DEL SUELO A LAS RAMAS, DE LAS RAMAS AL CIELO por SokraM

Portada de EL BARÓN RAMPANTE

Cosimo Rondo sube a los árboles por rebeldía y permanece por amor.

Hay un fragmento del libro que me apasiona. La historia acaba de empezar pero Cosimo lleva largo tiempo encaramado a las ramas. En estas circunstancias se reencuentra con la niña a la que inconscientemente desea. En un intento inútil de seducción se pavonea; recuerda su gesta a la misteriosa chiquilla burguesa amiga de los ladrones: “¿Sabes que nunca he bajado de los árboles desde entonces?” Qué inocencia.

Lo heroico se vuelve evanescente cuando es el héroe quien lo explica. La vergüenza se apodera de Cosimo que, arrepentido de lo dicho, desea entonces renunciar a su tenacidad y bajar inmediatamente de los árboles. La situación empeora tras la respuesta de la niña, carente de sorpresa, y las carcajadas de la parroquia de ladrones que hasta entonces le admiraban. La rama sobre la que se apoyaba se quiebra en ese momento de pudor y Cosimo cae al vacío: es el hundimiento de una idea, de una vida, y no hace nada para evitarlo, no trata de agarrarse: asume el vacío. Sin embargo, el destino todavía se guarda una carta en la manga: su traje queda enredado en una rama sosteniendo a Cosimo a escasos metros del suelo. Es lo más cerca que está en toda su vida de volver a pisar tierra firme. ¡Qué hermoso!, me recuerda sin remedio a este fragmento:

"Apenas expresamos algo lo empobrecemos singularmente. Creemos que nos hemos sumergido en las profundidades de los abismos, y cuando volvemos a la superficie la gota de agua que pende de la pálida punta de nuestros dedos ya no se parece al mar de que procede. Creemos que hemos descubierto en una gruta maravillosos tesoros y cuando volvemos a la luz del día sólo traemos con nosotros piedras falsas y trozos de vidrio; y sin embargo en las tinieblas relumbra aún, inmutable, el tesoro."

-Maeterlinck-

“El barón rampante” es un cuento que gustará, en mayor o menor medida, a todos los que aman la literatura. Una bildungsroman llena de pasajes con los que cualquier persona consciente de la soledad de la vida se identificará. La belleza del aprendizaje inunda estas páginas. Sólo le puedo poner un par de pegas:

-- La necesidad de Italo Calvino por explicar cada uno de los símbolos de la novela, lo que no siempre permite que el lector asocie libremente su experiencia a la de Cosimo.
-- El estilo puede ser agobiante: consciente de sus dotes, el autor trata de subrayar constantemente la belleza de su prosa y de lo que ésta dice: “¡Aquí hay poesía!”, parece gritar a cada metáfora.
-- El tono de cuento aleccionador que adquiere en algunas ocasiones puede escupir a determinados lectores de la historia.

A pesar de esto, como digo, “El barón rampante” es una historia maravillosa en todos los sentidos. Todo el que lo lea se retrotraerá en algún momento a las imágenes de esta novela y éstas, seguramente, serán vívidas y cálidas.

Amigos, os recomiendo este libro. Especialmente si necesitáis reconciliaros con la literatura. Especialmente si necesitáis reconciliaros con la vida.

Escrita hace 12 años · 4.5 puntos con 6 votos · @SokraM le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@Hamlet hace 12 años

Buena reseña, Sokram, y qué recuerdos me has traído de este sensacional libro. Me gustó mucho, aunque yo no encontré agobiante la belleza y el lirismo que desprende cada una de sus páginas. Supongo que como siempre es cuestión de impresiones y de gustos. Dada la incapacidad de ir más allá de la esfera subjetiva en estos casos (creo que por suerte), me alegro que a los dos nos haya encantado. Esperemos que sean más los que lo lean.
Hacía tiempo que este libro se merecía una buena reseña y tu se la has dado.
Un saludo.

@lucero hace 11 años

A mí tampoco se me hizo pesado. Por lo demás comparto plenamente tu reseña y destaco la belleza del suceso que casi acaba con la tenaz decisión de Cosimo, actitud existencial de aceptar lo inevitable y lo imprevisto. Abandono que logra la supervivencia de una idea y la vuelve sólida.
Me ha gustado mucho El barón rampante y he disfrutado igualmente de las dos reseñas que le han hecho en SdL, las que están a la altura del texto de Calvino. Gracias y saludos