AGUIAR, HACIENDO LO QUE MEJOR PUEDE por EKELEDUDU

Portada de VIRIATO: IBERIA CONTRA ROMA

La República romana se disponía a asestar su golpe final contra Cartago, su vieja rival, cuando en la Península Ibérica le surgió otro enemigo tan formidable como impensado en la figura de un caudillo lusitano llamado Viriato. Algunos historiadores clásicos han preservado la imagen de este rebelde que, como Boudicca o Espartaco, se han inmortalizado como emblemas de la resistencia contra la opresión romana; pero por desgracia, lo que nos informan no es ni la décima parte de lo que anhelaríamos saber. Y peor todavía, multiplican por mil esas ansias de conocimiento al decirnos que Viriato no sólo fue un combatiente aguerrido y un magnífico estratega, sino también un hombre justo y que concedía gran valor a la palabra dada. Era, en suma, un héroe en todos sus aspectos.

Una figura así inevitablemente iba a tentar a algún escritor más tarde o más temprano, y así es como tenemos aquí a una novela pionera en ese aspecto, creo que la única hasta el momento, escrita por el portugués Joäo Aguiar, sin duda orgulloso de que el pasado su tierra natal contara con un héroe de la talla de Viriato. Por desgracia, los escasos datos que se tienen sobre éste no hacían fácil la tarea. De hecho, creo que la complicaban tanto, que obligan a ser muy prudentes a la hora de criticar al autor, tanto más cuanto que ésta fue su primera novela. Es cierto que el resultado no deja del todo conforme pero, por lo pronto, yo no hubiera sabido lograr nada mejor, y como algún tributo literario merecía la memoria de Viriato alabemos en primer término el valor de Aguiar para novelar hechos tan imprecisos, como así también su honestidad a la hora de admitir -tanto en la aclaración inicial como en las notas finales- de qué manera manejo el poco material con que contaba, y de qué forma llenó las lagunas que obstaculizaron su labor.

Las lagunas hubieran sido océanos si el rol protagónico de la novela hubiera recaído en el propio Viriato, por lo que tal honor recayó en un personaje ficticio, Tongio hijo de Turdétamo. Ahora bien, muy buen escritor más allá del resultado final de esta obra, Aguiar es muy bueno a la hora de inventar, pero lo malo es que los momentos más dramáticos de la novela están exactamente al principio y al final de la novela, y lo que está en el medio, por comparación, se ve deslucido, sin que necesariamente lo sea. Al inicio, efectivamente, tenemos el desdichado matrimonio de Turdétamo y Camala, padres de Tongio, y el trágico desenlace del mismo; y en cuanto al final, hace terriblemente honor a la palabra, es el triunfo de las soberbias águilas romanas y su inminente Imperio y el fin de las esperanzas de libertad para Iberia y para el lector. Absoluta, desoladora derrota que no admite consuelos.

Entre medio vemos asistimos a través de los ojos de Tongio a los abusos de los romanos, que lo conducen a él mismo a tomar las armas contra ellos al servicio de dos príncipes primero y luego al de Viriato. Los hechos históricos alternan con la historia personal de Tongio, que por cierto dista de ser alegre, pero, como dijimos antes, uno ya está anestesiado por el terrible impacto inicial y no acusa demasiado las tragedias que siguen, salvo la última y más terrible.

Considero que quedará bastante decepcionado quien se acerque a VIRIATO, IBERIA CONTRA ROMA buscando en ella una historia épica; y no necesariamente es culpa del autor, que se vio constreñido a respetar la Historia en la medida de sus posibilidades. Descollar en la épica es más fácil cuando se trabaja enteramente sobre material ficticio, como lo hizo por ejemplo Tolkien en EL SILMARILLION, haciendo que el lector reprimiera el aliento en la descripción de batallas entre el Bien y el Mal que decidían el destino del mundo y hablándonos de huestes poderosas avanzando al combate al son de trompetas y a estandartes desplegados. En guerras reales hay que reducir todo a proporciones mucho más modestas, y en el caso específico de la resistencia de Viriato, que fue más guerrilla que guerra, hay que tener en cuenta también que al parecer utilizaba siempre tácticas muy similares, por lo que la descripción de una batalla es en gran medida la descripción de todas. Recordemos además que la información que se tiene de él es cualquier cosa, menos abundante. Si amén de ello el pobre Aguiar no tenía gran talento para la épica, mucho no se lo puede culpar, habida cuenta de los escollos a los que tuvo que enfrentarse.

Por consiguiente, no diría yo que VIRIATO, IBERIA CONTRA ROMA sea una excelente novela. Pero si Aguiar no salió victorioso de la prueba, al menos combatió valientemente y con honor, como el propio Viriato, y además en un terreno en el que tenía todas las de perder. Y por lo mismo, creo que vale la pena darle una oportunidad

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 1 voto · @EKELEDUDU le ha puesto un 9 ·

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