NO DEL TODO CONVINCENTE por EKELEDUDU

Portada de BATALLAS DE ALEJANDRO MAGNO: DE MACEDONIA A LA INDIA

La colección GRANDES BATALLAS DE LA HISTORIA, a la que pertenece el libro del que nos ocuparemos ahora, fue dirigida por Diego A. Soria, General de Brigada del Ejército Argentino, mientras que la investigación y redacción corrió por cuenta de Gabriel Sánchez Sorondo. Como me temo que desconozco las credenciales habilitantes de este último, no está de más dirigirnos a la Bibliografía consultada. Desafortunadamente, ésta es muy despareja y no siempre fiable. A Nicholas Hammond ya lo hemos presentado al comentar EL GENIO DE ALEJANDRO MAGNO, que precisamente aparece entre las obras consultadas junto con otro libro suyo: Alejandro Magno: rey, general y estadista. Sin ser yo mismo un experto ni mucho menos, confiaría en Hammond en vista de que parece haberle dedicado muchos años de estudio. Pero otra de las fuentes a las que se recurrió fue ALEJANDRO MAGNO, de Mary Renault (en la bibliografía se la cita en realidad como Marie Renault, pero en otras partes la he visto mentada bajo la grafía anterior), una autora que me merece muchas dudas por las razones que veremos cuando examinemos la citada obra de ella. Por último, entre las obras consultadas hay autores de la Roma clásica y, extrañamente, la trilogía ALEXANDROS, de Valerio Massimo Manfredi, que es una obra de ficción. Resumiendo, la bibliografía es una auténtica ensalada rusa y no sabría garantizar su fiabilidad, pero por otro lado, no he notado discrepancias que llamen la atención respecto a los hechos básicos tal como éstos fueron comentados por autores serios. Aun así, en lo que al texto se refiere, al menos, yo me quedo con Hammond. En lo que sí parece aventajarlo este libro es en las ilustraciones y gráficos a color que encontramos al final, y que permiten entender mejor, creo, las batallas de Granico y Gaugamela y la formación de la falange macedonia con sus temibles sarisas, esas largas lanzas que permitían ensartar al enemigo sin darle tiempo siquiera de acercarse lo suficiente. También hallamos dibujos de armamento, naves, artillería y maquinaria de asedio, debidas a otros colaboradores del equipo que prepara esta colección.
En cuanto al texto, hemos de destacar como punto a favor que la obra dedique muy poco espacio a la vida personal de Alejandro. Eso de que si fue homosexual o heterosexual, si murió envenenado o de malaria, que si ésto o aquéllo, no sólo no es relevante, sino también difícil de comprobar en vista de los siglos que nos separan de Alejandro. Los historiadores que se entregan a discusiones tan bizantinas como fogosas sobre éstos y otros temas similares, creo que harían mejor empleando su tiempo en otros asuntos. A partir del capítulo 2, afortunadamente, este libro -no muy extenso, por otra parte- se dedica exclusivamente a aquéllo en lo que Alejandro, para bien o mal, destacó sin discusión, la milicia y la conquista bélica.

Al margen del texto principal hallamos distintas infografías sobre puntos específicos tales como la incorporación de los elefantes de guerra al ejército de Alejandro; y además de las ilustraciones que mencionábamos antes, hay fotografías en blanco y negro de esculturas, el famoso fresco pompeyano ilustrando la batalla del Gránico, efigies de Alejandro en monedas y cosas por el estilo. Nada demasiado original, es preciso reconocerlo, pero lo mismo podría reprochársele a otras obras que se ocupan del macedonio, incluida la antes citada EL GENIO DE ALEJANDRO MAGNO. Por otra parte, puede que no sea tanto el material que se conserve, y de lo que haya, por supuesto, cada autor preferirá mostrar lo mejor... Que, por lo tanto, terminará siendo el mismo.

El balance es que esta obra pasa el examen, sin grandes honores en razón de la horrorosa mezcolanza en la bibliografía consultada y que la hace dudosa a la hora de poner la mano sobre el fuego sobre algún detalle del contenido. Sin embargo, para ser a su vez consultada por ejemplo por estudiantes de secundaria que necesiten preparar un trabajo especial sobre las campañas de Alejandro, creo que está bien. Después de todo, tal como, al menos en Argentina, está la educación en general, es probable que, si dentro de algunos años les preguntan quién fue Alejandro Magno, respondan que no están seguros, pero que creen recordar que fue una estrella de rock desaparecida luego de un cuarto de hora de rutilante fama.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 8 ·

Comentarios