EL TRASFONDO DE LA LEYENDA DE LAS FASCINANTES AMAZONAS por EKELEDUDU

Portada de REALIDAD Y LEYENDA DE LAS AMAZONAS

Afirma Carlos Alonso del Real que a los hombres nos gustan las amazonas y que por eso las imaginamos como las mujeres más hermosas de nuestro entorno. Indudablemente tiene razón. Los motivos de la fascinación que nos inspiran quizás haya que buscarla en el subconsciente colectivo, en la atracción por la androginia, esa sutil inversión de los roles sexuales por la que el macho se suaviza y la hembra se torna aguerrida. Ya se sabe, los extremos a rajatabla nunca son del todo aconsejables o convenientes. Además, estamos acostumbrados a la tradicional imagen de la mujer necesitada de protección masculina, y cuando aparece una Boadicea, una Juana de Arco o una Tigresa Acuña que rompe con ese esquema tradicional, inevitablemente despierta admiración poe esa capacidad de valerse perfectamente por sí misma. Luego está aquella leyenda según la cual durante la Guerra de Troya Aquiles luchó contra una reina amazónica llamada Pentesilea, que llevaba una máscara que terminaba de volverla misteriosa. Según la historia, Aquiles venció y mató a Pentesilea. Cuando ésta agonizaba, el héroe le quitó la máscara y de inmediato se enamoró perdidamente de aquella mujer que ya no podría ser suya. Sin duda se trata de simple poesía, pero a algunos de nosotros esa historia termina por enamorarnos de la leyenda de las amazonas de un modo tan fulminante como se enamoró Aquiles de Pentesilea. Si éste es también su caso, comencemos este comentario adelantando que las 241 páginas de este libro le sabrán a poco, lo que no es culpa del autor, sino de que nosotros estamos cebados.

Metiéndonos más en el contenido, digamos que este libro (incluido en la vieja Colección Austral, de Espasa-Calpe) intenta en primer lugar dilucidar cuánto hay de verdad en la leyenda griega de las amazonas. Dado que hablamos de una obra publicada hace más de cuatro décadas, que a nadie sorprenda que Carlos Alonso del Real insinúe o especule apenas sobre lo que hoy ya es hecho conocido, es decir, que dicha .leyenda se basa, al menos en su aspecto más general, en los sármatas, un pueblo de las estepas cuyas mujeres combatían a la par que los hombres. Yendo más lejos, investiga también cuánto hay de realidad en otras amazonas o cuasi amazonas de las que se ha dado parte alrededor de todo el mundo; por ejemplo, las que creyeron avistarse a orillas del río que hoy lleva ese nombre o las gyeneg húngaras. Para ello tiene en cuenta la credibilidad de los autores consultados, los descubrimientos arqueológicos cuando los hay, las hipótesis que parecen lógicas, la confrontación de las mismas con las pruebas que eventualmente las sustenten... En fin, realiza un trabajo notablemente profesional. Casi desde el principio promete no ocuparse del tema de las amazonas en el arte, promesa que nadie le exigió y que, en todo caso, odiamos, ya que a quienes nos fascina el tema no nos molesta que nos den de más, sino de menos.

Ahora bien, nadie quiere acusar al autor de pedante, y si lo hiciéramos sería injusto, porque no lo parece. Pero su problema es que, como tantos otros eruditos, supone ingenuamente que puede hablar de ciertos temas sin efectuar ciertas aclaraciones o hacer citas en lenguas extranjeras sin necesidad de traducir. No lo hace todo el tiempo, pero aun así lo hace. Y así es como los pobres ingenuos que no estamos a la altura de su sapiencia nos encontramos que de repente nos habla de "völvas", de "berserkr", de "amok" y cosas parecidas, y más vale que sepamos qué es todo eso, porque si no, adiós. O cita alguna frase en otro idioma para nosotros desconocido, y nos deja preguntando si no quiere traducir porque nos está diciendo palabrotas surtidas, o qué.

También hay que aclarar que la lectura de ciertos capítulos que incluyen citas extensísimas en castellano muy antiguo pueden resultar soporíferas. En el caso del capítulo X, intitulado "Amazonas y godos", me ayudó a sobrellevarlo el hecho de que en LOS GODOS, hay un capítulo similar, creo que el sexto, para el que su autora, Jurate Statkute de Rosales, echa mano a la misma fuente que Carlos Alonso del Real: la Primera crónica general de Alfonso el Sabio, "traduciendo" paso a paso el texto a un castellano un poco más actual . Eso agilizó un poco la lectura.

Pero con todos los defectos que puedan achacársele, REALIDAD Y LEYENDA DE LAS AMAZONAS es una de las pocas obras dedicadas exclusivamente a estas legendarias mujeres guerreras; de modo que no seamos muy exigentes con una obra que, como sea, tiene su valor.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 9 ·

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