Y SIGUE LA PARADOJA MILLÁS por arspr

Portada de VISIÓN DEL AHOGADO

Bueno pues continúa mi extraña relación con o contra Millás.

He llegado a este libro tras haber leído "El mundo" sobre el que opiné y expuse mi "paradoja Millas" sobre mi relación a este autor. A raíz de esta reseña y en particular de la indicación de @Faulkneriano de que su Millás favorito era "Visión del Ahogado", pues me decidí a apuntarlo como mi próxima lectura de este autor. Y como tampoco quería dejar pasar mucho tiempo desde la lectura de "El mundo" pues aquí hemos acabado. Y todo para añadir más leña al fuego de mi atracción/aversión con Millás (un fuego que además debe ser de ese color morado verdoso, que se llama octarino en cierto mundo inventado...)

Intento explicar mis impresiones sobre el libro procurando no destrozarlo demasiado aunque esto es bastante difícil por su propia historia y estructura

+ Digamos que el núcleo central del libro son las relaciones, obsesiones e interrelaciones de un grupo de personas (no diremos nº exacto para no dar pistas), que arrastradas desde la adolescencia desencadenan un curioso fenómeno autodestructivo en varios de ellos.

+ A partir de este punto Millás desarrolla su particular prosa, pero he de decir que en este caso es notablemente abstrusa y pedante por momentos. Me es muy difícil definir el estilo de Millás para un profano que no haya leído nada de él, pero digamos que en general es una ligazón tras otra de sutiles juegos de palabras y conceptos que tienen una gran personalidad a la vez que "aparentemente" parecen sencillísimos.
Bien, pues no sé si este libro, por ser uno de sus primeros, es más inmaduro o qué pasaba por su cabeza, pero el caso se le fue la pinza. Con demasiada frecuencia, (aunque hay otras grandes partes libres de mancha), cuando empieza a narrar la descripción de los razonamientos y sentimientos de los personajes principales (Jorge y Luis el Vitaminas) es que simplemente hay páginas completamente ininteligibles y pedantes a más no poder.
Y comparando con "No soy Stiller", donde también hay descripciones complejísimas de estados de ánimo de manera que al final uno acaba tan perdido como los propios personajes en identificar qué se siente o se deja de sentir, aquí el problema no es esta traslación laberíntica de los vericuetos de la mente humana, es que simplemente no hay quien entienda el texto frase por frase. Y además es que da la impresión de que Millás se estaba gustando a sí mismo al redactarlo, diciéndose "que tío más brillante que soy mira que textos tan intelectuales y guais que escribo por encima del resto de los mortales".

+ Bueno pues a pesar de esta reflexión anterior que salpica gran parte de los capítulos del libro, el libro me ha gustado bastante. No sabría definir el porqué pero me ha resultado notablemente adictivo. Quizá es por su dinámico planteamiento en breves capítulos que saltan en tiempo, espacio y personajes contando la historia de forma no lineal. Quizá haya sido la identificación (ya totalmente personal) con ciertos de los comportamientos/obsesiones/cobardías de unos u otros personajes. O quizás sean las reflexiones y prosa típica de Millás cuando ha salvado caer en el oscurantismo pedante que corroe ciertas páginas (por ejemplo me ha parecido especialmente brillante el penúltimo capítulo).

Es decir, que en este caso mi paradoja Millás se invierte. Tengo un libro suyo en el que identifico claramente motivos para repugnarlo, pero de alguna manera retorcerse como una culebra (venenosa además) y escapar con éxito de la hoguera.

Eso sí, no sería un libro que recomendaría especialmente como lectura general. Si vas a leer un Millás, siempre has de tener en cuenta, pues eso, que vas a leer a Millás...

Escrita hace 11 años · 0 votos · @arspr le ha puesto un 7 ·

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