EL GRAN JULIANO, EN DISTINTO ENFOQUE por EKELEDUDU

Portada de DIOSES Y LEGIONES
El autor de esta reseña ha idicado que contiene spoiler, mostrar contenido.

Juliano el Apóstata, el emperador que intentó restaurar el paganismo (en creciente decadencia tras Constantino y la Batalla del Puente Milvio), es una figura histórica muy atractiva lo mismo como tema de ensayos que como personaje de novelas históricas. Le han dedicado unas cuantas biografías, si bien la mayoría no están traducidas al castellano. En cuanto a la literatura de ficción, la obra más famosa que lo tiene como protagonista es precisamente JULIANO EL APÓSTATA de Gore Vidal, ya comentada aquí. DIOSES Y LEGIONES, de Michael Curtis Ford, no le llega ni a los talones en cuanto a renombre. En lo personal, ateniéndonos a estilo y amenidad, sigo prefiriendo la obra de Vidal, pero sería injusto quedarnos con un veredicto tan escueto, porque son novelas muy diferentes y, según lo que busque cada lector, sus preferencias podrían inclinarlo en favor de la novela que ahora comentamos. Ambas novelas tienen en común estar escritas en primera persona y desde la óptica de más de un personaje. En el caso de JULIANO EL APÓSTATA se trataba de Libanio, Prisco y el propio Juliano, paganos todos ellos. En DIOSES Y LEGIONES el principal narrador es un tal Cesáreo, médico cristiano, con notas aclaratorias de su hermano Gregorio Nacianceno, cristianos ambos, lo que no necesariamente implica que esta versión haga quedar bien a los cristianos de ese entonces. También es similar, ya que no idéntico, el punto de partida de ambas, puesto que ambos relatos principian estando Juliano ya muerto. Y curiosamente, las últimas frases de ambas novelas, siendo prácticamente opuestas, dejan el mismo sabor amargo, o me lo dejaron a mí, al menos. Hasta aquí las similitudes. Examinemos algunas diferencias. Vidal se ocupaba de toda la vida de Juliano y mayormente hacía hincapié en las preocupaciones filosóficas y teológicas de éste. Ford (¿Curtis será en este caso nombre de pila o apellido?), por su parte, arranca prácticamente en el instante en que Juliano es convocado a la corte de su desagradable primo Constancio, donde será designado César, y se ocupa sobre todo de su faceta militar. Esto quizás sea muy sensato por parte del autor, por varios motivos, uno de los cuales es que habiendo escrito varios artículos sobre ejércitos antiguos, su fuerte probablemente sea ese aspecto de la vida de Juliano. Además, de esa forma evita que su obra se convierta en mera e innecesaria repetición del libro de Vidal, en cuyo caso la comparación casi seguramente lo habría desfavorecido mucho. En cambio, aún prefiriendo JULIANO EL APÓSTATA, no puedo negar que en DIOSES Y LEGIONES hay momentos épicos muy logrados, siendo la impecable y minuciosa descripción de la Batalla de Estrasburgo mi preferido.

Ahora bien, llama la atención que ciertos personajes presentes en cada una de ambas obras estén ausentes en la otra. Por supuesto, se da el caso de que algunos figuren en ambas, pero bajo grafías diferentes, como "Salucio" y "Salustio" u "Oribaso" y "Oribasio". Sin embargo, otros, como ya hemos dicho, están ausentes en una u otra novela. Al propio Cesáreo, por ejemplo, Vidal no lo menciona ni por casualidad, mientras que en DIOSES Y LEGIONES, por ejemplo, no se menciona ni a Macrina ni a Calixto, lo que deja con la duda acerca de cuál es la más veraz históricamente. Si la respuesta fuera que ambas por igual, subsiste el misterio de los motivos tras esas recíprocas omisiones. Por desgracia, mis conocimientos no son tan profundos. En alguna carta escrita por Juliano se menciona a un Cesáreo que podría ser este personaje de DIOSES Y LEGIONES; la descripción de la citada Batalla de Estrasburgo es exacta en lo esencial a la que de la misma se hace en TÉCNICAS BÉLICAS DEL MUNDO ANTIGUO, que también hemos comentado. Y por el momento, lamentablemente, nada más tengo que añadir sobre este punto, excepto que ambos libros citan sus fuentes y son coincidentes en muchas de ellas.

En cuanto al tratamiento que se da a los personajes que sí figuran en ambas novelas, cabe destacar que en DIOSES Y LEGIONES la mayoría, comenzando por el propio Juliano, resultan menos agradables o más abiertamente desagradables que en JULIANO EL APÓSTATA. Para ilustrar mejor a qué nos referimos, tomemos el ejemplo de Constancio. No digamos que Gore lo hacía querible o simpático, pero cuando Juliano comparecía ante él, el emperador parecía un dechado de educación y buenos modales, más allá de lo que solapadamente pudiera tramar contra su primo. En DIOSES Y LEGIONES, en cambio, Constancio es sencillamente un asco: burlón, sobrador, indisimuladamente malévolo. La que curiosamente está casi idéntica, como también la actitud de su esposo hacia ella, es Helena o Elena, esposa de Juliano: excedida de peso y no muy agraciada. Por desgracia, también es idéntico su infortunado destino en ambas obras, lo que permite suponer que la documentación disponible sobre ella es inequívoca y no da lugar a libres interpretaciones.

Y nada más queda por agregar. ¿JULIANO EL APÓSTATA o DIOSES Y LEGIONES? Llegó el momento en que elija cada lector según sus propios gustos.

Escrita hace 11 años · 5 puntos con 1 voto · @EKELEDUDU le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@lucero hace 11 años

Detalladísima reseña y estudio comparado.

@EKELEDUDU hace 11 años

Gracias, muy amable. Se hace lo que se puede.