HITLER, DESDE LA PERSPECTIVA DE SU SECRETARIA por EKELEDUDU

Portada de HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO

Traudl Junge, secretaria de Hitler desde diciembre de 1942 hasta el suicidio del Führer el 30 de abril de 1945, escribió entre 1947 y 1948 lo que recordaba de aquel período, si bien no lo publicó. En el año 2000 la periodista Melissa Müller la entrevistó para hacerle unas preguntas respecto a Hitler, y ella la convenció de poner sus memorias en letra impresa. El resultado -las memorias en cuestión, más dos escritos complementarios de Müller, una antes y después de las mismas- es este libro. En él se basó no sólo un documental -que en argentina se llamó LA SECRETARIA DE HITLER- sino también, en parte, el filme alemán DER UNTERGANG, de Oliver Hirschbiegel, con Bruno Ganz componiendo al mismísimo Hitler. Este último filme desató cierta polémica, ya que se afirmaba que mostraba una imagen del Führer mucho más humana y que inevitablemente inspiraba compasión. Como pienso que lo mismo podría decirse, si no se dijo ya, de este libro, vale la pena recordar lo que, según se dice, escribió alguna vez Gandhi a Hitler: "No creemos que sea usted el monstruo que se dice, pero muchas de sus acciones parecen monstruosas..." Muchas de las acciones de Hitler fueron monstruosas, pero efectivamente él no era un monstruo, sino un ser humano, y este libro lo deja en claro. No me parece sabio demonizar a nadie, sobre todo porque dicha demonización conlleva un peligro implícito: el de suponer que otra persona que sostuviera ideas similares sin embargo ni de lejos sería tan peligroso, porque de ella sabríamos a ciencia cierta que tiene sentimientos perfectamente humanos. Y la verdad es que Hitler sí los tenía. Era cortés y educado, eso para empezar, lo cual lo hizo doblemente peligroso: ¿cómo conciliar una fachada tan agradable con los crímenes sin nombre que se le atribuían? Tal vez lo más fácil era -como lo hizo Traudl Junge, por aquel entonces muy joven- hacer caso omiso, hasta donde se pudiera, de la parte desagradable, y quedarse con la que resultaba ser más simpática. Pero no fue una sabia decisión, como lo demuestran las palabras finales de Traudl Junge (Humps era su apellido de soltera): "...Hoy lamento dos pérdidas: la de los millones de personas que fueron asesinadas por los nacionalsocialistas y la de la muchacha Traudl Humps, a la que le faltó la seguridad en sí misma y la prudencia de decir que no en el momento oportuno." Creo que esta reflexión un tanto amarga de una mujer que tarde o temprano tuvo que asumir su parte de culpa en hechos terribles por simplemente consentir y apoyar silenciosamente merece ser meditada a la luz de sus propias memorias.

Hitler aparece aquí retratado con muchos rasgos que en otra persona resultarían queribles. Es cortés, bromista, afectuoso con Eva Braun y con su perra, Blondi. En los momentos culminantes de su delirante sueño de Tercer Reich, se lo ve solo y derrotado, mueve a la pena. Todo eso es cierto. Todo eso podría ser cierto también hablando de otra persona que abrazara sus ideas y, peor todavía, repitiera sus acciones. Pero también son ciertos los seis millones de judíos asesinados, los campos de concentración, la horrible muerte de gitanos, homosexuales y otros grupos que no eran de su agrado.

No es sólo Hitler quien aparece más humano a través de las memorias de Traudl Junge, sino también su entorno y muy especialmente Magda Göbbels, la esposa del ministro de propaganda de la era nazi: una mujer que llega a asesinar a sus hijos en la creencia de que el mundo sin nacionalsocialismo será una época oscura que ellos no merecen padecer. Junge la describe como la persona del entorno de Hitler que más sufrió la caída del Führer. Espanta que alguien pueda adherir con tanto fanatismo a una idea y llegar a tales extremos.

Porque la verdad merece ser conocida en toda su dimensión sin polarizaciones absurdas y, fundamentalmente, para que nosotros mismos tengamos presente que apoyando a determinados seres humanos que nos seducen con su carisma somos susceptibles de consentir y respaldar tácitamente monstruosidades espeluznantes, este libro es, creo, de lectura casi obligatoria. Traudl Junge falleció en febrero de 2002, poco después de que HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO fuera publicado en alemán. Tal vez tenía pendiente esa tarea. La nuestra es leer esta obra y reflexionar sobre ella.

Cabe aclarar que a lo largo del texto aparecen muchos nombres de personas involucradas de algún modo con Hitler o con el Tercer Reich. Sus vidas y carreras aparecen resumidas en notas al pie de página, pero todas parecen más o menos iguales una a la otra y, por lo tanto, ni el más memorioso podría recordarlos, al menos a la primera leída; pero por suerte en la mayoría de los casos no es imprescindible tenerlos en mente o saber exactamente quiénes fueron para avanzar en la lectura.

Escrita hace 12 años · 4.6 puntos con 5 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

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