DIARIO DE UN LOCO por Tylercito
Por desgracia, no hablaré de Gogol (por otra parte, tampoco haré bromas de Cecilia Giménez, no se apuren).
En uno de sus más famosos libros, Kundera cuenta una anécdota del último Nietzsche… el filósofo paseaba por la calle cuando vio a un cochero maltratar a un caballo; ante el hecho, un Nietzsche desatado empezó a abrazar al equino y a llorar con desesperación, en medio de la calle.
Cierta o no, la anécdota ha sido incluso recitada por Jim Morrison (http://www.youtube.com/watch?v=unHoj9QGRYc). Kundera lo interpreta como un acto de suprema de lucidez del filósofo. Y no crean que no es bonito pensar que es cierto… ¿Qué es un loco? ¿Sólo quién no comulga con el orden imperante, tal como defiende Foucault? No lo sé, pero… si bajamos un poco el listón y nos ponemos a ras de suelo, un hombre que gime abrazado a un caballo se acerca mucho a mi prejuicio de "loco".
Ecce Homo es la última obra del último Nietzsche, el "abrazacaballos". Y a pesar de admirar las tesis principales defendidas por el filósofo a lo largo de toda su vida, de considerarlo un pionero, de admirar su influencia y su capacidad de anticipar todo el clima moral del hombre contemporáneo, los garabatos inconexos y ególatras de Ecce Homo se acercan mucho a mi prejucio de "loco". Un año después del libro, Nietzsche murió de neumonía, completamente ido.
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