KUNG FU HIPPIE por Tharl

Portada de IDA Y VUELTA AL INFIERNO

Más de lo mismo, pero el protagonista –un ninja budista maestro de la meditación y el kung fu- no tiene el carisma brutal de Marv, la profundidad psicológica de Dwight, el heroísmo decadente y épico o encanto de Hartigan, ni la rabia asesina y mala leche de Miho. El protagonista es lo menos interesante que ha surgido de al negra prosa de Miller, es un héroe completamente clásico y convencional.

Más de lo mismo, pero los secundarios brillan por la ausencia de interés y escasa definición. La princesa en apuros es una Goldie de ébano, sensual pero sosa como ella sola y sin misterio.
La femme fatale está más a la altura siendo lo único destacable del cómic. Se trata de Blue Eyes, la asesina que conocimos en la entrega anterior. Sus intentos de seducción son sensuales a ratos –como deben ser- y a otros divertidos –genial cuando se agacha a la orden de Wallace en la persecución en coche. Aun así, ojalá hubiera sido Ava, habría matado por ella.
Luego están los villanos, probablemente lo peor de toda la historieta. Sin carisma, sin crueldad, sin interés, muy lejos de la talla de Kevin, el asesino caníbal; con una villana-samurái de pegote y un Manute sin su brutal imponencia. Manejando estos hilos están los grandes villanos, de nuevo sin gracia, salvo en la aparición final del gran jefe en una breve intervención (una viñeta) que salva de la decepción.
Los compañeros, no salen mejor parados, no hay Wendies, Nancys, Gails ni Mihos, solo exmilitares que están de Deus ex Machina para salvar al protagonista.

Más de lo mismo, pero no hay guiños a otras historias, apenas a lugares comunes, y a ningún personaje (salvo Blue Eyes). Esto hace que se desligue aun más del espíritu y la atmosfera de Sin City.

Más de lo mismo, pero ese héroe convencional, la ausencia de los lugares decrépitos de costumbre, y la flojera de secundarios hace que la atmosfera sea menos turbia, menos negra y menos Sin City.

Más de lo mismo, pero la acción es menos impactante, el dibujo menos brillante –salvándose el color no por la calidad de las imágenes sino por la imaginación que hay detrás-, la longitud excesiva y el guión menos acertado.

Puede parecerlo, pero no… no es más de lo mismo, es peor.

Escrita hace 11 años · 4.5 puntos con 2 votos · @Tharl le ha puesto un 5 ·

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