cosa concluyera una y otra vez con el famoso "...y vivieron felices para siempre". Es más, diría que, si recurriera a semejantes finales ñoños, a Morales todo su historial de recopilador y narrador de viejos mitos y leyendas no le habrían servido de nada. Los mitos y leyendas realmente dignos no pierden total conexión con la realidad, con lo cotidiano, con la vida. Y la vida es un mazo de naipes de Tarot donde nadie, por bueno, valiente y virtuoso que sea, está exento de sacar la figura de la Parca; y el héroe lo es, justamente, porque sigue dando vuelta las cartas, aun a riesgo de que le toque precisamente ésa que lo dejará fuera del juego. En otras palabras, cada uno de estos cuentos puede tener un final feliz, pero no hay garantías de que efectivamente vaya a tenerlo. Así que uno acepta ciertos finales un tanto tristes, aun cuando uno quede con cierta impotencia por algo que debería haber terminado de otra manera. El adulto que hay en nosotros lo acepta; el niño queda llorando.

En realidad, en algunos casos ni siquiera podemos hablar de finales felices o desdichados, sino, más bien, de finales filosóficos; caso, por ejemplo, de LOS FUEGOS MÁGICOS DEL DRAGÓN, cuyo irritante y complicado protagonista parece empeñadísimo en hacer méritos para ser devorado por el dragón de turno, destino que también parece ser la meta de Juplek, personaje central de EL TESORO DEL DRAGÓN. EL DRAGÓN DE SIETE CABEZAS y LOS SACRIFICIOS DEL DRAGÓN abrevan en sendos episodios mitológicos que no mencionaremos aquí; el primero es bastante previsible, pero igual se lee con interés, como si estuviéramos ante una historia nunca vista u oída, es incluso es uno de mis favoritos. En total son doce cuentos y un poema final, intitulado SOY EL FUEGO.

Adelantar de los argumentos algo más de lo que ya hemos hecho equivaldría a arruinar, creo, la sorpresa, y por lo tanto nos abstendremos de hacerlo. Sí mencionaré, en cambio, que mis preferidos son LA PRINCESA Y EL DRAGÓN, EL DRAGÓN ALQUÍMICO, EL HONOR DEL DRAGÓN, EL HÉROE Y EL DRAGÓN y el ya citado EL DRAGÓN DE SIETE CABEZAS, que vendría a ser para mí como ese cuento que en nuestra niñez ya conocíamos de memoria y, sin embargo, nunca nos cansábamos de oír una vez más.

"Que la fuerza del dragón influya en todo aquel que lea este libro y los lleve a volar por mundos fantásticos donde la magia y los dragones son los principales protagonistas", nos desea el autor al final del prólogo. Así ha ocurrido, señor Morales, muchas gracias.

Escrita hace 11 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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