ROWLING, EN OTRA ACABADA PRUEBA DE TALENTO por EKELEDUDU

Portada de HARRY POTTER Y LA ORDEN DEL FÉNIX
El autor de esta reseña ha idicado que contiene spoiler, mostrar contenido.

Previo al inicio de su nuevo año lectivo en Hogwarts, Harry es atacado, junto con su primo Dudley, por unos Dementores. Ello sucede en la mismísima Privet Drive, cerca de la casa de sus desagradables tíos, y se ve obligado a hacer un Patronus para defenderse y defender a Dudley. Por lo tanto, no tarda en recibir la consabida carta del Ministerio de Magia por empleo indebido de magia. Esta vez, se pretende expulsarlo de Hogwarts y confiscar y destruir su varita. por su parte, tío Vernon culpa a Harry de lo ocurrido y también pretende expulsarlo, pero de su casa; lo que evita Dumbledore mediante una carta vociferadora dirigida a tía Petunia (quien, extrañamente, demuestra saber muchas cosas del mundo mágico, teniendo en cuenta el desprecio que afirma sentir por el mismo). A su debido tiempo, Harry comparecerá ante el Wizengamot, un tribunal mágico convocado a instancias de Cornelius Fudge para juzgarlo como a un criminal, aunque finalmente termine absuelto, nueva intervención de Dumbledore mediante. Pero antes de eso, un contingente de magos y brujas trasladará a Harry desde la casa de sus tíos a la de Sirius Black, la cual ha empezado a funcionar como cuartel general de la Orden del Fénix: un grupo mágico de resistencia contra Voldemort creado por Dumbledore cuando aquél se encontraba en el poder, y que ha vuelto a entrar en funciones ahora que el Señor de las tinieblas se dispone a regresar. En la Orden del Fénix militan caras ya conocidas y previsibles, como el matrimonio Weasley, Remus Lupin, Alastor Moody (el verdadero esta vez) y el propio Sirius, pero también, insólitamente, la señora Figgs, aquella vecina chiflada que llenaba su casa de gatos y con la que a veces Vernon y Petunia dejaban a Harry para consternación de éste: según sabemos ahora, es una squib, y ha declarado a favor de Harry en el asunto de los Dementores. Más inquietantes resultan otros miembros de la Orden, como el ambiguo Severus Snape y un ladrón llamado Mundungus Fletcher al que el señor Weasley había aludido fugazmente en LA CÁMARA SECRETA.

Al margen de todo esto, Harry se entera, en casa de Sirius, de que el árbol genealógico de los Black tenía puras ramas podridas, e incluye a Narcissa, la esposa de Lucius Malfoy, y a la hermana de ésta, Bellatrix: una siniestra bruja que participó en la tortura del matrimonio Longbottom y ya vista en el volumen anterior, a través del pensadero de Dumbledore. Obviamente, este árbol familiar tiene también algunas ramas sanas, pero lo malo es que hay en casa de Sirius un elfo doméstico, Kreacher, que siente una inexplicable devoción hacia los elementos podridos de la familia a la que tiene el honor de servir.

Finalmente, el inicio de un nuevo año escolar lleva a Harry y a sus amigos de nuevo a Hogwarts. Allí hay unas cuantas novedades, ninguna de ellas muy gratas. Por el lado sentimental, Harry sigue atraído por Cho Chang, pero ésta se debate entre él y el recuerdo del infortunado Cedric Diggory. Por otra parte, Hagrid se encuentra inexplicablemente ausente; reemplazándolo en la asignatura Cuidado de Criaturas Mágicas se halla temporalmente la profesora Grubbly-Plank, pero ni ésta ni nadie parece tener la menor idea del paradero del guardabosques y titular de la cátedra. Siguiendo con las novedades en el plantel docente, la asignatura Defensa Contra las Artes Oscuras está ahora a cargo de una tal Dolores Jane Umbridge, desagradable mujer impuesta por el Ministerio y a quien Harry había conocido al comparecer ante el Wizengamot -donde se movía al compás de Fudge-. Trata a los alumnos como a niños de cinco años, aunque no a la hora de castigarlos; y alarmantemente, irá ganando cada vez más poder dentro del colegio. De enseñar la asignatura de la que es titular, nada: la postura del Ministerio es que los alumnos en realidad no necesitan saber defenderse, pues ningún peligro los acecha, y en esto lo secunda "El Profeta", que pinta a Harry como un lunático debido a sus declaraciones sobre la muerte de Cedric Diggory y el regreso de Voldemort. Quien realmente hará de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, aunque clandestinamente y sólo para un reducido grupo de alumnos, será el propio Harry, lo que será una sabia y urgente medida en razón de una fuga en masa de Azkaban (la querida Bellatrix Lestrange adhirió a ella) que viene a ensombrecer más el panorama.

Confieso que muchos detalles escapan a mi capacidad para reseñar, no he dicho todo cuanto hay para decir, pero el resto podrá descubrirlo cada lector por su cuenta. Añadiré sólo que HARRY POTTER Y LA ORDEN DEL FÉNIX es otra eficaz y probada muestra del talento de Joan K. Rowling, su autora. Su habilidad para amalgamar fantasía y realidad, a despecho de los detractores de lo fantástico y de la propia Rowling, queda clara con sólo comparar el negligente ministerio ficticio de Fudge con la gestión de muchos funcionarios del mundo real, tan amigos como él de solucionar un problema negando el problema mismo. Asombro, diversión, emoción y todos los habituales ingredientes de los volúmenes anteriores vuelven a darse cita en éste, garantizando que no defraudará a nadie.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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