EL INTERIOR DE ELSE por FAUSTO

Portada de LA SEÑORITA ELSE

Arthur Schnitzler (1862-1931), fue escritor, medico y estuvo muy interesado en el estudio de la psicología. El propio Sigmund Freud fue uno de sus admiradores por la descripción psíquica de sus personajes, le consideraba su “doble literario”.
Schnitzler hace gala en “La señorita Else” de una “simbiosis” de estas 3 disciplinas. Su escritura cuidadosa, a modo de escalpelo, disecciona la personalidad de una mujer joven en los años 20 del siglo XX, y situada en la burguesía vienesa.

“Relato soñado”, escrita posteriormente, es la 1ª obra que leí de este autor austriaco. Con argumentos y estilos diferentes, tienen algunos asuntos e intereses en común: el retrato psicológico, el sexo, la muerte, los deseos, las imágenes oníricas, y la trama encuadrada en una sociedad acomodada. En mi opinión, “Relato soñado” es una mejor obra y a la vez convencional, con más acción, misterio e intriga. Sin embargo, este pequeño relato (y retrato) sobre Else, además de ser original, ahonda en varios asuntos sociales y morales.

Lo primero que llama la atención de esta obra es el estilo: el monólogo interior. Schnitzler fue uno de los primeros escritores en lengua alemana en introducir este estilo. Narrada con esta peculiaridad, desde el principio hasta la última línea sabemos lo que se “cuece” en la mente de Else. La lectura es fácil y sencilla, pero se necesita concentración para no perderse en los cambios que emanan en la mente de esta joven. Una palabra, una situación o un objeto pueden ser el causante del viraje de las ideas y sentimientos de Else.

El recorrido mental que pormenoriza, se puede fragmentar en 3 partes, estando el origen en 2 hechos cruciales. El inicio, a modo de presentación son los pensamientos de una chica de 19 años, inteligente, ingenua y frívola, con las preocupaciones normales sobre: amores, deseos y comportamiento social, y contado con sentido del humor. La primera ruptura se produce con la llegada de una carta de su madre, pidiendo su colaboración para evitar una “vergüenza” familiar. Aquí, Else analiza la actitud de su familia, el dinero, la belleza y el honor. Luego tras una petición de ayuda a un viejo “amigo familiar” y aristócrata, las reflexiones giran en torno a diversos contenidos, y en este proceso, poco a poco, va degenerando a una bajada a los infiernos, con sentimientos de tristeza, culpabilidad, egoísmos, angustia y juicios sobre sí misma, la familia y el entorno.

Como es lógico, en la ética actual no tiene cabida el “motivo” de las cavilaciones, preocupaciones y la conducta de la protagonista, pero si tiene valor y vigencia las reflexiones. Son un análisis (y denuncias) sobre la hipocresía, las apariencias de las personas, y las renuncias y abnegaciones en toda relación; la soledad e incomprensión del ser humano; la incompatibilidad de los deseos y la realidad; el amor y el sexo como algo redentor; la muerte como liberadora de las opresiones; o la posición de la mujer, nadie se interesa por su interior, que está supeditada a toda condición moral, social y es inferior a la “circunstancia masculina”, siempre abocada a los sacrificios.

El final es predecible, pero no por ello deja de tener fuerza y consistencia el argumento. En poco más de 100 páginas, leemos un corto e intenso cuadro psicológico.

Escrita hace 12 años · 4.3 puntos con 4 votos · @FAUSTO le ha puesto un 7 ·

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