ÉPICA, ESPLÉNDIDA Y ALEGÓRICA por EKELEDUDU

Portada de ESPARTACO

La antigua Roma era un estado militar y esclavista, y los dominados, se sabe, no tienen paciencia eterna; y así es como a lo largo de la República romana hubo varios alzamientos de esclavos, de los cuales el más célebre fue sin duda el liderado por el gladiador Espartaco. Aquella fue una revuelta mínima al principio, nada que debiera alarmar a los romanos, pero fue creciendo hasta alcanzar proporciones hasta entonces inimaginadas e inimaginables. Durante dos años la República se estremeció, conmocionada por la amenaza representada por la rebelión, hasta que en el año 71 A.C. un rico patricio llamado Craso, valiéndose de su fortuna, logró reunir las suficientes fuerzas para acabar con los insurrectos, miles de los cuales terminaron crucificados a lo largo de la Vía Apia. Espartaco murió en combate, sin que su cadáver pudiera ser hallado; pero su leyenda, en la que hoy como entonces vibra el clamor de libertad de los oprimidos de todos los tiempos, es inmortal, y ha impulsado a varios autores a novelar su vida y su lucha; entre ellos, Howard Fast, en la obra que ahora nos ocupa.

La misma se inicia cuando el formidable levantamiento ha sido ya aniquilado, aunque es suceso reciente y sigue dando mucho de qué hablar, lo mismo que su difunto líder. A través de distintos personajes tendremos pantallazos desordenados de la personalidad de Espartaco, de la rebelión que lideró y de la subsiguiente lucha y derrota final.

Fast se toma algunas inevitables licencias históricas; por ejemplo, al inventar un nombre y una historia para la esposa de Espartaco . Este tuvo efectivamente una esposa que lo acompañó en la esclavitud y el postrer alzamiento, pero no se conocen otros datos de ella. Por supuesto, tratándose de un personaje tan próximo al protagonista, no se pueden hacer demasiados reproches al autor, quien necesitaba llenar de alguna manera esa laguna en la Historia.

Por otra parte, Fast omite los aspectos más sombríos del héroe, a los que hace referencia Frank McLynn en HÉROES Y VILLANOS. Pero él mismo admite de alguna manera que, más que trazar un retrato históricamente fiel de Espartaco y su revuelta, le interesaba más el simbolismo detrás de los hechos. Y en este sentido tuvo indudablemente éxito.

Resulta muy significativa, por ejemplo, la infructuosa tentativa de Craso, ya vencedor, de seducir a Varinia. Uno y otro se erigen en símbolos, ya que, al menos hasta donde me consta, tampoco la imagen de Craso coincide demasiado con la que aquí se esboza. Sin embargo, no cabe duda de que debió ser un firme creyente en el modelo de civilización impuesto por Roma, tal y como se lo presenta en la novela. Ante él, Varinia viene a asemejarse a una encarnación de una Posteridad escéptica de sus argumentos y eternamente reverente de la memoria de Espartaco.

Personalmente no creo que valga la pena, entonces, hacer demasiada alharaca porque Fast no haya respetado minuciosamente la Historia. Por otra parte, contados son los escritores que lo hacen al novelar vidas que pertenecen tanto a la leyenda como a la Historia. Para corroborarlo,. tenemos ahí a Valerio Massimo Manfredi con su trilogía ALEXANDROS: en rigor a la verdad, habría muy poco de positivo para decir sobre Alejandro Magno aparte de su innegable genio militar, pero su aura ejerce un magnetismo que subyuga a buena parte de los mortales cualunques. Por lo mismo, ALEXANDROS es más la interpretación de una leyenda que una biografía rigurosa. La de Espartaco es una leyenda infinitamente más hermosa, un enérgico, atronador bramido que pone de pie y mueve a la lucha a los oprimidos de todos los tiempos. Ese bramido resuena espléndidamente en esta novela; de modo que abandonémonos a ella sin cuestionar demasiado cualesquiera otros aspectos.

Escrita hace 12 años · 4.3 puntos con 3 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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