MUY BUENO, AUNQUE FRUSTRANTE EN PARTE por EKELEDUDU

Portada de LOS BRITÁNICOS

La colección MITOS Y LEYENDAS, de M.E. Editores, reúne unos cuantos libros muy recomendables, salvo alguno que más vale relegar al olvido. Ya hemos hablado, por ejemplo, del excelente EL MAR, de Angelo Rappaport. El que ahora nos ocupa fue publicado originalmente en 1910, por lo que me temo que, en primer lugar, conviene desechar en parte la introducción, que nos habla de los diferentes pueblos que habitaron en las islas Británicas, comenzando por los íberos. Que éstos hayan alcanzado dichas islas, es una información que no logré corroborar a través de ninguna otra fuente, y sospecho que procederá de alguna teoría luego descartada, a menos que se trate de un error del traductor.

Ahora bien, en cuanto al contenido del cuerpo principal de texto, dividido en dieciséis capítulos, tiene tantos puntos a favor como en contra. La tradición heroica británica es, por lo visto, más rica de lo que suponemos los latinos; y así, muchas de las figuras épicas familiares para los anglosajones, a nosotros nos resultan desconocidas, o poco menos. Es aquí donde encontramos el principal punto a favor de este volumen, que nos da a conocer algunas de esas figuras; tal el caso de Havelock el Danés, Gamelyn, el Rey Horn, Howard el Cojo o Hereward el Sajón, por citar algunos de esos ejemplos. Además de ellos, encontraremos otros héroes con los que estamos ya más familiarizados, como Beowulf, Sir Gawain o Cuchulain. Todos estos personajes proceden, evidentemente, de distintas épocas, etnias y estratos sociales. Por lo tanto, también es un gran acierto por parte del autor, me parece, abrir cada capítulo con una especie de introducción en la que se expone el tipo de héroe que va a describirse y en qué condiciones se produjo su gestación.

Estos son los méritos de la obra, pero por otro lado, quien se acerque a ella debe tener en cuenta, no sólo que de la mayoría de estos personajes no se nos da la historia completa, sino que, además, de algunos de ellos ni en Internet hallaremos las partes faltantes; caso de Guillermo de Cloudeslee o Hereward el Sajón. En algunos casos encontraremos alguna mención aquí y otra allí, pero nada más. Esto puede resultar evidentemente frustrante para los aficionados a los mitos y leyendas que, engolosinados, quieran conocer toda la historia y no tengan forma de acceder a ella. En el caso de Sir Gawain, del que sólo se nos cuenta el episodio que desemboca en su extraño matrimonio, ya es otro cantar, porque al ser un personaje del ciclo del Rey Arturo, encontrar más información sobre él en otros textos ya no será tan complicado.

Por último, no sé si responsabilizar al propio autor o a los traductores (son tres) por no aclarar algunos detalles como por ejemplo, en la historia de Howard el Cojo, que el Thing (horrorosa y textualmente traducido como "Cosa") era una especie de tribunal o consejo ante el que los antiguos nórdicos dirimían sus disputas. Es cierto que quien no lo sabe, de todas maneras debería terminar deduciéndolo en vista del empleo que se hace del término, pero en estos tiempos en que la intuición de tantas personas está adormilada a fuerza de leer poco y guiarse por videos y similares, no habría que darlo por descontado.

En resumen, a su modo éste es un excelente libro, pero despierta un hambre que no es posible saciar, parece, en ninguna otra parte.

Sólo a título de curiosidad mencionemos que el capítulo XII está dedicado a Colin el Negro, de quien se nos dice que fue "compañero de colegio y camarada", de William Wallace, el patriota escocés cuya historia, un tanto adulterada (MUY, en realidad), se narra en el filme "Corazón valiente".

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 9 ·

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