UN LIBRO IMPERECEDERO por EKELEDUDU

Portada de DECAMERÓN

El DECAMERÓN tiene un inicio decididamente siniestro, ya que arranca con un prólogo en el que se hace una tétrica y detallada descripción de la Europa medieval asolada por la tristemente célebre Peste Negra. En tal escenario, siete damas y tres hombres, buscando escapar del contagio, se encierran en una casa. Durante diez días contarán un cuento cada uno; de ahí el título, que significa precisamente "diez jornadas". Desde ya, sería un disparate pretender que resumamos aquí el contenido de cien cuentos, pero sí podemos definir por qué esta obra fue tan famosa. Ciertamente, la pornografía ha hecho suya, con total impropiedad, la palabra que da título a este libro: aunque el sexo interviene en un cierto número de cuentos, con un desparpajo que asombra en una obra medieval y que delata la nueva apertura mental imperante en el Renacimiento, en ningún momento apela a la grosería o al trazo grueso, y por lo general en tono de humor picaresco en torno a historias de cuernos. Por supuesto, sólo esto habría bastado para escandalizar a la Iglesia -que Inquisición mediante incluyó este libro en el listado del "Index librorum prohibitorum", el infame Indice de libros prohibidos-, pero, para colmo, hay abundantes críticas (entre las muchas que se hace de la sociedad de aquel tiempo) a la Iglesia y a los clérigos, a la impostación de reliquias, etc. Es más: uno de los cuentos más citados refiere la historia de un judío que, como condición para convertirse al cristianismo, exige ir a Roma para constatar que el Papa y los cardenales vivan en santidad y sus vidas testifiquen que la cristiana es la fe verdadera; y al regreso termina convirtiéndose porque si a pesar de la corrupción del alto clero la Iglesia sigue en pie, ello sólo puede explicarse porque el mismo Dios la sostiene. También hay otro cuento referente a un fraile que enseña a una moza a meter al diablo en el Infierno, y mejor no abundar en detalles, de modo que este comentario pueda ser apto para todo público...

Si prescindimos de lo sexual, este libro de todos modos sigue sin ser apto para mojigatos y santurrones. Dista mucho de ser un dechado de buenos ejemplos. Robos, engaños, burlas, venganzas: todo esto encontraremos a lo largo del DECAMERÓN Es más, en algún caso ni siquiera se precisa ser muy beato para indignarse, no con el libro en sí mismo, pero sí con ciertos personajes: caso de Bruno y Bufalmaco, dos jóvenes pintores extremadamente astutos y versados en el engaño, que protagonizan unas cuantas historias, por lo general burlándose y aprovechándose de otro muchacho, éste de muy escasas luces, llamado Calandrino. Llega un momento en que ya dejan de ser graciosos, incluso para los nueve oyentes del que narra el cuento de turno. Pero en fin, el autor no perseguía fines moralizantes precisamente.

De hecho, el verdadero mérito de esta obra es haber legado a la posteridad un entretenido retrato de la vida en ese hoy lejano período que fue el Renacimiento. Hay historias divertidas, otras muy trágicas, ninguna de ellas aburrida a pesar de que la edición de la que hablamos -la de Olympia Ediciones, que incluye el texto completo- fue traducida a un castellano antiguo, acorde al original en italiano y, por supuesto, a la época en que se escribió. Y precisamente esa amenidad, sumada al carácter casi documental del DECAMERÓN, es lo que lo ha hecho perdurar pese al transcurso de los siglos.

Escrita hace 12 años · 5 puntos con 5 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

Comentarios

@FAUSTO hace 12 años

Muy buena exposición, Ekeledudu. Como indica tu título, es un libro imperecedero, ya que le avala más de 6 siglos y medio. Ante la cercanía de la muerte y la enfermedad, es todo un alegato a las ganas de vivir, el amor, el sexo, el humor, y, como recalcas, también posee una crítica de su tiempo, vicios y tragedias. Un libro completísimo.
Como dices en tu último párrafo, en ningún momento peca de aburrimiento y eso que son 100 cuentos. Bueno, es imposible que recuerde esa circunstancia a rajatabla (¡ya ha llovido!), pero la impresión que ahora mismo conservo es de una lectura amena, divertida y excelente calidad. Por cierto, también es digna de mención la versión erótica de Pasolini.

Más reciente es mi lectura de “Los cuentos de Canterbury” de Chaucer, con una estructura y finalidad semejante, pero muy poco en común entre ambas obras. Muy inferior, a mi juicio, los relatos del inglés.

@lucero hace 12 años

Exacto Fausto, los cuentos de Chaucer, si bien imperdibles, carecen de la mordacidad y la picardía del Decamerón. Para los que amamos el relato corto, es una Biblia.
Excelente reseña la de Ekeledudu. Dan ganas de leerlo de nuevo...

@EKELEDUDU hace 12 años

Gracias a ambos. Cuando escribía la reseña recordé la película de Pasolini, pero no la mencioné porque no la vi. Por cierto que tengo mucha curiosidad, aunque me pregunto qué puede haber quedado en una adaptación de un libro que reúne nada menos que cien cuentos. Calculo que habrán adaptado sólo unos pocos, porque concediendo dos minutos a cada uno de ellos, tendríamos doscientos minutos de película si todos hubieran sido llevados a la pantalla; y eso sin contar la introducción y demás.

LOS CUENTOS DE CANTERBURY es uno de esos libros que compré y conservo aún en mi biblioteca, pero que siguen inconclusos. Y es que precisamente compré el libro teniendo como referente el DECAMERON, y el hecho de que fuera muy inferior a éste me resultó decepcionante. Es más, nunca pude pasar del primer cuento. Calculo que le daré una nueva oportunidad algún día, pero no mientras tenga una larga lista de libros adquiridos y todavía no leídos.