"A VUELTAS CON FREDDY LOMBARD" por Hamlet

Portada de FREDDY LOMBARD- 2

*Recientemente hice una reseña en la que hablaba de "El Cometa de Cartago" de Chaland y Lepennetier (Yann), en la que someramente también hablaba de los dos álbums que le precedían en la serie de Freddy Lombard, y que son "El testamento de Godofredo de Bouillon" y "El cementerio de elefantes". La impresión general que me dejó el primer tomo recopilatorio de Glénat, que abarca los tres álbums citados, fue realmente buena así que cómo no continuar con el segundo, que contiene los dos álbums de los que hablaré hoy. Desgraciadamente "Vacaciones en Budapest" y "F52" son los dos últimos álbums de Chaland sobre el personaje. Y digo desgraciadamente por más de una razón, siendo la principal que el artista de Lyon, como ya comenté, falleció en un accidente de coche. La otra razón por la que digo desgraciadamente es porque habiéndolos leídos ya todos no puedo más que decir que el cómic Europeo perdió con él uno de sus grandes talentos que, con toda probabilidad a tenor de su legado, nos hubiera dado muchas más alegrías en forma de estupendas obras. Pero como ya dije también anteriormente no nos queda otra que disfrutar de lo que sí dio a luz.

Después del críptico y transgresor "El cometa de Cartago", Chaland, que continua trabajando con Lepennetier en los guiones, nos entrega el más accesible pero en absoluto convencional " Vacaciones en Budapest".

El albúm se inicia, como no podía ser de otra forma dado el título, con una bella e idílica estampa estival cargada de luz y colorido. Pero el lugar no es Budapest sino Véneto, en el noreste de Italia. Aunque la historia se sitúa en verano del 56 alguien recita unas palabras en latín. Es Dina, la amiga de Freddy y Sweep, que ejerce de institutriz de un descentrado joven húngaro llamado Laszlo, mientras sus dos amigos se encuentran no muy lejos reparando su coche.

En esta ocasión la aventura se inicia cuando el joven Laszlo, que desea volver a su país, se fuga con la ayuda de Freddy y Sweet, que, por supuesto, esperan sacar tajada del asunto. Con esa intención emprenden el viaje en coche hasta Hungría, que se encuentra bajo el dominio soviético del comunismo, dejando "colgada" a Dina.

"Vacaciones en Budapest" es un gran cómic donde Chaland y Lepennetier ofrecen una historia con significativas dosis de política, humor, tensión, emociones y, por supuesto, aventura. El humor alcanza en éste álbum sus cotas más elevadas dentro de la serie, de forma, a mi gusto, muy superior a las anteriores. Es un humor, eso sí, singular, negro en muchas ocasiones, que convida a la sonrisa en situaciones en absoluto hilarantes. Y es que éste álbum alumbra una realidad histórica y humana poco amable, con escenas realmente impactantes y terribles.

El sexo también tiene cabida en "Vacaciones en Budapest", de una forma adulta pero al tiempo muy divertida. Su integración dentro de la trama está perfectamente construida, regalando al lector algunas escenas verdaderamente inolvidables.

Con "Vacaciones en Budapest" Chaland y Lepennentier dan un paso de gigante en la serie, bien distinto a la maravillosa rareza de "El cometa de Cartago". Los personajes protagonistas se encuentran mucho mejor definidos en sus rasgos de personalidad y ello contribuye de forma sustancial a la historia que se nos cuenta. Por otro lado, las distancias respecto a sus precedentes y referentes ( Hergé, Franquin, etc...) son ya muy grandes y están perfectamente consolidadas. Chaland y Lepennetier consiguen así que Freddy Lombard tenga un sabor único, singular, y especial que lo hace distinto a los otros, independientemente de que guste más o menos. Vamos, que es lo que se dice una obra de autor, en este caso autores, ya que me parece justo reconocer la labor de Lepennetier. Y es que la serie de Freddy Lombard, ya desde sus inicios, aparece como una heredera, atípica y con progresión, de los cómics juveniles franco-belgas. Una progresión que va cumpliendo álbum tras álbum quedando ya muy lejos del cómic juvenil y entrando directamente en el cómic para adultos, que, no obstante, en muchas cosas gustan de las formas de los niños.

Cuando uno lee "Vacaciones en Budapest" enseguida le llama la atención la audacia del álbum, su abierta ruptura con las convenciones del género. Por ejemplo, es imposible imaginar a Tintin o Spirou en situaciones como las que viven Freddy Lombard y sus amigos, al menos de la forma como están tratadas. La crudeza y sexualidad subyacentes en esta obra está claro que no tenían lugar en sus homónimos juveniles. Tampoco la supresión del socorrido cliché de "buenos" y "malos", en aras de unos matices más complejos, esquivos y humanos, donde todos tienen cosas buenas y malas, y razones para ser de tal o cual manera. Todas estas diferencias, respecto a los clásicos, no significa que sea mejor o peor que éstos, si no sencillamente diferente. Es por eso que Freddy Lombard supone un soplo de aire fresco en una tradición consolidada.

Aún así, es evidente, que Freddy Lombard no existiría sin sus predecesores, algo que Chaland no oculta como tampoco oculta sus esfuerzos por hacerse su propio lugar en la historia del tebeo. Algo que, a mi parecer, consigue con todos los honores.

Mención destacadísima merece una vez más el dibujo. Un dibujo elegante, sofisticado, de virtuosas líneas, que eleva la línea clara a una nueva cumbre. Un dibujo que encuentra la perfección cuando se completa con el color de ensueño obra de Isabelle Beaumenay-Joannet, que trabajó también para Moebius en su Incal.

Por si fuera poco, el final del álbum no tiene desperdicio. Todo un canto a la esperanza y a la fortaleza del humor, incluso en los contextos que le son menos propicios.

Con todo este maravilloso y prometedor bagaje llegué a "F.52", y he de confesar que lo hice con algo de miedo. Me explico. Por un lado, tenía miedo que estuviera a altura de los dos álbums que lo precedían, e incluso más, con lo cual me iba doler aún más finalizarlo, con la clara consciencia de que ya no iba a tener más continuidad. Pero por el otro, tenía miedo de que esta última obra de Freddy Lombard no estuviera a la destacada altura que había ido cobrando la serie y que ello me llevara a cuestionar su ininterrumpida progresión, a empañar la que sabía despedida de mi ya admirado Freddy Lombard de Chaland. Cosas que tiene el leer la que se sabe la última obra de un estimado personaje y su brillante creador.

Una vez leído "F.52" he de decir que de nuevo la capacidad de Chaland y Lepennetier parar sorprenderme gratamente no tiene límites. Se cumple así una de las opciones que barajaba antes, y es que la despedida de Chaland, en este último álbum, es de esas que invitan a soñar de forma muy sólida con qué otras joyas nos podría haber regalado este maestro del cómic, de no haber fallecido prematuramente.

"F52" vuelve a ser un álbum especial e irrepetible, como si alguno de Chaland no lo fuera.

La historia se inicia, de nuevo, con una colorida y evocadora viñeta que nos conduce para la ocasión al aeropuerto de París. Un trío de niños observan desde el otro lado del vallado la inauguración del primer vuelo del nuevo avión transcontinental de pasajeros, el F52.

Todo está dispuesto para el viaje inaugural pero al jefe de personal le faltan los tres nuevos empleados que contrató el día anterior. Como no, son nuestros ya apreciados Freddy, Dina, y Sweet. Chaland los sitúa, una vez más, tirados por un problema con el coche. En este caso una rueda pinchada. Pero si algo tiene este grupo son recursos y no me refiero a económicos como ya sabéis. Aún con el inconveniente, llegarán a tiempo de coger el vuelo y darnos una aventura verdaderamente memorable. Puede que la mejor de las suyas, aunque ya me es muy difícil tener que pronunciarme en ese sentido.

En "F52", Chaland, nos entrega algunas de sus viñetas más bellas y estilizadas. Por ejemplo, son una auténtica gozada todas y cada una de las ilustraciones del futurista F52. Tanto que no he podido evitar sentirme como uno de esos niños que lo observa admirado desde el otro lado del vallado, en mi caso al otro lado del papel. Y, bueno, no hablemos de las escenas en el interior del avión a lo largo del trayecto. Sencillamente asombrosa la capacidad no sólo narrativa y atmosférica del francés, si no también su capacidad para seducir con su límpidas e impecables imágenes.

De nuevo, la composición de sus páginas y viñetas, y sus atinadas perspectivas, vuelven a demostrar un gusto exquisito. Un savoir faire al alcance de muy, muy poquitos.

Por otro lado, el acompañamiento del color vuelve a ser inmejorable e imprescindible. La vivacidad de cada uno de los colores y su perfecta combinación con cada una de las imágenes raya a la excelencia del resto de apartados.

Del guión, obra conjunta de Chaland y Lepennetier ( Yann), tampoco se puede hablar otra cosa más que maravillas.

Incluso llegan a hacer un uso del recurso cinematográfico Mc Guffin brillantísimo, en la mejor línea del mago del suspense y su "Con la muerte en los talones". Si no véase toda la historia del espía ruso y sus zapatos.

El humor, de nuevo, vuelve a cocinarse y servirse en su justo punto, equilibrado, sin estropear el resto del menú que nos ofrecen estos dos artistazos. Un menú que incluye buenas dosis de tensión, dramatismo y emoción.

Una vez más, me ha vuelto a sorprender el espíritu de novedad y atrevimiento de la serie. Por ejemplo, el que en determinados momentos planee con habilidad sobre temas delicados como la pederastia, el acoso sexual en el trabajo o el síndrome de Down es algo que nunca me hubiera esperado en un cómic de sus "supuestas" características. Y es que no me cansaré de repetirlo, Freddy Lombard no es un cómic juvenil.

La historia de "F52" está llena de ingeniosas y memorables escenas, pero también de inolvidables personajes. Por ejemplo, la pareja de amargados e insoportables ricachones que desprecian a su hija por su deficiencia, hasta el punto de querer cambiarla por otra, me parecen dos de los "malos" más conseguidos de los que llevo vistos en un cómic. Además, son terriblemente humanos, en la peor de las acepciones del término. Su verosimilitud es tal que son terriblemente espeluznantes.

Está claro que no os voy a desvelar más sobre este insuperable broche a la serie de Freddy Lombard, pero estoy convencido de que si lo leéis no vais a olvidar su final en mucho tiempo. Tampoco su desarrollo.

* Si queréis leer esta reseña acompañada de imágenes, para haceros una mejor idea de lo referido, podéis hacerlo en: http://dentrodellaberinto-jareth.blogspot.com.es/2012/10/freddy-lombard-vacaciones-en-budapest-y.html

Escrita hace 11 años · 5 puntos con 1 voto · @Hamlet le ha puesto un 9 ·

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