EXPLORANDO EL SUBCONSCIENTE HUMANO por EKELEDUDU

Portada de LOS REBELDES DE DIOS

Interesante alquimia de filosofía, religión, psicología, lógica y quizás alguna otra rama del saber que en este momento escapa a mi memoria, LOS REBELDES DE DIOS se inicia con la aclaración, quizás innecesaria en la teoría, pero probablemente esencial en la práctica, de que esas palabras pueden usarse lo mismo para designar a quienes se rebelan contra Dios, como a quienes lo hacen en su Nombre. Lo curioso del caso es que cada uno de esos rebeldes podría encajar a un tiempo, dependiendo del punto de vista, en ambas categorías. Tenemos un claro ejemplo de ello en Galileo Galilei, cuyas teorías parecieron heréticas y blasfemas en su tiempo, y por lo tanto en tal sentido podría decirse que se rebeló contra Dios. Pero por otra parte, si Dios existe y ama la verdad, tiene que haber pensado que la ciencia de aquel entonces, con su noción de una Tierra inmóvil, no era más que una tontería mayúscula, y quizás expresó su reprobación a través de Galileo, quien en ese caso se habría rebelado en su nombre... Ahora bien, ¿existe Dios? No, replica Markale: Dios no existe, Dios es. A lo largo de toda la obra, el autor remarcará permanentemente esa diferencia fundamental entre Creador y criaturas: Dios es, constituye la misma esencia del Ser, mientras que los humanos sólo existen, son creados.

Bajo esta premisa, Markale pasa revista a doce rebeldes de Dios, bíblicos la mayoría de ellos, pero no todos; no, por ejemplo, en los casos de Prometeo, los Atlantes o Edipo. Su examen comienza con Lucifer y sus ángeles y concluye con Jesucristo, pasando por Lilith, Adán y Eva y otros, y entre ellos uno muy célebre: Caín. ¿Quién, al leer por primera vez su historia en el Libro del Génesis, no tuvo la sensación de que Dios era tremendamente injusto al rechazar sin miramientos ni explicaciones la ofrenda del pobre Caín? ¿Quién fue realmente capaz de comprender que Dios, después de tal rechazo y la subsiguiente trasgresión de Caín, protegiera a éste con una señal en la frente? Creo que la primera conclusión de Markale sobre el tema -que la desaparición de Caín estaba programada por Dios- quizás no gane muchos adeptos, pero la segunda -que el destino de Caín era hacer las veces de héroe civilizador- debería ser tenida en cuenta.

Pero, ¿por qué tanto análisis en torno a figuras míticas que, por lo mismo, protagonizan situaciones irreales? Podríamos responder citando a la mismísima Ursula K. Le Guin: "La fantasía es verdadera. No es real, pero es verdadera..." Los mitos son, en definitiva, manifestaciones del subconsciente. Analizarlos es explorar los rincones más recónditos y oscuros de la psiquis humana. Por otro lado, y a un nivel más misterioso, expresan también nuestra interacción con la Divinidad misma. A quienes les interesen los mitos en cualquiera de estos dos aspectos, por lo tanto, este libro les resultará fascinante. Claro que Markale lleva su análisis tan lejos como para sugerir, por ejemplo, que el Paraíso Terrenal estaba en Africa o que el final de la historia de Caín, en el Génesis, podría encerrar una alusión a la convivencia simultánea de varias especies homínidas sobre el planeta, convivencia que la ciencia ha corroborado. ¿Tienen fundamento estas teorías, o son sólo elucubraciones disparatadas? Sus argumentos no me parecieron tan absurdos, pero a quien a priori se lo parezcan, que lea el libro y decida luego, que una cosa es segura: si algo no hace LOS REBELDES DE DIOS en ningún momento, es aburrir.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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