¿"HECHOS REALES"? HMMM... por EKELEDUDU

Portada de AQUÍ VIVE EL HORROR (EL HORROR VUELVE A AMITYVILLE)
El autor de esta reseña ha idicado que contiene spoiler, mostrar contenido.

En 1975 George y Kathleen Lutz se mudaron con sus tres hijos y su perro al número 112 de la calle Ocean Avenue, en Amityville, Long Island. La vivienda había sido escenario, en septiembre de 1974, de una horrenda matanza: Ronald DeFeo, de veinticuatro años, había exterminado a su familia con una escopeta de alto poder, siendo condenado por ello a seis cadenas perpetuas. El asesinato múltiple había dado muy mala fama a la casa, por lo que cuando los Lutz la abandonaron veintiocho días después de mudarse, corrieron rumores de que estaba embrujada; de que presencias sobrenaturales habían espantado a los nuevos ocupantes. Hubo atención por parte de la prensa y hasta alguna inexitosa petición por parte del defensor de Ronald DeFeo para reabrir el caso de su cliente, ya que éste, durante el juicio, había declarado haber oído "voces" instándolo a perpetrar los seis crímenes, y ahora parecía que tales declaraciones tenían fundamento. Por último, los Lutz contrataron al escritor Jay Anson para dar a conocer su versión de los hechos: es decir, el presente libro.

Emecé publicó este libro dentro de una colección llamada "Hechos reales", de la que formaban parte también LA MASACRE DE GUYANA y RAÍCES, entre otros. Los verdaderos hechos reales, los que no se prestan a discusión, los hemos expuesto ya en el párrafo anterior. El resto, el relato de lo que sucedió en la casa durante los veintiocho días que los Lutz permanecieron en la casa, es lo que se halla sujeto a debate en lo que a su realidad se refiere. pero empecemos por el principio, señor lector: ¿qué buscaría usted al acercarse a este libro? ¿Un relato natural que parezca real y que luzca como tal, sin cuestionarse en qué grado lo es? Siendo así, puede hacerlo sin problemas, pues no saldrá defraudado. El estilo de AQUÍ VIVE EL HORROR es el de una crónica de un hecho verídico, y detalles como los planos de la casa y el dibujo hecho supuestamente por Missy, la hija menor de los Lutz, del cerdo Jodie corriendo en la nieve, son detalles que aportan gran realismo a la obra. En algún momento, es preciso señalarlo, la credulidad de cualquier lector bien dispuesto hacia lo sobrenatural, pero no ingenuo hasta la imbecilidad, soportará pruebas durísimas; por ejemplo, cuando se describen unas marcas hechas en la pierna de George, causadas al parecer por la mordedura de... ¡un león de cerámica! Sin embargo, para cuando ello ocurre, uno ya está tan atrapado por el relato, que no se cuestionará nada hasta llegar a la última página. Finalizada la lectura puede, claro, que sea otro cantar; pero en principio, y como mero entretenimiento, AQUÍ VIVE EL HORROR (libro en el que se basó la película THE AMITYVILLE HORROR (1979) de Stuart Rosenberg, y la posterior remake de ésta, que en 2005 dirigió Andrew Douglas) es un buen libro de terror, y a quien nada más le importe le recomiendo no seguir leyendo esta reseña e ir en busca del libro.

Porque, en efecto, otra forma de evaluar esta obra sería en cuanto a su carácter pretendidamente probatorio de la existencia de fuerzas sobrenaturales. Supongamos que nada signifique el hecho de que la mayoría de nosotros jamás haya sido testigo del más ínfimo indicio concreto de actividad paranormal, como no significa nada el que la mayoría de nosotros jamás hayamos presenciado un eclipse total de sol. Aun así, disponemos en primer lugar de la opinión de Daniel Cohen, autor de LA ENCICLOPEDIA DE LOS FANTASMAS, donde calificó los supuestos hechos reales expuestos en AQUÍ VIVE EL HORROR como "fraude extraordinariamente audaz y lucrativo. Y eso que la postura de Cohen respecto a los fantasmas a lo largo de la mencionada obra dista de ser la de un escéptico; al contrario, disfruta de las historias recopiladas por él mismo con el mismo entusiasmo con que un niño oiría su cuento favorito.

Pero, curiosamente, el golpe de gracia a la credibilidad de AQUÍ VIVE EL HORROR lo asesta el propio Jay Anson, contra su voluntad y sin darse cuenta, desde las mismas páginas de su libro, al referir que los Lutz querían dar su versión de los hechos, porque las que circulaban hasta entonces eran exageradas. Pero las películas inspiradas en este libro también lo fueron, y eso no pareció molestar a los Lutz, tal vez porque eran reedituables, cosa que no podía decirse de los simples rumores. Consecuentemente, da la impresión de que su interés era simplemente hacer dinero, no dar a conocer la verdad, ni que dicha verdad fuera la que se expone en esta obra.

En consecuencia, si la intención del lector no es sólo entretenerse, sino dar con pruebas fehacientes de que existen los fantasmas y los demonios, mi consejo es que las busque en otro lado. Aquí huele a gato encerrado.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 6 ·

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