SIN RIGOR CIENTÍFICO por EKELEDUDU

Portada de EL CÓDIGO DE LA BIBLIA. LOS ENIGMAS DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Da la impresión, leyendo este libro, que los autores sienten cierta inquina hacia la Biblia. En parte está bien que gente como ellos sirva de contrapeso a los fanáticos que creen minuciosa y al pie de la letra cuanto se dice en ella; los rigoristas de los que habla Jonathan Kirsch en Dios contra los dioses. Pero a la hora de rebatir, no ya sólo a la Biblia, sino cualquier idea, es necesario atenerse a una serie de pautas que Guzmán Balaguer y Zorrilla Albornoz no siempre siguen, y una de las más imperdonables es no citar las fuentes consultadas, incluir una bibliografía que dé visos de seriedad a su exposición. Esta, por lo demás, es muy despareja, y mezcla hechos concretos con hipótesis personales sin aclarar nunca donde terminan unos y empiezan otros. A su vez, dentro de las hipótesis y afirmaciones se incluyen afirmaciones de apariencia seria y otras con sabor a disparate. Por ejemplo:

-Acertado capítulo inicial, "La Biblia: El libro de los libros", donde básicamente se nos dice que la Biblia no fue escrita por Dios sino por varios autores perfectamente humanos, detallándonos básicamente el proceso de gestación y las fuentes de las Sagradas Escrituras.

-Relativo acierto en el capítulo 4, "La lluvia y la torre", en el que se cuestiona la realidad del Diluvio Universal. Es correcto, como las lluvias son el resultado de la evaporación y posterior condensación de nubes de agua, para que lloviera durante días y días, antes del Diluvio la Tierra debería haber estado tan anegada como lo estuvo después. Podría a esto objetarse que la fe en un Dios todopoderoso explica el hecho diciendo que, sin duda, las nubes aparecieron de la nada (por algo se insiste: todopoderoso), pero el razonamiento es lógico; de modo que dejémoslo así.

-Cuestionable capítulo 7: "La verdadera vida de Moisés". Los autores presentan a Moisés como un sacerdote egipcio que habría llevado el culto monoteísta de Atón al pueblo hebreo. No digamos que es imposible, pero deberían aclarar que se trata sólo de una teoría y no de un hecho aceptado.

-Capítulo 10: "Los Evangelios Apócrifos". A mi entender, aquí ya entramos en el absurdo y en el conspiracionismo más descabellado. Los Evangelios Apócrifos dan cuenta de una tradición alternativa posteriormente suprimida para lograr la hegemonía de determinados sectores de poder, nos dicen los autores. En realidad, creo que de lo que dan cuenta, en todo caso, es de que hubo una época de conflictos entre distintos bandos cristianos, y todos y cada uno se sentían poseedores de la Verdad Absoluta. El bando vencedor suprimió lo que consideraba mentiras o falsedades y eran en realidad opiniones; a partir de allí, sí, se empezó a ganar poder, pero eso fue consecuencia, no causa. No importa: como la afirmación de los autores, la mía es también sólo un punto de vista. Los problemas más graves vienen primero con la inclusión de los rollos del Mar Muerto entre los Evangelios Apócrifos: nada tienen que ver unos con otros, salvo que son escritos muy antiguos. Luego tenemos la afirmación de que se conspira para que no se divulgue el contenido de dichos rollos. Casi recomendaríamos a los autores que leyeran menos EL CÓDIGO DA VINCI... pero sospechamos (¿cómo no citan la fuente de esta afirmación tan polémica?) que tomaron el dato de THE DEAD SEA DECEPTION, de Michael Baigent y Richard Leigh, dos de los autores de EL ENIGMA SAGRADO, la obra que inspiró a Dan Brown para su best-seller; si bien Leigh y Baigent responsabilizan al Vaticano, mientras que en el libro que nos ocupa, se señala como culpables a rabinos judíos.

Por consiguiente, no podemos decir que EL CÓDIGO... (¿les suena el título?) contenga sólo dislates, pero no es seria la presentación que se hace de los argumentos. Una verdadera lástima.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 4 ·

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