OTRO QUE BAJA A LA TUMBA... por EKELEDUDU

Portada de LOS REYES MALDITOS III: LOS VENENOS DE LA CORONA
El autor de esta reseña ha idicado que contiene spoiler, mostrar contenido.

Julio de 1315. La bella y piadosa princesa Clemencia de Hungría, a bordo de un navío que zarpa desde Nápoles y escoltada por el el ex-chambelán Hugo de Bouville y por el joven lombardo Guccio Baglioni, parte hacia Francia para desposarse con el rey Luis X el Turbulento. Ya en la misma boda se sentirá incómoda, un sentimiento que se irá profundizando en el transcurso de los siguientes meses y que se convertirá en helado espanto cuando acabe enterándose de que su marido es un asesino.

En la corte, y tras deshacerse de su viejo enemigo el coadjutor Enguerrando de Marigny -ejecutado en el patíbulo de Montfaucon, recordemos, bajo cargos falsos- el conde Carlos de Valois, líder del partido baronial, aferrado a las tradiciones feudales, se ha convertido en la boca más próxima al oído de su sobrino el rey. Esto le viene de perlas a Roberto de Artois, primo de Valois, quien ve por fin la oportunidad de reabrir cierto viejo proceso para recobrar el condado arrebatado y retenido por su tía Mahaut. Esta, que adivina problemas en tal sentido, se prepara a su modo para la batalla, siempre secundada por su dama de compañía, confidente y eterna secuaz en asuntos turbios, la joven Beatriz de Hirson. El primer paso lo dará al reconciliar a su recién liberada hija Juana de Borgoña con Felipe de Poitiers, marido de aquélla. A tal fin, Beatriz recurrirá a un filtro de amor que le proveerá una maga llamada Isabel de Feriénnes, y que disolverá en una copa de vino con que será convidado Felipe. Filtro de amor o no filtro de amor, Felipe, respaldado por Clemencia, aprovechará la boda real para solicitar y obtener de Luis el Turbulento el perdón para Juana, que lleva varios meses recluida en el torreón de Dourdan por orden del difunto Rey de Hierro, en castigo por su complicidad en los adulterios de su prima Margarita y su hermana Blanca, y efectivamente la aceptará de nuevo a su lado.

Por otra parte, el Turbulento, influenciado por Clemencia -a quien el nombre le viene como anillo al dedo, puesto que incita al rey a la misericordia-, pondrá más tarde en libertad también a Raúl de Presles, Nicolás Le Loquetier y el resto de los legistas arrestados juntamente con el ahora ajusticiado Enguerrando de Marigny. Dichos legistas se congregarán en torno al reflexivo Poitiers, en verdad el único hijo de Felipe el Hermoso razonablemente capacitado para el gobierno. También esto le viene muy bien a Mahaut, ya que esos hombres representan la burguesía y el progreso en oposición a las aspiraciones feudalistas de Valois. Pero también éste lo entiende así y no está dispuesto a ceder así nomás su ascendiente sobre el rey. En consecuencia, y luego de una torpe y confusa tentativa del cardenal Caetani de hechizar a Luis X, consigue que éste envíe a Felipe a Aviñón a investigar al cónclave que, luego de más de un año, sigue sin haber designado al sucesor del finado Papa Clemente V. Durante el alejamiento de Poitiers -quien lejos de verse perjudicado por esta maniobra de Valois, la aprovechará para concretar sus propios proyectos-, y para desgracia de Mahaut, quien se ve así privada de su único apoyo, el Turbulento dicta sentencia sobre el Artois, la cual favorece a Roberto y por lo tanto Mahaut rechaza. Luego de un frustrado intento de conciliación amistosa, Luis X decide confinarla en Conflans hasta que acepte el arbitrio real, pero las cosas sucederán de otra manera, y Beatriz volverá a recurrir a los servicios de Isabel de Feriénnes, pero esta vez para proveerse de un veneno lo bastante potente para liquidar al rey.

Como si todo esto no fuera suficiente, los amoríos de Guccio Baglioi con María de Cressay no sólo se complicarán más de lo que ya estaban, sino que a la postre complicarán el panorama general. En efecto, la madre y el hermano de María, enterados al fin del idilio, no están dispuestos a desposar a la joven con alguien que no pertenezca a la nobleza, y deciden casarla en cambio con un primo lejano. Pero para su desgracia de ambos, el candidato elegido está involucrado de algún modo en la querella del Artois, y hasta que ésta no llegue a su fin, no tiene tiempo para pensar en matrimonios. Esto dará tiempo a Guccio y María para trazar sus propios planes y llevarlos a cabo.; y así, con la complicidad de Maese Spinello Tolomei, el poderoso banquero y tío de Guccio, consiguen que un fraile acceda a unirlos en matrimonio en secreto y a medianoche. Pero la tormenta que no estalla entonces, se desatará más tarde en forma terrible, cuando doña Eliabel, la madre de María, descubra que su hija está embarazada. Pero las trágicas consecuencias de este amor prohibido no han hecho más que empezar, y alcanzarán su clímax en LA LEY DE LOS VARONES el siguiente volumen de LOS REYES MALDITOS, donde quedará atrapado entre las conspiraciones y luchas de la alta nobleza y la dichosa querella del Artois.

De este modo, con su inigualable maestría descriptiva, no exenta de matices irónicos y de apuntes históricos, Maurice Druon continúa hilvanando la compleja maraña de intrigas que, increíblemente, desembocarán en la Guerra de los Cien Años, en una escabrosa pero fascinante visión de la Edad Media.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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