LA DOLCE VITA... por salakov

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El autor de esta reseña ha idicado que contiene spoiler, mostrar contenido.

Ah, la gente guapa. Esa dolce vita de fiestas y borracheras, de esnobismo y hastío. Retrato de esto y de su tiempo –los felices años 20- es esta novela un fabuloso descenso a los infiernos de una pareja: desde la inconsciente felicidad del principio de la relación a la decadente monotonía final. Una relación de pareja destructiva, trasunto de la relación que unió al propio Scott Fitzgerald con su esposa Zelda, en esta novela los inolvidables Anthony Patch y Gloria Gilbert. Como cantan Los Suaves en su canción más famosa: «cómo se porta la vida cuando vales lo que tienes».

La prosa de Scott Fitzgerald me pareció sublime, envidiable, con algunos párrafos y momentos de lucidez de los que atesorar. Sin más, recomiendo sin ambages su lectura a la vez que adjunto un pequeño párrafo, alegórico, de la misma:

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«Un pequeño incidente que ocurrió una noche sirvió para indicar hasta qué punto sus nervios estaban en tensión. Al cruzar por una travesía camino de casa después de cenar, Anthony vio a un gato callejero que merodeaba cerca de una valla.

- Siempre siento la tentación de pegar patadas a los gatos -dijo sin saber muy bien por qué.

- A mí me gustan.

- Una vez no pude contenerme.

- ¿Cuándo?

- Hace años, antes de conocerte. Una noche en el entreacto de un espectáculo. Hacía frío, igual que hoy, y yo estaba un poco alegre… una de las primeras veces que me emborrachaba -añadió-. El pobre bicho estaba buscando un sitio para dormir, imagino, y yo estaba de muy malhumor, así que me apeteció darle una patada…

- ¡Pobrecillo! -exclamó Gloria, sinceramente conmovida.

- No estuvo nada bien -admitió él-. El pobre animal se volvió y me miró con ojos suplicantes, como esperando que lo cogiera y cuidase de él (no era más que un gatito) y antes de que se diese cuenta se le vino encima un pie enorme que le golpeó en el lomo…

Gloria dejó escapar una exclamación llena de angustia.

- Era una noche muy fría -continuó Anthony, malévolamente, siempre con un tono de voz apropiadamente melancólico-. Imagino que esperaba afecto de alguien y solo recibió dolor…»

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 1 voto · @salakov le ha puesto un 10 ·

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