A LA BÚSQUEDA DEL ARQUETIPO MITOLÓGICO por EKELEDUDU

Portada de DIOSES INTERIORES

Uno de los interrogantes que más frecuentemente me asaltan respecto a los libros de autoayuda -cuyos méritos literarios con frecuencia dejan mucho que desear- es cuán útiles terminarán resultando a sus lectores. No sé en qué medida DIOSES INTERIORES entronca en esta categoría. En todo caso, se supone que persigue, sí, un objetivo que lo acerca a este tipo de obras, pero hay que decir que resulta sorprendente y ameno si uno lo lee desde otras perspectivas. DIOSES INTERIORES intenta orientar al lector para ayudarlo a encontrar su arquetipo personal. Recordemos que, según el renombrado siquiatra suizo Carl Gustav Jung, los arquetipos serían lago así como ejemplos típicos de existencia o conducta que cada individuo busca modelar a partir de estereotipos conforme a las influencias recibidas de su entorno. Ya hemos comentado LUCHAR Y AMAR, de Anselm Grün, encasillado en una temática similar al libro que comentamos ahora. En este caso, según declara su autora, Laura Winckler, los arquetipos presentados se basan sobre todo en trabajos de Jean Shinoda Bolen, quien exploró la correspondencia entre los dioses y los seres humanos. Por otra parte, que los mitos están omnipresentes en la mente humana y ocupan una parte esencial de ésta, es evidente: pensemos en el éxito de sagas como EL SEÑOR DE LOS ANILLOS o HARRY POTTER, las cuales no son más que versiones remozadas y actualizadas de antiguos mitos. O recordemos que en NEOPAGANISMO explicaba su autora, Haritha Meenee, que se da la circunstancia, nada casual por cierto, de que muchos neopaganos sienten particular atracción por la psicología.

Winckler propone básicamente cuatro modelos de diosas -Afrodita, Atenea, Demeter y Hera- y siete de dioses -Dionisos, Hermes, Apolo, Ares, Hefesto, Zeus y Orfeo, si bien este último no es un dios en el estricto sentido del término- para que mujeres y hombres, respectivamente, se identifiquen con alguno de ellos. Cada capítulo se ocupa de un dios. Los datos mitológicos que se consignan son redundantes, si bien el análisis de dichos datos a la luz de la psicología ya no lo es tanto. Se supone que todos los arquetipos están presentes en cada individuo, aunque sólo uno o dos sean predominantes. Ninguno es más importante o mejor que otros, todos aportan ventajas y desventajas, y presuntamente pueden mitigarse éstas recurriendo a la influencia de otro dios-arquetipo; se nos indica, incluso, a cuál es ellos echar mano dependiendo del caso.

Si al lector todo esto le suena un poco a astrología, sepa que no es el único, aunque en mi caso hay un poco de prejuicio por ser DIOSES INTERIORES una colaboración entre editorial Kier y el canal Infinito de los tiempos en que su programación era una inverosímil mezcolanza de conjunciones astrales, mantras, ectoplasma y encuentros cercanos del tercer tipo. Sin embargo, a diferencia del horóscopo, en este caso no precisamos conocer previamente nuestro signo para constatar que, en efecto, hay coincidencias entre nuestra personalidad según la teoriza la astrología, y la real: a identificación con un arquetipo surge espontáneamente y luego, hacia el final del libro, un test corroborará la exactitud de dicha identificación. No puedo menos que asombrarme ante esa singular correspondencia, tanto en mi caso particular como en el de muchos conocidos en quienes reconozco a Apolo o Ares.

Esto es lo positivo que puede decirse de DIOSES INTERIORES, pero no hay sólo buenas noticias. Así, en uno de los últimos tramos de la obra, El diálogo entre los arquetipos femeninos y masculinos, contiene puro palabrerío soporífero y nada novedoso; si bien incluye algunas sabias recomendaciones entre tanto texto superfluo. Y en lo personal, eso de que, por ejemplo, el hombre Hermes "debe aprender a estabilizarse y profundizar su búsqueda con la ayuda de Apolo", no me aclara mucho y, temo, me sería inútil a la hora de intentar equilibrar un arquetipo con otro. Pero aquí puede que haya errores de interpretación de mi parte. De cualquier forma, el libro es tan entretenido como instructivo, de modo que aprueba holgadamente el examen.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 8 ·

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