EXCELENTE NOVELA, POLÉMICA ABSURDA E INÚTIL, FALACES "HECHOS REALES" por EKELEDUDU

Portada de EL CÓDIGO DA VINCI

Supongamos que algún marciano infiltrado entre la Humanidad ignora aún de qué va EL CÓDIGO DA VINCI. A él exclusivamente informémosle que se trata de una novela encasillada en lo que se ha dado en denominar thriller, un género muy próximo al policial abundante en persecuciones y violencias, si así puede definírselo. Es más, el argumento se inicia con un asesinato, el del curador del Museo del Louvre, en París, crimen que tiene lugar precisamente en dicho museo y a manos de un albino. Más tarde, el protagonista de la novela, Robert Langdon, un experto en símbolos, es llevado al escenario del crimen, supuestamente para ayudar a resolverlo (el cadáver ha sido hallado en una postura extraña, que Langdon identifica como idéntica al célebre Hombre de Vitrubio de Leonardo Da Vinci, y con un pentáculo dibujado con su propia sangre en el estómago) aunque luego nos enteraremos de que se lo considera sospechoso por el asesinato. Este es el punto de partida para lo habitual en el género, con Langdon y una adecuada partenaire femenina huyendo de la policía francesa. Pero lo que hizo tan famosa esta novela es una especie de trama subyacente bajo la primera. La misma se inspira en EL ENIGMA SAGRADO, LA REVELACION TEMPLARIA y otros libros por el estilo, de carácter más seudocientífico que científico, que el mismo Brown cita por boca de sus personajes; y nos habla de dos conspiraciones, una antigua concluida en el Concilio de Nicea para "divinizar" a un Jesucristo que habría sido considerado hasta entonces simplemente humano, y otra actual, que pretendería sacar a la luz ése y otros secretos, como por ejemplo que Jesús habría estado casado con María Magdalena, con quien incluso habría tenido una hija.

La novela incurre en ciertos deliciosos errores que fueron expuestos por Dan Burstein en LOS SECRETOS DEL CÓDIGO. Algunos de dichos errores deberían ser muy evidentes para algunos de los lectores, como cuando se expone que en una colmena la relación entre machos y hembras es siempre la misma. Yo sabía que esto no puede ser, porque en verano las obreras (hembras) efectúan una matanza de zánganos (machos). Ahora bien, tal error no llamó mi atención cuando leí por primera vez esta novela, y no lo hizo porque EL CÓDIGO DA VINCI, mal que les pese a sus detractores, está magistralmente escrito. Lo único que se le puede objetar a Brown es que en demasiadas novelas aborda el tema de las conspiraciones, lo que puede ser muy repetitivo para el lector y atenta contra la credibilidad de la trama de cada uno de esos libros. Todo esto lo digo a título, no sólo de lector, sino de escritor aficionado.

A título de cristiano y católico, que también lo soy, no puedo menos que mencionar y tomar parte de la exagerada polémica que generó esta novela. Soy consciente de que es muy probable que el mismo Brown haya terminado por creer como ciertas muchas de las cosas que dice en su obra; soy consciente también de que mucha gente terminó por creer exactamente eso. La verdad es que el autor no inventó toda la trama de fondo, pero la afirmación con que abre la novela según la cual el Priorato de Sión, capital en el argumento de EL CÓDIGO DA VINCI, sería una sociedad secreta nacida en 1099, es sencillamente un dislate (¿y qué sociedad que de verdad pretenda ser secreta dejaría sus documentos en una Biblioteca, donde todo el mundo pueda acceder a ellos?). Y eso por dar un ejemplo. Por lo demás, que Cristo fue "divinizado" a partir del Concilio de Nicea es también demostrablemente falso, más allá de la fe que se profese, y que María Magdalena fuera la esposa de Jesús todavía está por probarse, aunque agregaría que estar casado no es un crimen ni un pecado. Restarían por examinar las sospechas que Brown hace caer sobre el Opus Dei pero, en todo caso, los personajes que en la novela pertenecen a dicha prelatura no son monstruos maquiavélicos e inescrupulosos sino, por el contrario, hombres buenos o que querían serlo, y que erraron el camino.

A quienes sostengan que esta obra ofende a Dios, aconsejo apartar la mirada de ella y desviarla hacia el oro del Vaticano. En un mundo donde tantos niños mueren por año a causa de la desnutrición infantil y las enfermedades, la mayor ofensa que pueda hacérsele al Señor está allí, y en ningún otro lado.

Escrita hace 12 años · 2.8 puntos con 4 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

Comentarios