LA NIETA DEL SEÑOR LINH por Shorby

Portada de LA NIETA DEL SEÑOR LINH

Esta novela plagada de elogios se ha traducido a unos once idiomas, siendo todo un exitazo desde su publicación.

Se narra en presente, con frases cortitas y una sensibilidad exquisita, la supervivencia de un abuelo y su nieta en un país que no es el suyo, cuya lengua y costumbres no conoce en absoluto, pues su aldea ha sido devastada por la guerra y el resto de sus familiares aniquilados por la misma.
El lector puede palpar la soledad y la tristeza de la pérdida, expuesta radicalmente en las primeras páginas y desarrollándose a lo largo de la historia de manera más suave para llegar a un final emocionante y conmovedor.

El Señor Linh desembarca desamparado, con la única compañía de su nieta y su maleta con unas pocas pertenencias; se lo llevan a un lugar que comparte con unos pocos refugiados, donde permanece un tiempo cobijado bajo techo, con ropa de abrigo y comida caliente para ambos. Un día, decide hacer caso a la mujer que lo recoge a su llegada y la intérprete que le ayuda, así que sale a la calle a dar un paseo –sin cambiar de acera por si se pierde- para que les dé el aire a él y su nieta… aunque hace frío, se siente mucho mejor y pasan la tarde sentados en un banco. Entonces conoce al señor Barks, “su amigo el hombre gordo”.

Tierna, emotiva y desgarradora, de principio a fin. Claudel nos cuenta con maestría una cruda y a la vez preciosa historia de amor (no el amor al que todos estamos acostumbrados) y amistad, que transcurre en un entorno bélico: el amor del Señor Linh por su nieta, la pequeña Sang Diu, a la que cuida y protege torpemente de la mejor manera que puede; y la amistad consolidada con el señor Barks, que aunque no entienden ni una palabra de uno ni de otro, salvo buenos días, disfrutan de su compañía a diario y nos dejan algún momento bastante gracioso.

Personajes escasos pero bien perfilados y fáciles de entender, gracias al lenguaje sencillo que utiliza el autor en sus descripciones, ayudan también a que la novela sea redonda… y por supuesto recomendable.

La verdad es que me he topado con ella prácticamente por accidente y me la he leído en una tarde, pues era incapaz de dejarla, con nudo en la garganta incluido en más de una ocasión –y alguna lagrimilla, para qué negarlo-. Repetiré seguro.

Escrita hace 12 años · 4 puntos con 1 voto · @Shorby le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@SokraM hace 12 años

Shorby, no soy capaz de unirme, como tú, a las numerosas voces que elogian esta novela.
Recuerdo que según la iba leyendo me gustaba: aunque el estilo de Claudel no me parece nada del otro mundo, ni mucho menos innovador, sí que es un narrador con recursos y prosa agradable. Aunque la novela trata temas ya muy mascados se lo perdono porque el ritmo es bueno y el número de páginas no muy alto. Sin embargo, lo que no puedo perdonarle es el final: extremadamente sensiblero y efectista. No quiero entrar en detalles para no revelar aspectos de la trama, pero vamos, no me gustó en absoluto ese golpe de platillos.
En definitiva, me pareció una novela pobretona, con muchas ganas de estimular el lagrimal de los lectores. Un artificio, para mí, bastante hueco.

A pesar de la decepción que me lleve con esta novela, decidí darle otra oportunidad a Claudel y me leí "Almas grises". Me gustó más que "La nieta del señor Linh", pero tampoco puedo decir mucho más a su favor. Eso sí, si tanto te ha gustado esta novela, te recomiendo sin reparos que leas "Almas grises" si no lo has hecho ya. Sin duda te gustará.

@Shorby hace 12 años

Sí, Almas grises lo tengo ya en casa. De hecho lo propuse en el Club de Lectura y salió elegido (pero aún no lo he podido leer, soy un desastre).
La verdad es que esta novela me sorprendió porque la leí sin saber absolutamente nada de ella, la compré porque me la pidieron (regalo de Navidad) y de paso, aproveché el regalo jejejeje

@BriGid hace 12 años

A mi me ha encantado, me ha resultado como una oda a la belleza en general, la amistad verdadera, la lucha diaría contra la soledad, la nostálgia por los que se fueron y esa gran capacidad de comunicación que tienen los dos protagonistas sin decirse nada...¡Qué barbaro! me ha conmovido de lleno.