MEMORIAS CONTRA EL OLVIDO por Hipatia

Portada de SI ESTO ES UN HOMBRE

Primo Levi no es un historiador que haya escogido un tema sino un químico a quien la vivencia en el campo de exterminio y la suerte de salvarse convirtieron en cronista. Según sus propias palabras: “si no hubiera vivido la temporada de Auschwitz es posible que nunca hubiera escrito nada”. Levi construye una narración en la que rescata, además de sus recuerdos, las memorias de los que van muriendo mientras el se salva. Consigue así recuperar las historias individuales eliminadas por el Holocausto.
Si esto es un hombre es algo más que un simple testimonio autobiográfico. Levi intenta la superación del trauma y la humillación a través de la palabra escrita: “este libro lo escribí, en primer lugar, como una liberación interior”, y de la construcción dolorosa y sincera de una visión coherente de la historia, en unos momentos en que la sociedad quería olvidar. En aquel momento en Italia, al igual que en cualquier otro lugar, el interés hacia el genocidio judío era mínimo. La población, cansada de guerra y sufrimiento, prefería olvidar y dedicarse a la reconstrucción.
El olvido o, peor aun, la negación de la tragedia es el peor de los peligros; supone despojar a las víctimas de su pasado. Frente a la negativa a recordar de los verdugos, las victimas luchan por no olvidar. Cuando se inició la caída del régimen nazi los verdugos destruyeron las cámaras de gas y los crematorios; todos los archivos fueron quemados los últimos días de la guerra. Es en este contexto en el que los escritos autobiográficos de Primo Levi adquieren mayor valor. Sus memorias, dentro de la historia de un convulsionado siglo XX, son un testimonio del horror, imprescindible para analizar uno de los episodios más estremecedores de ese siglo.
Después de liberado, Levi dedicó su vida a relatar los acontecimientos que tuvieron lugar en los campos de concentración para dar a conocer lo que fue aquel infierno y prevenir otros posibles. La intolerancia y el odio al diferente siguen siendo hoy enemigos de la civilización y de la paz.
Primo Levi exige conocer, “meditar sobre lo que pasó es deber de todos. Todos deben saber, o recordar, que tanto a Hitler como a Mussolini, cuando hablaban en público, se les creía, se los aplaudía, se los admiraba, se los adoraba como dioses”.
El apéndice añadido al final del libro es una aportación muy importante y un buen complemento para conocer el pensamiento de Primo Levi, un pensamiento que no pierde vigencia ante el racismo que nos amenaza. Levi advertía que “La sociedad donde se niega la igualdad de los hombres va hacia un sistema concentracionista”.
Preguntado sobre la responsabilidad de los alemanes y de los aliados y sobre el perdón a los culpables, Levi explica que, aunque no odia al pueblo alemán, no exculpa a los responsables: “No, no he perdonado a ninguno de los culpables […] ¡los ejecutores de ordenes horrendas no son inocentes!”. No acepta la coartada de la ignorancia, por parte de amplios sectores de la sociedad, del exterminio de varios millones de seres humanos, “la mayor parte de los alemanes no sabía porque no quería saber o más: porque quería no saber” y censura la comodidad del no saber: “de esta deliberada omisión lo considero plenamente culpable” (al pueblo alemán).
“No es cierto que las memorias y las celebraciones, los monumentos y las banderas, sean siempre en todas partes lamentables. Cierta dosis de retórica es tal vez indispensable para que los recuerdos duren”. Estas palabras de Levi no impiden que critique la conversión en museo, “algo estático, ordenado, manipulado”, del Campo Central de Auschwitz, ya que se desnaturaliza su condición de lugares de lo infrahumano. Esto no ocurre en el campo de Birkenau, en el que “nada ha sido embellecido”.
Aunque, como Levi afirma: “mis libros no son libros de historia”, su narración rigurosa y objetiva, lejos de las grandes palabras y del tremendismo y su presentación fría y casi científica de los hechos, constituyen una fuente irremplazable para el conocimiento de un período histórico. Pienso que Si esto es un hombre está más cerca de la historia que de la literatura aunque, como escritor, Levi recibió importantes premios de las letras italianas y europeas y, según Muñoz Molina, “en Primo Levi hay una literatura que está hecha de la pura y desgarrada emoción de la verdad”.
De los deportados italianos, solo pudieron regresar el cinco por ciento; muchos de ellos habiendo perdido la salud y el equilibro, entre otras cosas. Primo Levi atribuye el hecho de haber sobrevivido a la suerte y quizás también a “la voluntad no sólo de sobrevivir (común a todos), sino de sobrevivir con el fin preciso de relatar las cosas a las que habíamos asistido y que habíamos soportado”, en definitiva al deseo de contribuir al conocimiento de una parte de la Historia.

Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle.
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.

Primo Levi

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 5 votos · @Hipatia le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@FAUSTO hace 12 años

Excelente reseña, Hipatia. Bienvenida a Sopa de Libros.