VECINOS INVASORES por EKELEDUDU

Portada de EL RINCÓN SOLITARIO
El autor de esta reseña ha idicado que contiene spoiler, mostrar contenido.

Estamos en 1936. Los recuerdos de la Gran Depresión y la ley seca son todavía muy fuertes en maine, donde transcurre esta historia. La isla de Big Spoon, durante años conectada a la costa por un ruinoso puente de madera que muy pocos automóviles se atrevían a cruzar, fue durante años el rincón solitario al que se refiere el título de este libro; pero ahora ese puente ha sido reemplazado por uno muy amplio y seguro, de hormigón armado, y empieza a llegar gente en cantidad considerable. Y no cualquier gente, sino una verdadera plaga: los veraneantes, ricachones que llegan derrochando por igual dinero, ínfulas y desdén, y que son detestados de manera casi unánime por los orgullosos pobladores locales, incluso por aquéllos que, como el cínico Pete Stilwell, ven en ellos una bienvenida fuente de ingresos. Sólo la hermana mayor de Pete, Agnes (46), presidenta del Comité de Damas de la isla, está deslumbrada por esta gente adinerada, con la que le gustaría codearse.

Ahora bien, Pete y Agnes tienen otros dos hermanos, Willie, de 37 años, y Hod, de 26. Muy peculiares interpretaciones testamentarias han permitido a Pete y Agnes quedarse con el grueso de la herencia paterna. Willie, de temperamento más bien ermitaño, se ha quedado, en el reparto, con lo único que en realidad le interesa, la pequeña islita de Little Spoon, donde subsiste sobre todo gracias a la pesca de langostas. En cuanto a Hod, que vive con Willie desde hace cuatro años, ni las migajas recibió, pero le faltan agallas para enfrentar a sus hermanos mayores por la parte que le corresponde. En cualquier caso, Pete sabe más que él de leyes y asuntos de dinero, y podría enredarlo en algún lío afectando benevolencia.

Muy encariñado con su isla, Willie ha declinado la oferta de uno de los odiados ricachones, Nelson Witherspoon, quien le ofreció por ella quinientos dólares, bastante más de lo que en realidad vale. Ante la insistencia de Witherspoon, Willie quedó en pensarlo y contestarle por carta. Witherspoon puede esperar sentado: Willie escribió una sola carta en su vida, y olvidó echarla al correo... La verdad es que fue una bonita forma de sacarse de encima a Witherspoon, ya que ni de lejos contempla la posibilidad de vender, a pesar de que el motor de su bote está arruinado y no tiene dinero para comprar otro, por lo que peligra su sustento y el de Hod.

De cualquier modo, Witherspoon escribe a Pete, quien además es un politicastro local, pidiéndole que influya sobre Willie instándolo a vender. So pretexto de que que el testamento paterno estipula que el producto de cualquier venta de terrenos habrá de repartirse por partes iguales entre los cuatro hermanos (lo que es cierto) y que a Willie le parece muy pequeña la parte que le tocaría por la venta de Little Spoon (lo que no es cierto), Pete logra que Witherspoon escriba de nuevo, ofreciendo ocho mil dólares por la isla. Harto de no recibir respuesta, el acaudalado volverá a visitar a Willie en compañía de Pete... Y no diremos qué sucederá entonces.

En torno a los cuatro Stilwell, el tira y afloja por Little Spoon y la invasión de veraneantes se mueven muchos otros personajes, cada uno con sus propios conflictos. Destacan, entre otros: los Sangor, familia de portugueses que intenta con escaso éxito adaptarse a la vida en Maine, donde se los ve con desdén por su condición de inmigrantes; Mag Snow, una posadera de mucho coraje y carácter que se atraerá las iras de Agnes al solicitar y obtener un permiso para vender cerveza; Ann Freeman, joven escritora que aportará un toque de romance; y Donny Mitchell, un huérfano preadolescente al cuidado de una mujer muy mayor con la que no se entiende y que despertará los instintos protectores de Willie.

Algo destacable de esta novela es el aire relativamente inocentón que tienen incluso los personajes más desagradables, en cuya mente se introduce la autora para mostrar sus puntos de vista. Sin dudas, EL RINCÓN SOLITARIO no será digna de provocar una revolución literaria, pero resulta amena y divertida. Otras obras mucho más famosas no logran ni eso.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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