EL WESSEX por sedacala

Portada de TESS LA DE LOS URBERVILLE

Nacido en 1.840 y fallecido en 1.928, Thomas Hardy fue uno de los novelistas ingleses de más éxito popular en los años finales del siglo XIX, pese a lo cual, en 1.895 dejó de escribir novelas para centrarse en escribir poesía, detalle este que ayuda a comprender algunos aspectos de sus novelas.

Mi primer contacto con su obra, me llegó a través del cine, cuando en 1967 fui a ver LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO, película de John Schlesinger, que traía el reclamo de una Julie Christie convertida en estrella gracias a su reciente papel de Lara en DOCTOR ZHIVAGO. No podía suponer yo entonces, que aquel folletín se basaba en la novela de un autor, al que acabaría leyendo cuarenta y cinco años después. Aquello era muy empalagoso, y de ahí, tal vez su fracaso comercial, y además pudo ser un augurio de lo corta que habría de ser la carrera de estrella de miss Christie. A pesar de ello, y a consecuencia de mi afición al dulce, me gustó y no me resultó desagradable el probable exceso de sentimentalismo de aquella historia. Hablo de aquel recuerdo, hoy casi olvidado, por que en aquella adaptación se apreciaban claramente algunos de sus rasgos más característicos. Uno de ellos, la importancia que concede a todo lo relacionado con la naturaleza: vegetación, animales, paisaje o clima del medio rural inglés. Otro rasgo suyo, es la importancia que da al enfrentamiento entre la mujer y los convencionalismos sociales. Estos dos factores, a los que hay que añadir una cierta perspectiva fatalista que preside sus historias, están muy presentes en TESS D´URBERVILLE, y conforman sus señas de identidad como escritor. Más tarde, TESS (1.979) de Román Polanski, tuvo mucha más repercusión que la otra, quizás por el prestigio de su director, o tal vez por que fue Polanski, quien sacó la película del tono de folletín y melodrama en que sus adaptaciones cinematográficas parecían siempre abocadas a caer. Pero, el caso es que aquella película yo no la vi.

Dejando el cine y yendo a la lectura del libro, hay, como decía, dos temas que tienen la máxima presencia: Uno, el gusto minucioso por dotar de forma y detalles al marco geográfico de la historia. Define tonalidades, texturas, aromas, murmullos, es decir, todos aquellos atributos de la naturaleza que pueden influir sobre los sentidos; también describe a los seres que viven allí: las caballerías, las reses, los animales de corral, la fauna voladora; también los trabajos agrícolas o ganaderos y la climatología cambiante del Wessex, pasando del sol a la niebla, al viento, a la lluvia, o a la nieve, con una visión vivificante e idílica en los mejores momentos, y sombría e invernal en los peores, que son los más, y todo ello con el acento mucho más puesto en los matices sensibles o en los rasgos poéticos, que en detalladas descripciones costumbristas. Todos estos elementos, se sitúan detrás de la narración, configurando un telón de fondo de trazos fuertes y coloristas y definiendo la estética de la novela. Dice además, como influye todo esto sobre los sentidos de los personajes, como altera su estado de ánimo, y como perturba en alguna medida su psicología. Se nota, que al autor le interesa mucho resaltar este efecto, por cuanto añade un plus de sensibilidad y de frescura al relato del que su carácter de poeta no es en absoluto ajeno.

El otro tema, es el más importante: Se trata de su papel como portavoz de la situación de indefensión que sufren las mujeres por las barreras morales que impone la época. La protagonista, Tess, es como un diamante en bruto, es una mujer atractiva y con encanto, pero tosca, y sin pulir. Su espíritu es sensible, su talante inquieto, y vive ajena a los convencionalismos sociales como consecuencia de la escasa educación que recibió en el ámbito rural en que vive. Si fuese poco agraciada ó de una belleza común, no tendría necesidad de defenderse; si fuese atractiva, pero educada, dispondría de armas con que defenderse; pero, en sus circunstancias, las posibilidades que tiene de afrontar con éxito las complicaciones sociales y escapar a un destino al que por su situación está abocada son muy pocas. Además, el autor es despiadado con ella y sitúa al personaje en una familia totalmente desestructurada por las debilidades de sus progenitores, y en un escenario rural de pobreza profundamente enquistada. Por todas esas razones, el enfoque general del libro es pesimista y la impresión que al leer se extrae de sus páginas es dura y triste, aunque comprometida.

En este sentido, la narración se apoya constantemente en los problemas psicológicos que la situación les crea a sus protagonistas, que se pasan el tiempo debatiéndose entre su orgullo y sus ideas por un lado, y el deseo natural de aspirar a una cierta cuota de felicidad, por otro. Hay un cierto determinismo latente, apreciable desde el principio, que conduce a los personajes a un destino aparentemente prefijado. Diciendo esto, no pretendo desvelar la trama; pretendo simplemente explicar cual es la sensación que se desprende del texto desde el principio. Y también podría añadir, que algunas dudas y temores que tuve en mi camino hacia el final del libro, se disiparon justamente allí al ser esa la parte del libro que más me gustó.

Ahora bien, puede que éste no sea recomendable a una generalidad de lectores sin hacer antes algunas advertencias. Se aprecia mucho su carácter de “manual para el reencuentro con la naturaleza”, lo que quiere decir que su descripción del mundo rural es omnipresente en el transcurso de la novela. De esa manera, trata de dar una explicación sutil a la influencia que tiene la vida al aire libre, en el temple de las personas y en la evolución de sus sentimientos; y yo, sospecho que a algunos lectores estas sutilezas les podrán resultar demasiado aburridas o quizá incluso pedantes. Por otro lado, como ya he dicho, el enfoque general del libro es pesimista y por tanto triste; enseguida se colige que el autor está convencido de que los comportamientos de algunos personas relativos a su vida sentimental, no responden al concepto de la voluntad racional del hombre, o a su libre albedrío, sino que vienen fatalmente determinados por sus genes o su destino. Los que tienen, ellos y sobre todo ellas, la desgracia de ver como esos ineludibles comportamientos suyos chocan con la moral de la época, sufren cruelmente las consecuencias. Esto convierte su lectura en un ejercicio, a veces, duro, acre y desmoralizador, que es perfectamente compatible con una valoración muy positiva, pero que, a algunos lectores, les encogerá el alma en exceso.

En fin, los críticos de su época le acusaron de materialista y de inmoral; acusaciones que hoy hay que interpretar como una expresión de la moral intolerante de finales del siglo XIX. Yo después de leerlo, no he visto nada de eso; aún así, es bien cierto que en el enfoque general de la historia, al ser acuciados por las dificultades, sus personajes nunca miran hacia Dios o hacia la religión; de ahí, supongo, la acusación de materialismo.

Antes de terminar, volveré sobre el tema de la posible incursión en el campo de la literatura rosa. No detecto ni el más mínimo interés en darle a la narración un tono de frivolidad, ni un sentimentalismo fácil, y aunque la particular perspectiva suya, bordea el terreno de la conmiseración y el melodrama que podría hacer pensar en literatura romántica o directamente rosa, y aun afirmando sin rubor, que algo de eso tampoco sería absolutamente deleznable en sí mismo, a la historia le sobra calidad, además de estar escrita en un tono sensible, un poco sarcástico, y ácidamente humorístico, que se lee con sumo agrado.


P.D. Insisto con alguna terquedad en esto de la literatura rosa, por que la edición que yo leí, pertenece a una colección de libros de esa naturaleza.

Escrita hace 11 años · 4.9 puntos con 7 votos · @sedacala le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 11 años

Amén a todo, sedacala. Tratándose de Hardy (o, al menos, de esta novela) estoy completamente de acuerdo contigo. Es, además, una de mis favoritas, junto con Jude el oscuro, aún más desesperanzada que ésta. Recoges muy bien esa riqueza sensorial de la novela, que viste las acciones de los protagonistas con un denso manto lleno de significados. Me gusta que destaques que es una novela "rural", algo no tan común en la literatura victoriana, decididamente urbana. El destino de Tess, uno de los grandes personajes femeninos del fin de siglo, está muy hermosamente expuesto, con una delicadeza de matices verdaderamente notable, contradictoria y viva como pocas.

Que esta magnífica obra estuviera en una colección de novela rosa es inadmisible. El severo, complejo y oscuro Hardy no tiene que ver con tan malhadado género.

@Tharl hace 11 años

Excelente reseña sedacala.

La edición de AlianzaEditorial que tengo de CUMBRES BORRASCOSAS comete el mismo etiquetado, hasta empapela las pastas de color de rosa… así es la vida.
He aquí el empalagoso resultado:
leelibros.
A poco estuve en mi adolescencia de perderme esta joya, desde luego de no haberme sido impuesta en clase no la habría leído. A veces, hasta se agradecen algunas de estas imposiciones.

@lucero hace 11 años

Por el contrario, piensen que algunos lectores de novela "rosa" se verán beneficiados con obras literarias de esta calidad, lo que les abre un inesperado camino hacia placeres más refinados. Y nosotros (sedacala, Faulk, Tharl..y yo) tenemos que dejarnos de prejuicios , a estas alturas : yo hago el mea culpa de no haber leído, escuchado y visto obras de arte por prejuicios e ignorancias.

@Faulkneriano hace 11 años

A mí no me metas, Lucero, en lo de la novela rosa. Y ya puestos, tampoco en el chick-lit ni en las tropecientas sombras de Grey. Ya uno tiene una edad... Hay prejuicios irrazonables y otros absolutamente saludables.

@sedacala hace 11 años

Yo no creo tener prejuicios; lo que sí tengo, es la sana, creo yo, intención de no salirme del terreno que piso, y que es el que quiero pisar. No quiero meterme en otros, por un problema de espacio y tiempo. Ahora bien, algunos no me atraen nada, otros en cambio no me desgradan. Este tema de la literatura decididamente romántica (en el sentido de amorosa), no me molesta pillarlo de refilón; o al menos, no como veo que te molesta a tí.

@sedacala hace 11 años

Volviendo a la novela; el personaje de Tess, la verdad es que tiene un enorme atractivo, sobre todo por la cantidad de rasgos contradictorios que contiene. En la reseña apenas si lo expreso, pero andaba yo leyendo un poco preocupado con la incógnita del final, es decir de cómo remataría el autor la novela. Y el remate me pareció, sencillamente perfecto. Me parece el final adecuado, para tan extraordinario personaje central.

@lucero hace 11 años

Me molesta poner todo lo que un editor decide en una misma bolsa, y a veces ser lo suficientemente ignorante como para no separar la paja del trigo, pero a estas alturas tampoco vamos a ir a por Grey creyendo encontrar una obra maestra. Tampoco la pavada, que ingenua no soy! Por el ejemplo de este reseña : sabía vagamente de Hardy, pero NUNCA hubiera comprado ni sacado de la biblioteca Tess...Gracias sedacala cultivas mi intelocto ciego..jaja

@Faulkneriano hace 11 años

Hombre, sedacala, es que no es lo mismo La bien amada, de Hardy, que una de esas novelas estilo El talego del Highlander. A mí también me gustan las novelas románticas comme il faut.

¡Tampoco la pavada! Me encantan tus expresiones, Lucero, y tus neologismos: ¿que será el intelocto?

@lucero hace 11 años

Es el intelecto, pero ciego, sordo y mudo...como el mío con la novela rosa..jajaja