PUES NO por Minaith

Portada de KOKORO

No es una novela (otra novela) sobre el cisma postbélico de la sociedad nipona. Este cuadro, descrito hasta la saciedad en multitud de textos contemporáneos, aparece sólo como un óleo decorativo en la pared de fondo del escenario donde se desarrolla el argumento. El conflicto a mí me suena más a generacional y clasista que a la dichosa pérdida de los valores tradicionales, y tampoco este conflicto es el tema central. Con todo, hay contrastes muy curiosos como viajar en tren o escuchar la radio y salir a comprar el pan o dar un paseo en kimono medieval. Tiempos interesantes.

La novela es mucho más universal: sencillamente habla del paso de la adolescencia a la madurez y las primeras pérdidas, alegrías y desdichas duraderas o, digamos, reales. Un narrador opaco y básicamente anodino y prescindible nos cuenta la vida de un amigo suyo, un mentor maduro oprimido por el peso de la existencia. Dado el hermetismo y la peculiaridad orientales respecto a los sentimientos (su término para "amor" y muchos otros nacen de la necesidad de entenderse con los yankis ya bien entradito el s. XIX; hasta entonces se referían a ello como "la sensación primaveral del rocío sobre el melocotón a punto de madurar" y cosas así), dado esto, decía, en cuanto hay carga emocional intensa los japoneses se revelan intrínsecamente neuróticos y cualquier novela psicológica de pureza oriental se vuelve, para nosotros, por momentos de lo más desconcertante. Personajes con dilemas de apariencia incomprensible, nacidos de valores, tradiciones y etiquetas que no conocemos o no comprendemos.

"Kokoro" es legible en este aspecto. Desde luego su orientalidad es genuina, pero Soseki y otros de su tiempo ya vienen muy influenciados por la literatura europea y su lenguaje: además de leer, y educarse unos años en el Reino Unido o Alemania o Francia, a menudo traducían para sus paisanos. Y supongo que ya eran conscientes de que su público se había multiplicado dramáticamente: de limitarse a las islas natales, a llegar en potencia a EEUU y toda Europa, donde sus viejos colegas estarían deseando hojear sus creaciones.

Relato, en suma, que va de todo o de nada según el momento del lector, del crecimiento, de las decisiones vitales, de la crudeza cotidiana y de la responsabilidad. Regado todo ello con una fina melancolía continua en la elegante prosa de Soseki. Puede ser un libro de leer y olvidar, pero no es tiempo perdido.

Escrita hace 11 años · 4.5 puntos con 4 votos · @Minaith le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@lucero hace 11 años

Concisa y clara reseña. Me gusta la narrativa japonesa, así que me lo apunto en mi Whish y a conseguirlo. Gracias, sos un especialista en orientales!

@lucero hace 11 años

No creo que sea libro de olvidar, si bien en el transcurso de lectura prometía más, ya que es una prosa delicada y ágil, que sabe y puede condensar la complejidad psicológica de los personajes.
Pero no llegó a apasionarme : más allá de ciertas emociones, costumbres y detalles orientales y decimonónicos, falla (respetuosamente) en el desarrollo de la trama. Aumenta la intensidad dramática del relato, tanto del joven como del sensei, pero no lo corona. Queda trunco el final, para todos los personajes. Y no creo que sea un recurso de final abierto. Lo cierra, lo define, pero hace aguas.
Disfruté mucho de su modo de contar, que, bien decía, trasunta melancolía y tersura. Es un relato "sensitivo", descriptivo y muy visual, están muy bien logrados las escenas entre el joven y K, o éste con el sensei, o con su padre.
Volveré a leer algo de este autor. Saludos Minaith!

@Minaith hace 11 años

Saludos. Io también le echaré el ojo a algo más de este hombre.