EL MÁS OSCURO Y EL MEJOR HARRY POTTER por EKELEDUDU

Portada de HARRY POTTER Y EL MISTERIO DEL PRÍNCIPE

Sexto y penúltimo volumen de la exitosa serie pergeñada por Joan K. Rowling. Lord Voldemort ha regresado, y el Ministerio de la Magia ha debido reconocerlo oficialmente. Los múltiples secuaces del Innombrable: Mortífagos, gigantes, etc., han comenzado ya a cometer tropelías de toda índole, que ante los ojos de los muggles se intentan hacer que aparezcan como accidentes u obra de huracanes y cosas por el estilo. Cornelius Fudge ha dimitido como Ministro de la Magia; su sucesor, Rufus Scrimgeour -a su manera, tan torpe como Fudge- se pondrá en contacto con el Primer Ministro muggle para prevenirlo acerca de la amenaza que representa el Señor de las Tinieblas.

Entre los Mortífagos, la relativa caída en desgracia de Lucius Malfoy y Belleatrix Lestrange ha permitido a Severus Snape ganarse la confianza de Voldemort merced a su condición de espía doble. Voldemort confía en Snape, Dumbledore también, el lector no sabe qué pensar. A Draco Malfoy, por su parte, Voldemort le ha encomendado una tarea especial. A su debido tiempo, ello le servirá para alardear, pero Narcissa, su madre, no está muy encantada al respecto, y puede que tampoco el propio Draco, más allá de tanta jactancia.

En Hogwarts, hay cambios en el plantel docente. Defensa Contra las Artes Oscuras queda a cargo, por fin, de Severus Snape. Como la asignatura está embrujada y nadie la enseña por más de un año, al instante se abre una incógnita respecto al futuro de Snape en el colegio y en la saga misma. Pociones, la asignatura que venía enseñando Snape, ha quedado, por ende, vacante. Dumbledore irá con Harry a ver a un viejo conocido del primero, Horace Slughorn, hombre oportunista y no muy valeroso, que con cierta renuencia terminará aceptando enseñar dicha asignatura.

Estos cambios favorecen a Harry, quien en el TIMO de Pociones presentado el año anterior ha obtenido apenas un "Aceptable". Con Snape por profesor y con esa nota, jamás podría seguir cursando esa asignatura. Harry cree que allí han terminado sus sueños de convertirse en Auror, pero cuando en Hogwarts se entera de que Snape ya no enseña Pociones, recobra las esperanzas. Sin embargo, ni él ni Ron (quien también obtuvo sólo un "Aceptable") han traído los libros necesarios. Slughorn accede a prestarles algunos. Ahora bien, a Harry le toca un volumen atiborrado de notas manuscritas de su propietario original, un enigmático personaje que se denominaba a sí mismo el Príncipe Mestizo y que por lo visto era muy hábil para elaborar pociones. Guiándose por tales anotaciones, Harry se transformará (para indignación y enfado de Hermione, quien soporta mal que alguien la supere, máxime recurriendo a tan deshonestos métodos) en el mejor alumno de Slughorn. A medida que pase el tiempo y, para bien y para mal, Harry recurra cada vez más a las anotaciones del Príncipe Mestizo, crecerá su curiosidad por conocer la verdadera identidad de éste; pero tiene también otras cosas en qué pensar. El quidditch, desde luego, pero también ciertas lecciones que le imparte Dumbledore en privado. Dichas lecciones consisten en viajes por el pensadero, hacia recuerdos en general ajenos, y todos ellos relacionados con Voldemort. Luego de cada viaje, Dumbledore y Harry analizan lo que han visto y teorizan sobre cosas no vistas pero presumibles. Dumbledore espera que estas experiencias sirvan a Harry para protegerse de Voldemort en la confrontación final con este último.

Por otra parte, Draco Malfoy tiene inquieto a Harry. Lo ha oído mencionar a un tal Fenrir Greyback, siniestro hombre lobo al servicio de Voldemort, en Borgin & Burkes, aquel comercio situado en el Callejón Knockturn al que Lucius iba a deshacerse de pertenencias comprometedoras en el segundo volumen de la saga. También lo ha visto en el Expreso de Hogwarts presumiendo ante sus camaradas de Slytherin y exhibiendo algo que podría ser la Marca Tenebrosa. En suma, lo supone aliado a Voldemort, pero no tiene forma de probar nada contra él.

Sobre estas bases generales reposa la compleja trama de HARRY POTTER Y EL MISTERIO DEL PRÍNCIPE, la más oscura y terrorífica de las siete entregas de la saga y, desde mi humilde punto de vista, también la mejor. En la descripción de la familia materna de Lord Voldemort encontramos un espeluznante tinte lovecraftiano, algo que recuerda a esas familias degeneradas y endogámicas que, en las obras del genio de Providence, habitan en ciertas zonas de Nueva Inglaterra desde donde invocan a deidades inhumanas y demenciales. Más estremecedor todavía, el propio Voldemort se muestra aquí más inhumano que nunca antes. Fenrir Greyback, los inferi (preferimos omitir quiénes o qué son estos últimos) y otros detalles se suman para contribuir al clima terrorífico de la novela, que es lo que más se recuerda de esta entrega, aunque sigan presentes el humor y la humanidad característicos de la saga.

Opino que con HARRY POTTER Y EL MISTERIO DEL PRÍNCIPE, Rowling ha alcanzado una obra cumbre, un hito en su carrera que le será difícil, si no imposible de superar. Eso sí, siempre será bueno que lo intente. Esta mujer ya me hizo tragar mis propias palabras antes, y puede que lo haga de nuevo, ¿quién sabe?

Escrita hace 11 años · 4.3 puntos con 3 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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